El cantante Liam Payne, ex miembro de One Direction, causó conmoción en todo el mundo luego de ser encontrado sin vida en un hotel ubicado en el barrio porteño de Palermo. Más allá de su trágico final en Argentina, el joven de 31 años estaba atravesado por diversos problemas de salud que complejizaron su carrera y su vida personal a lo largo de los años. Desde problemas renales, tras haber nacido prematuro pasando por trastornos relacionados con la salud mental, como ansiedad y bipolaridad y su lucha contra el alcoholismo.
A lo largo de los años, el británico dio a conocer –en varias entrevistas– que atravesó diversas dificultades de salud mental generadas por el ambiente artístico, el reality The X Factor y su máximo esplendor en la boyband One Direction. Como si fuesen pedidos de ayuda al exterior, nunca escondió sus batallas personales.
En diciembre del 2019, durante una entrevista al medio The Guardian, Payne contó cómo vivió la euforia y la locura de las fanáticas durante las giras, los shows y los acampes que atravesaron a 1D durante sus seis años de vida. “Hacer un espectáculo para miles de personas y luego quedarte atrapado solo en un país donde no puedes salir a ningún lado, ¿qué más vas a hacer? El minibar siempre está ahí”, manifestó. “Una fiesta para uno, algo que hice durante muchos años de mi vida... Cuando miro para atrás, pienso cuánto tiempo estuve tomando y es mucho tiempo para alguien de nuestra edad", sumó.
Fue la primera vez que se refirió, de forma directa, a su alcoholismo. Al mismo tiempo tomaba un medicamento comúnmente utilizado para tratar la epilepsia, que modificaba y estabilizaba sus estados de ánimo, pero que afectó su funcionamiento cognitivo. “Solo necesitaba un poco de ayuda para mantenerme estable, pero ciertas luces en el escenario o durante las entrevistas, no podía decir ni mi nombre", agregó.
“Era un punto en el que todos los días no sabías si iba a ser el final. Fue tan complicado en cada show. Poco a poco estaba perdiendo la cabeza”, agregó el cantante en relación a su etapa de apogeo de la fama en la banda. Incluso, en varias ocasiones, señaló que la fama "casi lo había matado" y que había tenido pensamientos suicidas que lo hicieron pensar en actuar sobre sus sentimientos. “Es un poco oscuro; a veces muy delicado. Realmente no sabía como lidiar con esto –la inmensidad de la fama y One Direction–. Y una vez que empiezas, realmente no puedes presionar el botón de parada", había dicho en su momento.
Posteriormente, Payne hizo terapia durante dos años; algo que él mismo califica como una experiencia "difícil" ya que no sabía nada de sí mismo. Fue justo al momento de hiatus indefinido que la banda se tomó a mediados de 2015, cuando Zayn Malik –uno de sus miembros– decidió dejar One Direction. Al año siguiente, cuando la banda se separó, se dio uno de los momentos más oscuros de su vida: “Ese nivel de soledad te hace preguntarte: ‘¿Terminará esto algún día?’. Eso casi me mató un par de veces”, dijo sobre la soledad y la presión en el programa Ant Middleton & Liam Payne: Straight Talking.
En 2017, se convirtió en padre de Bear Grey; una relación que le costó en un principio, a pesar de buscar ser padre joven, pero que con el tiempo logró entender su rol. Cuando lanzó su carrera como solista, el alcohol siguió presente y también la lucha contra él yendo a reuniones de Alcohólicos Anónimos. "Lo escondí muy bien. Pasé un año sobrio, mi vida social se desplomó por completo pero era necesario", dijo. Pero durante julio del 2023, dijo haber retomado el control de su vida gracias a su exesposa Cheryl Cole y su hijo.
Salud mental: entre ansiedad y bipolaridad
Mientras Payne se encontraba en tratamiento por su alcoholismo, fue diagnosticado con trastorno bipolar. En una entrevista con The Sun, contó que dicho trastorno le afectaba en su estado de ánimo y en su vida como cantante, específicamente en los escenarios de los tours que realizaba la banda. "Salir y poner esa sonrisa feliz en mi casa y cantar las canciones, honestamente, a veces era como ponerme uno de esos disfraces. Salía y, debajo del disfraz, la gente realmente no veía qué estaba pasando", marcó. En medio de episodios maníacos y depresivos, características de la bipolaridad, agregó: "No debería haber podido hacer tantos shows como hicimos".
“Sólo necesitaba un poco de ayuda para mantenerme estable... A veces era muy delicado”, dijo en su momento, atravesado por episodios de ansiedad y agorafobia. En septiembre pasado, canceló su gira por Sudamérica por una infección renal grave y su recaída fue tanto física como mental.
Su trágica caída, desde el tercer piso del Hotel Casasur de Palermo, fue el final de una vida repleta de flashes, reflectores, música y adicciones que desembocaron en un cóctel fatal para su salud mental.