El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de Lomas de Zamora integrado por los jueces Eliza Lopez Moyano, Roberto Lugones y Roberto Conti condenó a Marcos Bazán, a quien acusaban de haber prestado la casa donde denuncian que fue estrangulada Anahí Benitez en 2017. El monto de la pena y los fundamentos de la decisión serán comunicados el 2 de junio.
La causa por el asesinato y la violación de Anahí Benítez tiene como principal acusado a Marcelo Villalba, quien tenía en su propiedad el teléfono de la víctima y cuyo semen fue encontrado en el cuerpo de la menor. A comienzo del juicio en febrero de este año, una junta de psicólogos y psiquiatras determinó que Villalba no estaba en condiciones psíquicas de enfrentar el juicio por padecer psicosis que se agravó por la situación de encierro.
Villalba y Bazán declararon no conocerse entre sí y nunca antes haberse visto. Sus teléfonos celulares no tenían cruces de llamadas, ni tampoco de mensajes. No hay ningún indicio en la causa que pruebe que el principal acusado Villalba haya tenido algún contacto con Bazán.
El fiscal del juicio Hugo Carrión había pedido la prisión perpetua contra Bazán por considerarlo coautor del crimen mientras que la familia de Anahí lo acusa de haber sido “partícipe necesario” del crimen. La defensa de Bazán pide su absolución, acusa que la causa “fue armada” y señala que el juicio se basó en indicios que no tienen comprobación real. El Destape dialogó con las partes para informar cuáles son los puntos polémicos en la acusación contra Bazán.
La principal prueba contra Bazán es el rastrillaje del perro Bruno que fue cuestionado por la defensa del acusado que manifestó que el rastro se hizo con un único perro cuando deberían haber participado tres, que el olor que siguió el animal no tuvo una cadena de custodia y que el instructor Diego Tula se contradijo y no tenía habilitación para hacer la pericia.
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