Este 3 de junio se cumplen 8 años de la primera marcha del “Ni una Menos”, el espacio y el formato que encontraron las mujeres para visibilizar la violencia por razones de género que viven cotidianamente. Los femicidios son el hecho más extremo y, según el último informe de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), en 2021 hubo 231 víctimas asesinadas por razones de género, es decir una mujer asesinada cada 36 horas.
En diálogo con El Destape, la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad bonaerense, Estela Díaz afirmó: “Desde que estamos en la gestión evitamos 293 femicidios”. La línea 144 especializada en atender denuncias por razones de género logró salvar la vida de 293 mujeres a través de las denuncias recibidas.
“Hemos empezado a hacer investigaciones sobre intentos de femicidio. Desde que estamos en la gestión hemos abordado, desde la línea 144 y desde nuestra área de casos críticos, 293 intentos de femicidios”, explicó Díaz y agregó: “Se ha hecho un análisis cualitativo que mira pormenorizadamente qué pasa en esta situación. Del 93% de los casos, el 56% son las exparejas y el resto son la pareja o algún familiar”.
- ¿Cómo detectaron que la situación podía terminar en un femicidio?
- Se caracteriza como intento de femicidio porque en la denuncia se detalla que la mujer sufrió un ahorcamiento, o hubo un uso de arma blanca, que en general es un cuchillo, o el uso de un arma de fuego. La mujer se conecta con la línea, y se hace seguimiento del caso. Entonces las personas de la línea que atienden evalúan la situación y así es como se salva la vida.
Además, hacemos una lectura de las llamadas y se analiza caso por caso. Para nosotras es fundamental esta herramienta. También se interviene posteriormente para seguir acompañando a la mujer en el proceso de la salida de la violencia de género. También actuamos frente a quien ha cometido este delito gravísimo.
-Respecto del agresor, ¿hacen algún seguimiento para tratar de entender por qué llegó a ese extremo?
-Desde el Ministerio de Justicia, tanto lo que tiene que ver con Servicio Penitenciario como el Patronato de Liberados, se implementa un trabajo con los varones y con los agresores. Hay un programa socio-reeducativo a donde se hacen talleres de masculinidades y talleres en donde se habla de qué pasa con la agresión, con la masculinidad construida, y es muy interesante porque antes estas herramientas no existían. Hay muchos varones que están detenidos por violencia por razones de género, pero hay otro tipo de violencia que tiene mucho que ver también con estos mandatos hegemónicos de la masculinidad, que son los modos. Debemos ver cómo producimos estas transformaciones y para eso hay que intervenir en toda la línea en estos casos. Estamos hablando de varones que ya son agresores, pero también tenemos otras herramientas muy importantes como es trabajar antes, trabajar cuando son chicos, trabajar desde la escuela.
La línea 144 especializada en atender denuncias por razones de género logró salvar la vida de 293 mujeres a través de las denuncias recibidas
-Se dice que todos y todas tenemos una amiga que fue abusada, pero curiosamente ningún hombre tiene un amigo que es abusador, ¿creés que esos pactos de silencio van a empezar a romperse?
-Yo creo que ese es un camino fundamental. Y ahí es donde ellos tienen que producir sus propias reflexiones. Creo que es un fenómeno que nos modifica individualmente, pero que necesitamos hacerlo colectivamente. Las mujeres lo hicimos; nos identificamos con la otra, nos organizamos. Hace 35 años fuimos y hablamos y vamos a encuentros para discutir estos temas. Y me parece que los hombres también tendrán que producir estos procesos colectivos de modificación de la masculinidad.