Un recorrido por la historia del mate argentino

05 de abril, 2021 | 23.23

Quien dice mate dice Argentina. Declarada “infusión nacional”, se transformó en una tradición que perdura a través del tiempo. Tal es así que se ha convertido en una bebida ritual de todos los argentinos y argentinas. ¿Cuál es la historia del mate?

Compañero sin igual, para compartir en rondas interminables con amigos o para tomar de manera individual. Lo cierto es que, en todos los hogares del país, el mate siempre está presente. 

¿Conocés la historia del mate? ¿Por qué está tan arraigado en nuestra cultura? Calentá el agua y mientras tomás unos, te invitamos a leer esta nota sobre su origen, algunas curiosidades y secretos.

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El mate como cultura

 

En Argentina, el mate es sinónimo de compañía, encuentro y compartir. Forma parte de nuestra identidad nacional, pero también es un ritual de la vida cotidiana de millones de personas. La “ronda del mate” es un rito social significativo para nuestra cultura. 

¿Sabías que hoy se toman alrededor de 100 litros de mate al año por argentino/a? Según un informe del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), la yerba mate está presente en más del 90% de los hogares. 

En Argentina, el mate está presente en más del 90% de los hogares. Cada argentino/a toma alrededor de 100 litros por año. 

Aun más. Su producción genera un gran impacto en la economía nacional. Cada habitante, por año, consume alrededor de 6,4 kg de yerba. Además, actualmente nuestro país es el principal productor y exportador mundial de yerba mate.

¿Por qué es tan importante el mate en la cultura argentina? ¿Qué significa el mate para los argentinos? Según encuestas de una investigación del Instituto Nacional de la Yerba Mate se trata de un símbolo nacional, una infusión social por excelencia que se transmite por herencia familiar.

Valeria Trapaga, la primera sommelier de mate del país, en una charla TED, dijo: “Frente al mate somos todos iguales”. ¿Qué te parece esta idea? Aquí te compartimos el video.

 

Ahora, ¿cuáles son los orígenes de este cultivo? ¿Cómo logró este ritual perdurar a lo largo de los años? Para descubrirlo, vamos a recorrer los momentos más importantes en la historia del mate. ¡Seguí leyendo!

Historia del mate

 

Para nosotros, el mate es la infusión que se prepara con sus hojas. Pero también llamamos así al recipiente donde se lo toma. La yerba mate, cuya denominación científica es Ilex Paraguariensis, es un árbol nativo de la selva paranaense. 

Descubrir los orígenes de este cultivo y su tradición como infusión implica remontarnos a la cultura precolombina. La historia del mate argentino empieza con los pueblos guaraníes. 

Antecedentes de la yerba mate

 

Antes de la conquista y colonización, fueron los guaraníes quienes utilizaban las hojas del árbol como bebida y objeto de culto. Pero también como moneda de cambio para trocar con otros pueblos. 

En la lengua originaria guaraní, Caá significa yerba, planta y selva. La ingestión de hojas de caá produce una sutil sensación de bienestar y armonía. 

Para el guaraní, la yerba no era solo un alimento estimulante, sino también una medicina, un bien ritual y un medio de adivinación. “Para ellos, caá fue un regalo de los dioses”, menciona Pau Navajas en su libro “Caá Porã. El espíritu de la yerba mate”.

Para los guaraníes, la yerba mate era alimento, medicina, un bien ritual y un medio de adivinación. 

Con la conquista y la colonización, los españoles tomaron contacto con el mate y sus virtudes. Fue así que difundieron su consumo por el entonces Virreinato del Río de la Plata. 

El mate antes y durante la Conquista

 

Los españoles vieron que los guaraníes llevaban, junto a sus armas, una bolsita de cuero con hojas trituradas y tostadas. Eran hojas de yerba mate que mascaban o colocaban en una calabaza y tomaban la infusión usando los dientes como filtro o una caña ahuecada.

Con el tiempo, fueron los jesuitas quienes introdujeron el cultivo en las reducciones o misiones jesuíticas guaraníes. Ellos lo preparaban en forma de té. De esta manera, contribuyeron a su difusión y comercialización y la yerba mate se volvió popular. 

Según el historiador Daniel Balmaceda, “en 1592 el mate ya estaba incorporado a las actividades comunes de los españoles, criollos y por supuesto de los guaraníes”. Pero su consumo empezó a generar conflictos entre los conquistadores.

En una oportunidad, el gobernador Hernandarias le escribió al rey de España contándole que el mate era un vicio. Que cebar mate demandaba mucho tiempo, entonces la gente trabajaba menos. Así, tomar mate se volvió una conducta perjudicial. 

Luego, en 1610, el gobernador Negrón se refirió al mate como un vicio abominable y sucio, que era necesario prohibir. En 1612, Hernandarias volvió a ser nombrado gobernador y prohibió el mate en el Río de la Plata. Sin embargo, siguió circulando de manera clandestina. 

