En el día en el que se alza la voz de “Ni una menos”, en el marco del recuerdo de las víctimas de los femicidios, en San Juan se resolvió un fallo ejemplar contra un ex policía acusado del femicidio de su novia. Matías Mallea (26) recibió la máxima pena por haberle disparado en la cabeza a Celeste Luna, su pareja de 20 años, en la habitación de su casa en Villa Hipódromo, departamento Rawson.
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Aunque el hecho se conoció como un acto accidental, desde el inicio de la investigación hubo dudas sobre lo que realmente había ocurrido, entre esas cuatro paredes el 15 de diciembre de 2019. Un sólo disparo se escuchó ese día. Celeste apareció muerta con un disparo en la cabeza y eso sembró dudas al respecto de lo que ocurrió. ¿La joven se había suicidado? ¿O fue un accidente, como en aquel momento había declarado su pareja Matías Mallea?
Mucha agua debió correr debajo del puente para que el caso tuviera las primeras luces en la investigación ya que al principio la declaración del disparo provocado al manipular erróneamente el arma, le dio ventaja al acusado. Es que la investigación cayó en el sistema ordinario, ya que aún no se ponía en marcha el proceso de oralidad del Sistema Acusatorio, y todo debía asentarse a través de pedidos escritos demorosos.
El dato revelador fue el resultado del dermotest. Las pesquisas indicaron que había restos de pólvora en las manos de Mallea y eso lo sitúa como principal sospechoso del femicidio de su novia. La lucha por la familia de Celeste estuvo en pie desde un primer momento. Ellos siempre creyeron que no fue un suicidio, sino que su novio había provocado su deceso.
A esas declaraciones se le sumaron los informes realizados por el médico forense, quién determinó que además en el cuerpo de Celeste había hematomas de vieja data producto de golpes recibidos por terceros: violencia de género.
Celoso y manipulador, fueron las características que aportaron los testigos a partir de cómo era la relación entre el policía y Celeste.
En el testimonio recabado por la Justicia, el sujeto siempre manifestó que se trató de un accidente. Un supuesto forcejeo fue otra de las versiones que apareció en el correr del tiempo. Qué Celeste estaba enfurecida por el número telefónico de una mujer, aparecido en un papel, y que eso la llevó a manipular el arma y dispararse finalmente, fue otra de las versiones que dio Mallea en el proceso.
El imputado reconoció que existió una fuerte discusión el día que murió Celeste, pero dijo que ella se disparó con intención luego de creer que él la estaba engañando con otra persona.
Sin embargo, las pruebas realizadas por las pesquisas determinaron que hubo una intencionalidad por parte de Mallea en la manipulación del arma y su testimonio cambió nuevamente. El ex policía, que en ese momento prestaba servicios en la comisaría 34, dijo que ella le sacó el arma y ambos forcejearon con la intención de que Celeste no cometiera una locura. Mallea también dijo que la joven lo agredió y que él se defendió en el marco de la discusión.
Nada de lo que dijo Mallea coincide con la evidencia presentada por los investigadores del caso, así fue como en 2020 el expediente que estaba en proceso en el despacho del juez Guillermo Adárvez, llegó a juicio contra el ex policía por “Homicidio agravado por el vínculo y en contexto de violencia de género”.
Finalmente, este jueves la Sala II de la Cámara Penal de la provincia de San Juan, integrada por Silvina Rosso de Balanza, Maximiliano Blejman y Juan Baustista Bueno, resolvió condenar a Prisión Perpetua al ex policía por el femicidio de su novia.
El doble dolor de la familia de Celeste
“Celeste tenía mucha vida, quería hacer muchas cosas. Ella quería estudiar asistente social”, las declaraciones del papá de Celeste fueron claras desde un primer momento. La joven nunca tuvo intenciones de matarse. La sospecha de que no se disparó intencionalmente, que no fue un accidente, estuvo presente desde siempre, pero se avivó cuando el forense le preguntó a la familia de la chica antes de entregarles sus restos, si sabían que ella sufría violencia de género.
Enterarse de que ella era víctima, cuando fueron a reconocerla a Morgue Judicial, fue un doble dolor inmenso y la necesidad de un pedido de Justicia. Ese instante fue un antes y un después en sus vidas y la promesa a su hija de encontrar la justicia que se merecía. Hoy Celeste descansa en paz.