"Me hicieron un corte durante el parto, me alargaron el canal vaginal con un bisturí". Eso experimentan cientos de embarazadas y personas gestantes al momento de dar a luz. Especialistas advirtieron sobre esta práctica muy común en las salas de parto del país que fue desaconsejada por la Organización Mundial de la Salud para su uso ampliado o de rutina en mujeres o personas gestantes que presentan un parto vaginal espontáneo.
Esta semana se conmemora en la Argentina la Semana Mundial del Parto Respetado, fecha impulsada desde 2004 por la Asociación Francesa por el Parto Respetado, apoyada por UNICEF y la OMS, y alertan que esta incisión quirúrgica en la vulva, que se practica para facilitar la salida del feto y evitar desgarros en el perineo, si no es anunciada ni consentida se convierte en un forma de violencia obstétrica.
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Según la OMS, "una intervención creciente en los procesos de parto tiende a debilitar la capacidad de la mujer de dar a luz y afecta de manera negativa su experiencia de parto". En este sentido, advirtieron que "el mayor uso de intervenciones en el trabajo de parto sin indicaciones claras continúa ampliando la brecha sanitaria en cuanto a la equidad entre entornos con muchos recursos y aquellos con pocos recursos".
En este marco, el ginecólogo y obstetra, Carlos Psevoznik, explicó a El Destape que esta práctica durante el parto se practica por una "equívoca idea de que va facilitar el nacimiento y va a prevenir lesiones y en realidad lo que hace es justamente dañar el tejido perianal de las mujeres y debe ser evitado".
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El profesional, que desde hace muchos años no realiza este tipo de intervención, enfatizó en que aún en la Argentina, porque muchos países ya no se practica, se sigue realizando deliberadamente. Remarcó que no se trata de un "corte superficial" sino que atraviesa muchas capas de la piel y requiere muchos puntos.
"Es una práctica muy arriesgada en la Argentina y muchos profesionales lo hacen de forma deliberada pero no está recomendando ya que genera daños irrecuperables porque afecta tejidos que son difíciles recuperar", explicó el especialista.
La episiotomía como forma de violencia obstétrica
En coincidencia, la ginecóloga Melisa Pereyra (@gineconline) publicó que "cuando la práctica no es anunciada ni consentida, la episiotomía es una de esas formas de violencia obstétrica y es, también, una forma de violencia de género". Según aclaró la profesional, la episiotomía no es un procedimiento que deba realizarse de rutina: debería ser selectiva y practicarse como excepción (cuando hay algún riesgo para el bebé o la mamá, si el canal de parto es estrecho y hay desproporción entre el tamaño de la cabeza del bebé y la pelvis, si el bebé está en una posición determinada, son algunas de las razones para hacerla).
"La violencia obstétrica se puede manifestar de muchas maneras que, por lo general, no se identifican con facilidad y menos en ese momento. Hacer episiotomía de forma automática y de rutina, se da cuando el embarazo y el parto empiezan a verse como enfermedades que hay que controlar, que tienen riesgos que hay que evitar, en lugar de verlos como procesos naturales", planteó.
Ambos profesionales enfatizaron en que en apariencia se trata de un “pequeño” corte pero no es solo lo que se ve, sino que sigue en las profundidades, y muchas veces deja una cicatriz imborrable. E insistieron en que esta intervención tiene una recuperación lenta, provoca dolor y muchas veces problemas en la sexualidad, por eso es necesario que se replantee su práctica en las salas de parto del país.
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Cómo debe ser un parto respetado
En nuestro país, en 2004 se sancionó la Ley 25.929, que garantiza los derechos de las embarazadas, los recién nacidos/as y sus familias durante el trabajo de parto, parto y post parto. Los derechos son a:
- un trato personalizado, no discriminatorio, respetando tu intimidad.
- estar acompañada durante todo el proceso por la persona que elijas.
- que se respeten tus tiempos, se eviten prácticas invasivas y medicaciones no justificadas
- ser informada de los beneficios de amamantar y a decidir si hacerlo o no.
- conocer los efectos negativos del alcohol, tabaco y drogas y acceder a tratamiento si es necesario.
- recibir información completa y clara sobre tus cuidados y estado de salud, y de tu bebé.
- a alimentar a tu bebé con leche humana y al ingreso irrestricto de tu acompañante en la internación de Neonatología.