Pero la historia se repite una y otra vez. ¿Qué ocurrió? El interés de los españoles por la producción y comercialización de la yerba mate era tal, que la población indígena fue sometida y esclavizada para alcanzar ese objetivo. 

El mate en la Independencia

 

La historia del mate también acompañó la construcción de nuestro Estado Nación. Tal como cuenta Pau Navajas en su libro, en 1816, quienes luchaban por la independencia seguramente estarían discutiendo en la Casa de Tucumán mate de por medio. 

El historiador Miguel Ángel De Marco afirma: “El mate es el único rito que sobrevive intacto desde 1816”.  En esa época, de pueblos y regiones aisladas, el mate se constituía en un elemento de construcción de identidad común. 

Lo cierto es que el mate era consumido por todas las clases sociales y todas las generaciones. En relación a esto, Navajas aporta otro dato interesante en su libro. Cuenta que todos tomaban mate, entonces, la forma de distinción de clases estaba en cómo se consumía el mate y en el recipiente para tomarlo. 

Por ejemplo, los aristócratas de la época le agregaban leche, crema, canela o clavo de olor. Además, sus mates eran labrados con la plata de Potosí. Buscaban que fueran lo más refinados posible, mientras más elaborados y ostentosos, mejor.

¿Sabías que existía la figura de la cebadora? Se trataba de una mujer esclava que se ubicaba en las salas de las casas y ofrecía mate a los residentes y a las visitas, en señal de bienvenida.

¿Quién fue Andrés Guacurarí y Artigas?

Andrés Guacurarí y Artigas, conocido como “Andresito”, fue un caudillo guaraní que gobernó, entre 1815 y 1819, la entonces Provincia Grande de las Misiones. Fue designado comandante por José Gervasio Artigas, su padre adoptivo y del corazón.

Se trató de uno de los primeros líderes federales de las Provincias Unidas del Río de la Plata y el único gobernador indígena de la historia argentina. El historiador Felipe Pigna rescata su legado, sosteniendo que ejerció “una conducción humana, justa y socialmente revolucionaria”.

Durante su gobierno y en su territorio, “recobraron su vigor los cabildos de los pueblos originarios que tenían una función central en la administración del territorio fomentando la producción y comercialización de la yerba mate”, explica el historiador. 

 

Día Nacional del mate

 

En 2013, el mate fue declarado "infusión nacional" por el Congreso de la Nación. Años más tarde, nuestras costumbres volvieron a ser reconocidas. 

Así fue como, en 2014, la Ley 27.117 estableció que cada 30 de noviembre se celebre el Día Nacional del Mate. Esta fecha fue elegida en conmemoración del nacimiento de Andrés Guacurarí y Artigas.

Cada 30 de noviembre se celebra el Día Nacional del Mate en conmemoración del nacimiento de Andresito, el único gobernador indígena de la historia argentina. 

Sin dudas, el mate es un ícono nacional que va más allá de una tradición cultural y que trasciende fronteras. Para los y las argentinas, tomar mate es mucho más que beber una infusión. A este compañero fiel nos une un vínculo emocional, una pasión.

Instituto Nacional de la Yerba Mate 

En 2002, el Congreso argentino sancionó la Ley 25.564 a través de la cual se creó el INYM (Instituto Nacional de la Yerba Mate). Es un organismo no estatal que trabaja para promover, fomentar y fortalecer el desarrollo de la producción, industrialización, comercialización y consumo de la yerba mate.

Entre sus tareas se encuentran la de asistir, investigar, fiscalizar, desarrollar, capacitar y promocionar el consumo de la Yerba Mate Argentina. 

¿Cómo se financia el INYM? La principal fuente es la Tasa de Inspección y Fiscalización -fijada por ley- del 2,5% al 5% del valor del kilo de yerba mate elaborada para ser comercializada en el país.

Como dato, cada vez que compres un paquete de yerba, fijate que tiene adherida una “Estampilla Oficial de Control” que acredita el pago de la tasa establecida.

¿Escuchaste hablar de la feria MATEAR? Es una iniciativa organizada por el INYM para promover el intercambio entre el sector gastronómico, comercial, cultural y los consumidores finales. Un espacio para profundizar el vínculo que los argentinos tenemos con el mate.

En tiempos de pandemia, compartir mate se hace imposible. Hacé click acá y conocé algunos consejos para tomar mate sin riesgo de contagio. 

¿Cómo preparar un buen mate?

Para muchos, tomar mate constituye un ritual íntimo. Es una ceremonia que envuelve a quien lo prepara y a quienes con él lo comparten. La preparación de un buen mate implica un delicado equilibrio de temperaturas y tiempos.

