El Programa MI PIEZA generado por la Secretaría de Integración Socio Urbana (SISU) es una política de hábitat y de reactivación económica interna atravesada por la perspectiva de género. Esta política focalizada tiene sus inicios durante el mes de octubre del año 2021, cuando a través del Fondo de Integración Socio Urbana, dependiente del a Secretaria, se crea el Programa con el fin de llevar adelante mejoras en las viviendas de las familias de los barrios que se encuentran en el Registro Nacional de Barrios Populares (decreto 358/2017); pero a esta condición de ser parte de un barrio popular se le suma la de ser mujer para participar del programa, reconociendo de esta manera que son las mujeres quienes hacen al barrio y la cultura del mismo.
Este programa, junto con algunos desarrollos cooperativistas, son los primeros indicios de políticas de hábitat con perspectiva de género, donde la mujer es la referente del hogar, y como tal tiene la posibilidad de mejorarlo, acondicionarlo y ser la titular de una línea de beneficios de esta magnitud.
El resultado de los 3 sorteos del Programa MI PIEZA
Los primeros números arrojan que, en el último sorteo, realizado el día 14 de febrero de 2022, se benefició a unas 35000 mujeres de todo el país. Esto refleja una inversión de más de 8 millones de pesos, que se suman a las dos ediciones de los sorteos anteriores, produciendo una inversión de 32.800 millones de pesos. Cabe señalar que este programa es un paso previo a los procesos de urbanización que el gobierno de Alberto Fernández tiene como eje de su gestión en los años venideros de su gobierno.
Por otro lado, la transferencia de esos montos es directamente a las mujeres beneficiarias del programa, las cuales se encuentran obligadas a realizar la compra en corralones en un primer monto y por un 40% aproximadamente por tarjeta de débito o cuenta DNI. Además el primer rembolso es un 50% y una vez acreditado el avance de obra con fotografías, que deben cargarse en la App Mi Pieza, se depositara el resto del beneficio para la culminación de la obra.
Esta transferencia directa de millones de pesos, es la que genera un gran movimiento de la economía interna de las ciudades, ya que la construcción es un pilar importante en la actividad económica, puesto que acelera el crecimiento, crea empleo y reactiva el consumo en relación a los insumos necesarios para desarrollar las obras presentadas.
Por otro lado, es importante señalar que entre las beneficiarias del último sorteo del programa un 49,4% indicó que realizará obras de ampliación para así descomprimir la situación de hacinamiento, situación que generó mayor visibilidad durante la pandemia del Covid 19, por otro lado, el resto de las adjudicadas mejora la infraestructura de su hogar. De todas estas mujeres, unas 9500 integran un rango etario de entre 18 y 27 años, lo que nos indica que son familias jóvenes y recientemente formadas, o simplemente se trate de mujeres que formaron sus hogares a muy temprana edad, teniendo en cuenta que el RENABAP fue durante el año 2016.
También, un dato relevante del programa, es la federalización del mismo, y como la distribución de este se encuentra acorde al porcentaje de la cantidad de asentamientos que existen las provincias: en la provincia de Buenos Aires 18.541(52.5%) mujeres resultaron ganadoras de la tercera edición del programa, en Santa Fe hubo 2.589 (7,36 %) mujeres ganadoras, mientras que 1.574 pertenecen a Córdoba; 1.498 (4,26 %) a Chaco; 1.462 (4,16 %) a Corrientes y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tuvo 853, por otra parte Salta sumó a aproximadamente 4000 mujeres, etc.
En definitiva, en la Argentina existen, según el censo de barrios populares del año 2016, unos 4200 barrios vulnerados, donde miles de familias (exactamente 870mil familias) atraviesan condiciones de precariedad habitacional; pero si se tiene en cuenta la crisis económica generada por el gobierno de Mauricio Macri, donde los/as vecinos/as perdieron el poder adquisitivo, el empleo y como consecuencia la posibilidad de alquilar, sumándole a esto la pobreza que dejó la pandemia, es probable que el número de barrios informales haya aumentado o el número de familia en los ya existentes; por eso es sumamente importante que se realice un nuevo censo para tener números concretos de la situación actual e incorporar a esas nuevas familias a este tipo de política que viene un poco a reconocer la falta de una política de hábitat más integral.
Una mirada desde el trabajo social
El déficit habitacional y la precariedad de los asentamientos existentes es uno de los graves problemas que atraviesan a nuestro país y a Latinoamérica, y es uno de los desafíos por parte de varios gobiernos participantes de la asamblea Hábitat III en Quito.
La urbanización de las condiciones de Hábitat de estas barriadas no solo impactará en la fisonomía del lugar, en cuanto a infraestructura e integración urbana; sino que lo hará en el desarrollo socio-comunitario de las barriadas; ya que una reciente investigación en Junín (Asentamientos, educación y Empleo 2020-2021) puso sobre la mesa como estas condiciones deficientes de hábitat dejan fuera del mercado laboral formal a las familias, lo cual resulta como consecuencia inmediata del fracaso académico. Todo lo anteriormente mencionado afecta mucho más a las mujeres y disidencias, debido a que son ellas las que siempre se encuentra en los hogares, realizando las prácticas de cuidado y velando por el desarrollo de su familia.
Para concluir, resaltar que la vivienda y el hábitat digno se vinculan estrechamente con la posibilidad de generar un proyecto de vida personal y familiar que impacte positivamente en la sociedad, ya que en esta se gesta no solo la vida privada sino que también es un espacio de reunión y convivencia con la comunidad; es por eso que la vivienda digna es un elemento fundamental para garantizar los derechos humanos de las mujeres que relegan su vida a las prácticas de cuidado y el desarrollo de su barrio.