Las altas temperaturas en todo el territorio argentino y la constancia de estas, que las transforman en una ola de calor histórica, impactan fuertemente en la vida cotidiana de argentinas y argentinos. Por esa razón es costumbre que se utilice mucho el aire acondicionado, llevando a cabo una inadecuada ventilación en los hogares y generando, al salir a la calle, cambios demasiado bruscos de temperatura que generan afecciones respiratorias con complicaciones.
Entre las más conocidas se pueden mencionar resfriados, laringitis, faringitis, sinusitis, crisis de alegrías, broncoespasmos en personas asmáticas, episodios de agravamiento de Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y hasta neumonías. Lógicamente, en tiempos de pandemia, estos cambios importantes también puede favorecer a los contagios de COVID-19.
Sobre este tema, diferentes especialistas de la División Neumonología del Hospital de Clínicas aprovechan la particular ocasión para dar algunos consejos para prevenir posibles afecciones. Especialmente cuando se trata del uso del aire acondicionado que se extiende a casi todos los ámbitos como las casas, oficinas, supermercados y medios de transporte, entre otros. "Los aparatos de aire acondicionado enfrían el aire, le quitan humedad y tienden a acumular polvo u otro tipo de sustancias orgánicas en los filtros. Todo ello favorece la irritación, inflamación o infección de las vías respiratorias", explica Ana Putruele, jefa de la División Neumonología del Hospital.
Con respecto a esto, la doctora sostiene: "Los problemas más graves se relacionan con los gérmenes acumulados en los filtros sucios del aire acondicionado cuando no hay un mantenimiento adecuado". Entre estos gérmenes, el más conocido es la bacteria Legionellapneumophila, responsable de una neumonía que puede ser grave. Otros de los principales contaminantes del aire son los hongos Aspergillus niger y Aspergillus fumigatus, que provocan rinitis, asma, neumonía o neumonitis por hipersensibilidad.
El aire acondicionado también altera el sueño
Según los especialistas, la temperatura ideal para dormir oscila entre los 24 y 25 grados por lo confortable que resulta al cuerpo humano; por eso, el objetivo es lograr esas temperaturas para descansar y tener cuidado en poner el aire más bajo porque puede ser contraproducente -sintiendo frío y despertándose a la mitad de la noche-. "Cuando uno duerme con temperaturas más altas, nuestro cuerpo suele tener despertares por incomodidades o sudoración. Estos factores contribuyen a que el sueño sea superficial y de mala calidad. Por eso es importante que en verano la habitación esté lo suficientemente refrigerada", manifiesta el neumonólogo y jefe del Laboratorio del Sueño del Hospital de Clínicas, Facundo Nogueira.
A su vez, en relación al sueño, el médico destaca que una persona adulta necesita dormir entre 7 y 9 horas para tener una calidad de vida adecuada y un sueño reparador. "Dormir menos de 7 horas aumenta el riesgo de padecer enfermedades como problemas cardíacos o problemas metabólicos y también aumenta la mortalidad de forma global. También aumenta el riesgo de tener presión alta, arritmias y problemas cardiacos. En los niños y en los adolescentes, necesitan dormir más horas por noche", agrega con respecto al tema.
La doctora Putruele agrega que los aires acondicionados secan los conductos nasales causando irritación en las membranas mucosas y ante la ausencia de dicha protección "nos volvemos más vulnerables al ataque de algunos virus". Por esa razón, al emplear este elemento se facilitad el modo de transmisión y contagio de gérmenes en lugares cerrados. Entonces, ¿qué se debe hacer a la hora de dormir? Mantener la temperatura estable y regulada entre 24° y 27° para no enfriar en exceso el ambiente durante la noche.
En el caso de niñas y niños ocurre lo mismo, por eso remarcan: "Durante el primer año de vida, las vías aéreas son muy estrechas y susceptibles a los cambios del medio ambiente y cualquier infección o irritación puede dificultar la respiración normal. Para evitar la sequedad en el ambiente, se deben ventilar con frecuencia las habitaciones donde estará el niño, una hora al día como mínimo". Y suman: "De esta manera, aprovecharemos también para hacer descansos ya que no es recomendable tener continuamente en marcha el aire acondicionado. Hay que limpiar los filtros del equipo con frecuencia y garantizar su higiene, ya que se pueden acumular en su interior el polen, el polvo, los ácaros y los hongos. Es muy importante que el chorro de aire no esté enfocado directamente a los más pequeños".
Más allá de las afecciones respiratorias mencionadas, es importante hablar del aire acondicionado en tiempos de COVID-19. Si bien hace circular el aire, tienen diferentes funcionamientos: "Los mejores para evitar contagios de coronavirus son los que funcionan con el sistema de filtros Hepa que son filtros de alta eficiencia que se suelen ver en aviones. Para la gente que en general tiene modelos de aires acondicionados sin este filtro, lo que recomendamos es el funcionamiento del mismo pero también la apertura de alguna ventana". Y sentencian: "Es fundamental de todas formas limpiar los filtros ya que este es un factor que favorece los contagios por Covid. Son las partículas más gruesas las que más impactan en los contagios (tos, resfrío y estornudos) por lo que es importante limpiar los filtros pero también seguir abriendo ventanas. Recomendamos cautela en su uso pero no negamos su utilización".
Recomendaciones en el uso del aire acondicionado
- Acondicionar el ambiente con una temperatura de entre 24 y 27 °C. El flujo del aire no debe ser directo sobre las personas.
- Mantener siempre la humedad del ambiente, usando la función de ventilación.
- Mantener los filtros limpios para evitar que se acumulen partículas alergénicas como polen, ácaros o polvo doméstico.
- Utilización de ventiladores como opción de confort. El movimiento del aire y la evaporación de la humedad de nuestra piel producen sensaciones de descenso de temperatura entre 3 y 5º C.
- Evitar cambios bruscos de temperatura. Regular la entrada y salida del calor al frio y del frío al calor.
- Mantenerse hidratado.
- Tener cuidado con los niños y las personas mayores porque su temperatura es por debajo de la normal, y les puede ocasionar enfriamientos.
- Tener presente que cuando uno descansa, puede dormir con la boca abierta, y si lo hace con el aire acondicionado encendido, puede sufrir irritación de las vías aéreas, más aún en personas que tengan las defensas bajas.