Si bien cada uno tendrá su procedimiento y secretos para preparar el mate, entre los expertos del cebado hay ciertos acuerdos. Por eso, queremos compartirte un paso a paso para preparar un buen mate. 

 
  1. Llenar tres cuartas partes del mate.

  2. Sacudir tapando la boca del mate con la palma de la mano.

  3. Dejar toda la yerba de uno de los lados del recipiente para que al pararlo quede colocada en forma oblicua.

  4. Echar un chorro de agua fría o tibia en la parte del mate donde hay menos yerba, o sea, en la parte de abajo de la inclinación. Cuando la yerba se hinche, colocar allí la bombilla.

  5. Cebar el mate vertiendo el agua lo más cerca posible de la bombilla para evitar mojar toda la yerba. Esto permite conservar su sabor por más tiempo porque cada vez que volquemos agua al recipiente la yerba que está seca irá alimentando, liberando gradualmente el sabor. Si se moja toda la yerba los mates se “lavarán” más rápido.

  6. Se recomienda no mover la bombilla una vez que se inicie el mate para que no se tape y para que la yerba seca no se moje.

Beneficios del mate

 

En los últimos años, ha crecido a nivel mundial el interés en los beneficios alimenticios y terapéuticos del mate. Entre sus propiedades, se lo considera un gran antioxidante, fuente de vitaminas y minerales. Además, ayuda a reducir el colesterol malo.

En primer lugar, el poder antioxidante se debe a la concentración alta de polifenoles. Ayudan a mejorar las defensas del organismo y protegen del daño celular. 

Luego, la yerba mate contiene vitaminas del grupo B (B1 y B6), esenciales para regular nuestra energía y evitar la fatiga y el cansancio. Además, la yerba mate tiene minerales como potasio y magnesio. 

Por último, posee xantinas, compuestos bioactivos estimulantes del sistema nervioso central, que favorecen la concentración. 

Variantes del mate

 

¿Mate amargo o dulce? ¿Con algún agregado? ¿A qué temperatura el agua? ¿Yerba mate común o saborizada? ¿Y si le agregamos hierbas? A la hora de preparar mate, los gustos son tan diversos como las personas. 

Esa misma variedad también se da a la hora de elegir el recipiente y la bombilla. Aunque el típico mate es de calabaza, los hay de madera, vidrio, plástico, cerámica, loza, hasta de pezuñas y cuernos vacunos. En esta materia, Argentina es experta.  

Si vamos a la historia del mate, los guaraníes lo preparaban en una calabaza, con agua fría o caliente. Filtraban el líquido con labios y dientes, y comiendo parte de las hojas maceradas. En ocasiones, fabricaban filtros con trenzas de fibras vegetales.

En cuanto a las bombillas, hay quienes prefieren las realizadas con materiales como la plata, la alpaca y el acero quirúrgico. Hasta podemos encontrar de caña de bambú.

Desde el INYM aseguran que “la mejor bombilla para el mate es la que más dura, menos se tapa y es más fácil de limpiar”. ¿Cuál es tu elegida? 

Además de la forma tradicional con agua caliente, hay otras variantes de consumo, muy difundidas en el noreste de nuestro país. Nos referimos al tereré y al mate cocido. 

Tereré

Es un mate frío que se utiliza para hidratarse y paliar el calor. Es típico de la región del Gran Chaco (Paraguay, Bolivia y Argentina). Se sirve con agua fría, hielo y otras hierbas, como hojas de menta, cedrón y naranjo. 

Hay quienes lo preparan con jugo de cítricos. Para tomarlo, en vez de usar la calabaza, se lo ceba en un vaso con mayor capacidad que el mate tradicional. Recientemente, el tereré fue declarado Patrimonio de la Humanidad

Mate cocido

Es una infusión caliente, el equivalente al té en muchos países. Se prepara agregándole al agua a punto de hervor cucharadas de yerba mate y azúcar. Se deja reposar y luego se filtra. 

¡Un dato! Hay quienes colocan -en un recipiente al fuego- el azúcar y la yerba para que se fundan. Luego, le incorporan el agua caliente y ¡listo! Es ideal para los días de mucho frío. 

Conclusión

La historia del mate argentino tiene sus orígenes en el pueblo guaraní, antes de la conquista y colonización española. Para los guaraníes, la yerba significaba  alimento, pero también medicina. Era un regalo de los dioses. 

Con el tiempo, se transformó en una tradición típica de la cultura argentina que perdura hasta hoy. Sinónimo de encuentro y compartir, la ceremonia del mate nos acompaña durante todo el día y en todo momento. 

En 2013 fue declarada “infusión nacional” y, desde 2015, tiene un día dedicado a su celebración. Es símbolo de nuestra identidad nacional y de reconocimiento a nivel mundial. 

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