Naimid tiene 31 años, es periodista y director de comunicación de la ONG Sembramedia. Está casado, es hincha de Vélez, y hace pocos días se convirtió en la primera persona que recibió un carnet de socio “no binario” de un club de fútbol de la liga profesional.
Nació en Liniers y su familia es de Versalles. Su vida está atravesada por el Club Vélez. Su familia paterna es hincha del club, su bisabuela obtuvo el carnet de socia vitalicia y su abuela era socia. Naimid fue socix cuando era chico, iba a la pileta y jugaba al vóley.
“En ese momento había una relación con el espacio más ligado a un lugar donde formarme y tener amigues. De más grande me fui distanciando pero post pandemia fue muy claro que quería volver ahí”, aseguró Naimid en diálogo con El Destape.
Y agregó: “Toda la historia de mi familia está muy ligada al club. Es un club de deportes pero es también un símbolo del territorio que habito y que habitó mi familia”
El camino para conseguir el carnet de socix “no binarix”
El proceso lo inició hace 7 meses, cuando quiso inscribirse al club después del encierro más fuerte de la pandemia. Quería participar con su marido pero no solo para ir a la cancha, sino para formar parte de la vida colectiva de lo que significa un club. Lo primero que hizo fue intentar inscribirse de forma virtual y ahí se e encontró con un formulario que pedía el género y solo tenia las opciones de femenino o masculino.
En paralelo, hacía unos meses que Naimid había comenzado su proceso de transición de género. “Era un momento en el que estaba hablando con mi familia, amigues y compañeres de trabajo, con personas que quiero y con personas de los espacios que transito en mi vida cotidiana para que pudieran respetar y acompañar mi proceso de transición. Entonces, cuando vi ese formulario mi primer pensamiento fue que yo quería empezar a ser parte del club y no quería que fuese sin tener respeto a mi identidad de género. Entonces les escribí un mail”, describe.
Vélez cuenta con un departamento de género así que Naimid también les escribió a las responsables del área quienes, a las tres horas, se pusieron en contacto con ellx. “Recibí una respuesta muy rápida por parte de la directora del departamento de género del club, Paula Ojeda, alguien que me preguntaba cuáles eran mis necesidades, cómo podían acompañarme. Me dijeron que querían que fuese parte del club y qué podían hacer para que eso sucediera y yo me sintiera cómode”, relata.
A partir de ese momento, se fue avanzando con la decisión de sumar la categoría no binaria dentro del formulario, un proceso de aprendizaje colectivo tanto para Naimid como para el departamento de género. La decisión política estaba dentro del club pero existían un montón de ‘micro decisiones’, que se estaban llevando adelante por primera vez. “No alcanza con una decisión política, hay que acompañarlo con un proceso operativo de cambios que lleva tiempo y se dilata. Si no tenés del otro lado a una persona que te acompañe oficialmente dentro del club te podes sentir muy solo, sola o sole. La predisposición que tuvieron desde el departamento allanó el camino para que yo pueda seguir insistiendo y buscara soluciones a las preguntas que iban surgiendo hasta que recibí el carnet”.
El proceso de transición
Naimid describe que comenzó su proceso de transición hace menos de un año, al poco tiempo después de haber cumplido 30 años y en pandemia: encerrado en su casa y compartiendo mucho tiempo con su marido. Lo recuerda como un momento de mucha introspección en el que pudo sacar afuera un montón de cosas que le estaban pasando y que le estaban haciendo mal.
“Fue un contexto que me permitió poder charlarlo con mi familia, amigues, con la gente de mi trabajo, mi marido y mi psicóloga. Tengo muchísima suerte de estar rodeada de personas que pudieron verlo y, aunque no todas sabían lo que significaba ser una persona no binaria, entendieron que era una buena noticia. Mi transición fue muy acompañade”, señala.
Mientras, iba descubriendo cómo se iba sintiendo más cómodx, qué pronombre prefería utilizar y qué iba pasando con su imagen y se iba descubriendo en distintas cuestiones personales. “En el medio me encontré con personas que no tenían las herramientas o el conocimiento para entender lo que me estaba pasando pero se acercaron con mucha empatía y cariño. Pero no todas las transiciones son iguales”.
No binarix
Las personas no binarias existen y son aquellas que no necesariamente se identifican con el binomio de mujer o varón. Es un concepto que se denomina “paraguas”, ya que engloba a un montón de identidades representadas en el concepto de no binarismo.
En el caso de Naimid, se identifica con una identidad fluida. “Por momentos me siento más identificado con lo que la sociedad entiende como algo más masculino y a veces con lo que la sociedad entiende como femenino. Y voy fluyendo en esos polos que nos impusieron”, describe.
Y añade: “Ninguna persona no binaria tiene la obligación de responder qué es ser no binario porque hay mucha información dando vueltas y está bueno que la contraparte no espere que la otra persona sea la que tiene que resolvérsela. Existimos y no se puede estar todo el día explicándole a la gente por qué existimos o qué somos”
Cuando Naimid estaba compartiendo su alegría de poder transicionar a persona no binaria para poder sentirse más pleno, más feliz y todo lo que significó ese proceso, no quiso solo compartirlo con su familia y amigxs. Lo quiso compartir también con su club y sus vecinxs. “Cuando salió la noticia me terminó escribiendo gente del barrio, mi vecino Lucas, la gente que está cerca. De alguna manera fue como darme cuenta que el club también es mi casa, y en mi casa se respeta mi identidad de género. Simbólica y emotivamente es un montón”, sintetiza.