A días del arranque del juicio por la muerte de Diego Maradona, se conoció un nuevo informe de un perito forense que sostiene que el símbolo más importante del fútbol en la historia falleció por un "paro cardiorrespiratorio secundario a edema agudo de pulmón producido por insuficiencia ventricular izquierda aguda". En este sentido, también vale decir que estas pruebas fueron pedidas por el abogado de Leopoldo Luque, el doctor a cargo, Julio Ribas y los implicados Agustina Cosachiv y Vadim Mischanchuck.
Hasta el momento, el único informe que había sobre la muerte de Diego Maradona era el de la Junta Médica que había sido elaborado por policía científica bonaerense que allí había sostenido que había una insuficiencia cardíaca que incluyó una agonía de 12 horas y por eso habían sostenido que el fallecimiento "era previsible". En este punto, también sostuvieron que el accionar médico fue "deficiente, ineficiente e indiferente". En función de ello, es que el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov junto a otras seis personas están acusadas y con juicio a iniciar el próximo 4 de junio por homicidio simple por dolo eventual. Es decir, sabían que Maradona podía morir y nada hicieron para evitarlo.
Según el estudio del forense Ferrari presentado ante el Tribunal Oral Criminal 3 de San Isidro, Maradona tuvo una "arritmia ventricular aguda de origen orgánico o la acción externa de un elemento distinto al natural no pudiendo descartar la presencia de un tóxico ajeno a las drogas terapéuticas". En ese sentido, el perito recordó que Maradona tuvo "antecedentes de consumo".
Maradona falleció a los 60 años el 25 de noviembre de 2020 y la autopsia determinó que su deceso se produjo como consecuencia de un "edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada". Y también se descubrió que tenía una "miocardiopatía dilatada". El ex jugador, quien además padecía problemas de adicción al alcohol, había sido ingresado en una clínica de la ciudad de La Plata el 2 de noviembre de 2020, por un cuadro de anemia y deshidratación, y un día después fue derivado a un sanatorio de la localidad bonaerense de Olivos, donde lo operaron de un hematoma subdural.
El 11 de noviembre de ese mismo año recibió el alta y se trasladó a una casa en un barrio privado de Tigre, donde estaba al cuidado de un grupo de médicos y enfermeros, pero finalmente falleció dos semanas más tarde. Al momento de morir, Maradona dirigía técnicamente al equipo de fútbol de primera división de Gimnasia y Esgrima La Plata, donde había asumido su cargo en septiembre de 2019. Están imputados el neurocirujano Luque, la psiquiatra Cosachov, el psicólogo Carlos Ángel Díaz, Nancy Edith Forlini, los enfermeros Gisella Dahiana Madrid y Ricardo Omar Almirón, su jefe Mariano Perroni y el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna.
Con información de Noticias Argentinas