El Tribunal Oral Federal de la provincia de Corrientes dispuso la detención inmediata y la prisión preventiva de siete exmilitares, actualmente imputados por la muerte del soldado cordobés Matías Chirino. El joven soldado de 22 años perdió la vida por broncoaspiración -tras recibir maltratos y ser obligado a comer y beber en exceso- en la Guarnición militar del Grupo de Artillería 3 de la localidad de Paso de los Libres, durante un ritual de iniciación ocurrido hace dos años. A pesar de estas prohibidos, esta semana las fuerzas se vieron envueltas en un nuevo escándalo por un "bautismo" a 35 paracaidistas en Córdoba.
Según informó el medio El Doce, se trata de los exoficiales: Claudio Andrés Luna, Rubén Darío Ruiz, Hugo Reclus Martínez Tarraga, Darío Emmanuel Martínez, Exequiel Emmanuel Aguilar, Gerardo Sebastián Bautista y el subteniente Facundo Luis Acosta. Por su parte, los restantes dos acusados, la subteniente Claudia Daniela Cayata y el teniente Franco Damián Grupico quedaron imputados como partícipes secundarrios del homicidio simple, aunque seguirán en libertad. De los nueve, ocho fueron destituidos por la Justicia militar -máxima sanción posible-.
Cabe recordar que, en septiembre del año pasado, fueron imputados por el delito de "homicidio simple en calidad de coautores". Si bien se había ordenado la prisión preventiva, no se hizo efectiva el año pasado por un recurso impuesto por la defensa. Ahora, tras ser negado dicho recurso, la prisión preventiva fue dispuesta por haber quedado "acreditada la existencia de riesgo procesal". Por otra parte, el Tribunal encomendó la diligencia a Gendarmería Nacional hasta que se disponga un cupo en el Servicio Penitenciario Federal.
El caso de Chirino fue un antes y un después: por orden del ministro de Defensa de aquel momento, Jorge Taiana, los 'festejos' y 'ceremonias de iniciación' quedaron prohibidos. Sin embargo, por casos que se conocieron posteriormente, eso no se cumple dentro de las Fuerzas Armadas. En los últimos días se hizo viral por redes sociales un video de un hecho, ahora investigado por la Justicia Federal, donde se observa a más de 35 paracaidistas recientemente egresados en Córdoba a los que se les arrojó sidra con cal. Esto les produjo efectos como infecciones digestivas, afecciones en los ojos y vómitos; varios debieron ser internados y recibieron el alta al poco tiempo.
"Es un hecho sucedido a mediados del mes de mayo, en el campo de instrucción de Córdoba. Al finalizar el curso de paracaidistas, luego de efectuados cinco saltos, se realizó una formación de egreso adonde estaban reunidos todos los cursantes, con la presencia de las autoridades, los instructores y los familiares", dijo a El Destape una fuente oficial del Ejército.
Y agregó: "A modo de celebración por la finalización del curso, se les arrojó harina y sidra sobre los 221 paracaidistas recientemente egresados. A un grupo de 35 efectivos y por un error de quienes debían llevar el material, se les arrojó cal en lugar de harina. Ese personal fue el afectado e inmediatamente evacuado al Hospital Militar “Córdoba”, donde recibieron atención médica y se les realizaron estudios. Un grupo reducido quedó en observación y posteriormente, fue dado de alta".
La muerte del soldado Chirino
El hecho tuvo lugar en el interior del Casino de Oficiales del Grupo de Artillería de Monte 3, ubicado sobre el kilómetro 10 de la Ruta 117 de la localidad correntina de Paso de los Libres, el 19 de junio de 2022, durante un ritual de iniciación desarrollado entre las 00:30 y las 6:30, según consta en el expediente. En la investigación, orientada por el fiscal federal Fabián Martínez, se pudo determinar que los subtenientes Chirino, Chaile y Meza, debían presentarse y comenzar a prestar funciones, por orden del segundo jefe de la Unidad, a las 7:30 del día 20 de junio de 2022, pero finalmente por instrucción del Subteniente Facundo Luis Acosta, debieron arribar antes de lo previsto, a las 20:15 horas del día 18 de junio de 2022.
Entre el horario de ingreso y las 00:30 horas del día 19 de junio de 2022, se constató que en el interior del quincho de oficiales y sus inmediaciones, en el marco del "bautismo", los acusados ahora procesados “prevaliéndose de la autoridad que tenían (…), en desprecio a la integridad física y moral de sus camaradas Matías Ezequiel Chirino, Jorge Manuel Chaile y Rufino Ezequiel Meza le impartieron órdenes arbitrarias y maltratos”, dice el expediente.
Detalla que los maltratos consistieron en “obligarlos a ejecutar diferentes tareas denigrantes, como ordenándoles previamente al arribo al cuartel que debían organizar una cena para ellos y durante la noche, debieron comprar diferentes bebidas alcohólicas y gaseosa, cigarrillos y comida a pedido de los sindicados”. Y que “luego y con el estómago vacío, los conminaron a beber alcohol en exceso, extendiéndole sus copas, una de ella conteniendo vino con abundante sal, bajo la orden 'tome, tome' provocando que perdieran el conocimiento”.
Asimismo les exigieron que se colocaran la ropa de verano ante temperaturas de entre 4 y 2 grados y se sumergieran a la pileta del casino de oficiales cuya agua se encontraba sucia, por un tiempo de treinta segundos aproximadamente. Los jóvenes, que debieron dejar sus teléfonos celulares sobre la mesa, para que no contaran lo que ocurría, fueron obligados a comer con las manos fideos hervidos, mientras los superiores disfrutaban de una picada y un asado, según se desprende del dictamen.
Por otro lado, “les obligaron a comprar, cocinar y serviles, les requirieron que cantaran y/o recitaran la oración del soldado, la reseña histórica de dicha Unidad, la misión del Ejército Argentino y cuando se equivocaban les ordenaban que corrieran alrededor del quincho y/o de hacer flexiones de brazo”, expresa el dictamen.
A medida que fueron perdiendo el conocimiento por la intoxicación alcohólica y las demás circunstancias de maltrato, los soldados fueron dejados sin asistencia sobre colchones en el piso, sin calefacción en la habitación de Chaile, hasta que a las 6:09, la enfermera de la unidad, Sargento Clara Fernández- recibió un llamado telefónico del Teniente Grupico solicitando que concurra a la Unidad para asistir a uno de los nuevos oficiales “que se había pasado de alcohol”.
Según la autopsia realizada a Chirino, murió por broncoaspiración tras vomitar en estado de inconsciencia y estando acostado, mientras que se registró 1,45 gramos de alcohol por litro de sangre, indica la resolución.
En su declaración indagatoria, la subteniente Cayata describió una situación que da cuenta de la tradición de los maltratos como ritual de bienvenida a los soldados nuevos, al decir que la noche de los hechos investigados volvió al quincho “porque me acordé cómo fue mi recibimiento hace un año atrás, en junio del 2021 y como no me había gustado lo que pasé en ese momento, yo no quería que ellos pasaran por lo mismo”.