El calor no da respiro: Argentina atraviesa el verano más cálido de su historia

El aumento de las temperaturas está íntimamente relacionado al cambio climático, que produce olas cada vez más intensas y frecuentes.

07 de marzo, 2023 | 10.59

Argentina afronta la novena ola de calor de la temporada 2022/2023. Más que una ola, las altas temperaturas que acechan a gran parte del territorio nacional parecen un maremoto. De hecho, la ciencia confirma que cada vez son más largas y extremas. Así, el país atraviesa el verano más cálido de la historia: hasta mediados de febrero, casi 30 ciudades habían marcado un récord histórico máximo. El cambio climático, las sequías y la ausencia de lluvia son algunas de las claves que explican este fenómeno actual. En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, Cindy Fernández, vocera del Servicio Meteorológico Nacional, cuenta: “Los días despejados, la ausencia de frentes fríos y las altas presiones contribuyen a que tengamos estos periodos tan cálidos”.

Récords que se rompen

Si bien siempre hubo temperaturas altas y máximas agobiantes, en la actualidad, las olas de calor suceden con una intensidad y una frecuencia que no tenían anteriormente. Esto se debe al cambio climático, fruto de la emisión de gases de efecto invernadero generados por el ser humano. Aunque parecieran ser fenómenos aislados, basta con observar las cifras para elaborar un diagnóstico: desde que se tiene registro, cuatro de los cinco veranos más calurosos de la historia sucedieron en la última década.

Así como este verano es el más cálido desde que hay registro, el otoño de 2022 se caracterizó por ser más frío de lo normal. En los meses de mayo y junio se registraron temperaturas extremadamente bajas. Incluso, una ola de frío azotó a sectores de la Patagonia, Cuyo, la región pampeana y el litoral antes del invierno.

Cada vez más calientes

En meteorología, los valores normales son resultado de los promedios estadísticos de variables atmosféricas en un período largo de tiempo. Por recomendación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), ese lapso es de 30 años. Ese número se utiliza como valor de referencia para comparar con otros períodos y estimar las condiciones climáticas que pueden predominar en alguna región.

Al comparar la temperatura media anual de Argentina entre los períodos 1981-2010 y 1991-2020, el aumento fue de dos décimas. Sin embargo, si se desmenuza el análisis, la tendencia a la suba llega hasta siete décimas en zonas como Salta y Jujuy.

A su vez, si se indaga en la precipitación anual porcentual en este período, hay regiones como Mendoza y Entre Ríos que registran aumentos de entre 8 y 9 por ciento, mientras que sectores como el noroeste argentino y el norte de Córdoba tuvieron un secamiento aproximado del 7 por ciento. En este sentido, Fernández destaca que no se trata ni de fenómenos aislados ni anormales: “No es una anormalidad, es el calentamiento global”.

No todo es cambio climático

Otra cuestión importante es la sequía que atraviesa el país y la región, que es reflejo del panorama actual. El año pasado fue un 12,8 por ciento más seco que el promedio y se ubicó entre los 14 años con menos lluvia desde 1961. A partir de mayo de 2022, la intensificación de la sequía en gran parte de Argentina fue alarmante.

Sin embargo, el cambio climático no permite explicar esta situación. Buena parte de la argumentación tiene que ver con La Niña. Este fenómeno natural se caracteriza por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera. Los efectos de la oscilación en este momento se traducen precipitaciones por debajo de lo esperado.  

 De hecho, Cindy Fernández advierte que, en este caso, el cambio climático está generando el efecto contrario: “El cambio climático está haciendo lo opuesto, que en la pampa húmeda y el litoral llueva más. Sin embargo, La Niña ya lleva más de 3 años e inhibe las lluvias en esa región”.

 

Con información de la Agencia de Noticias Científicas