Los trabajadores lo habían alertado desde el comienzo y se convirtió en realidad. En los últimos días se registraron al menos cuatro casos positivos de coronavirus en hogares convivenciales para niñas, niños y adolescentes dependientes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y se aguardan los resultados de varias decenas de hisopados producto de contactos estrechos. Apuntan a las respuestas a destiempo e insuficientes por parte de las autoridades, problemas de infraestructura que se arrastran desde antes de la pandemia, la precarización laboral y falta de materiales de cuidado personal.
Esta tarde se conoció un nuevo positivo de coronavirus en uno de los hogares que dependen del Gobierno porteño, pero desde el fin de semana ya se confirmaron al menos cuatro contagios, otros sospechosos y se hisoparon a todos los menores de edad residentes en los dispositivos afectados por ser contactos estrechos de los infectados.
Patricio Villani, delegado de la junta interna de ATE en Promoción Social, explicó a El Destape que en el hogar Curapaligüe, en la zona de Parque Chacabuco, hay un niño con COVID-19 positivo. En el dispositivo Del Valle hay otros dos menores contagiados y un operador, mientras que en el Del Vallecito detectaron a una trabajadora infectada. Los casos positivos quedan internados en los hospitales y negativos permanecen en los dispositivos.
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Los niños con síntomas son acompañados al hospital por un operador, trabajador que genera el vínculo primario con ellos y en quien depositan su confianza. Muchas veces deben pasar demasiadas horas esperando en lugares que a veces no son cómodos y los expone al virus en caso de ser negativos. El delegado denunció que se trata de una falta de articulación entre los ministerios de Salud y Desarrollo Social.
Por esta situación de exposición, si un trabajador o trabajadora dio negativo en el hisopado, los profesionales de la salud recomendaron guardar aislamiento porque la lógica indica que se trata de un "falso negativo" y que sólo hace falta tiempo para que el virus se manifieste.
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En los dispositivos no puede haber más de treinta niños y en el Curapaligüe y Del Valle aseguran que a veces se llega a los cuarenta, lo que genera una situación de hacinamiento contraproducente. Esta cantidad de niños alojados se suma a la de los trabajadores que, de forma rotativa, los igualan en número. Se trata de contactos estrechos que ya fueron hisopados. El examen se realizó el lunes y se espera el resultado para estas horas. Los menores que resulten positivos cumplirán la cuarentena en un hospital y los negativos quedarán en los hogares convivenciales.
Una vez obtenidos los resultados, adelantó Villani, se avanzará con la cuestión epidemiológica y de cuidado pero todavía no les bajaron ninguna orden ni paso a seguir, por eso denunció "respuestas a destiempo e insuficientes" para enfrentar la pandemia.
Los ingresos a los hogares estaban cerrados y se estableció un protocolo que indica que, en caso de ser necesario, sólo pueden ingresar los niños, niñas y adolescentes con resultados negativos en los test y con 14 días de aislamiento. Por eso, sospechan que el virus ingresó mediante los trabajadores, los únicos que pueden entrar y salir, ante falta de controles o cuidados estrictos.
Al igual que en salud, los trabajadores esenciales que desempeñan tareas de contención social sufren una fuerte precarización laboral, tercerización y sueldos que no alcanzan para vivir. Situación a la que se suman la falta de condiciones adecuadas y la reciente aparición de casos positivos, lo que genera mayor preocupación ya que se exponen al virus y también tienen familias.
Los niños y adolescentes que ingresan a estos hogares porque vieron vulnerados sus derechos. Se trata de espacios de residencia transitoria en los que deben tener garantizadas la alimentación, higiene, vestimenta, alojamiento, cuidado personal, acompañamiento psicológico y médico, talleres y otras cuestiones básicas para el desarrollo. Sin embargo, los trabajadores denuncian hace tiempo que los hogares están sobrepoblados, que faltan trabajadores y hay problemas básicos de infraestructura que se arrastraron y profundizaron con el coronavirus. "Así se entró a la pandemia con protocolos tardíos y equipos insuficientes", dijo Villani.