En las últimas horas detuvieron al camionero Héctor Romero que llevó a María Cash, desaparecida el 8 de julio de 2011 luego de emprender un viaje desde Retiro hacia el norte argentino. Cuatro días después de haber llegado a destino, en la provincia de Salta, no se supo más nada de la mujer de 29 años. En el medio de la reactivación de la causa, por parte del fiscal Eduardo Villalba, se puso el foco en los primeros días de julio y específicamente, en el camionero que la vio por última vez y no prestó colaboración durante las declaraciones testimoniales.
Según pudo conocer El Destape, el hombre de 71 años, oriundo de la ciudad de General Güemes, sería una de las últimas personas que tuvo contacto con María. Fuentes oficiales señalan que, tras la orden de captura y su detención, se transformó en el principal sospechoso directo de la desaparición en la ruta 9/34 a la altura de la zona de Palomitas. Cabe señalar que la detención de Romero fue ordenada, este mediodía, por la jueza federal de Garantías N° 2, Mariela Giménez, tras un dictamen presentado por el fiscal general, en el marco de ser pasible del delito de "homicidio calificado".
Fue el propio Villalba quien dio a conocer una serie de indicios que ponen en duda la versión de Romero sobre su encuentro con Cash. Entre ellos, destaca que -como testigo- realizó una declaración "inconsistente" y contradice las imágenes de seguridad. Por ejemplo, dice que se acuerda lo que María tenía puesto sólo de la cintura para abajo pero a su vez, que tenía el pelo revuelto; algo que se contradice en las cámaras de seguridad.
Cabe remarcar que, previamente, prestó declaración como testigo y ahora lo hará como imputado. Es justamente allí, en su primera declaración, donde el fiscal cree que mintió -a partir de los dichos de otros testigos- sobre el lugar donde la habría dejado y la vestimenta que tenía. Romero había señalado en su momento que la había llevado desde la rotonda de Torzalito hasta una gruta en el ruta 34.
Los movimientos en la causa se dan luego de que la investigación dé un nuevo giro y se reabra luego de la realización de un informe que llevó adelante una comisión especializada para la investigación en cuestión. En dicho informe al que accedió el fiscal, se asegura que es imposible hacer el trayecto y las maniobras que describió en sus relatos; como también se marcaron diversas contradicciones en sus dichos sobre el traslado.
El hombre fue detenido en la casa de una de sus hijas, ubicada en el barrio Pereyra Rozas, alrededor de las 15. "Al presentarse, los gendarmes advirtieron una actitud vencida del camionero; quien, en principio, creyó que la presencia de los uniformados solo era para una notificación judicial", indicaron fuentes de la causa. Una vez leída la orden de captura, Romero no se expresó y fue trasladado a la sede de la Delegación Salta de la Policía Federal. En este marco, se prevé su indagatoria como imputado y principal sospechoso para el miércoles 27 de noviembre a las 11.30, frente al Juzgado Federal N° 2.
Testigos que lo contradicen y una incógnita que se mantiene
El fiscal ordenó intervenciones telefónicas y trazado de recorridos de las antenas. Los informes, de casi dos años de movimientos, arrojaron más pistas sobre los sospechosos y le permitieron a los investigadores poder armar un mapa de los patrones de conducta y movimientos. Con todos estos datos, empezaron nuevamente las testimoniales y las investigaciones, entendiendo que ahora los peritos no parten desde cero sino de puntos que consideran clave para poder determinar qué pasó con María Cash a 13 años de su desaparición.
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Entre los primeros citados en la reactivación de la causa, se encuentra Ramón Crespín, una de las últimas personas en ver a María Cash y en declarar en la causa inicial ya que es propietario de un comercio cercano al lugar donde el camionero aseguró haber dejado a la diseñadora. En su declaración ante el fiscal, el comerciante aseguró que ni él ni su familia vieron a la joven en ese lugar y que “es imposible que el camionero la haya dejado allí sin que ellos lo supieran, porque los perros hubieran ladrado al detectar los movimientos” en la zona.
Además, declararon dos hombres que eran empleados de la estación de servicio en la rotonda Torzalito, donde la joven tuvo la asistencia del camionero para continuar su viaje. Andrés Reyes, uno de los empleados, le contó al fiscal que vieron “a la joven que estaba como perdida y golpeaba las puertas de los camiones, como buscando a alguien”. Según el testigo, él trabajaba pintando unos palos cerca de allí. “Cuando la miré, ella me dijo ‘no me miren, no estoy drogada ni perdida, estoy bien’”, recordó. También aseguró que se enteró de la desaparición una semana después, cuando viajó a Salta por unas compras y vio los afiches con la imagen de María.
El último testimonio de importancia fue el de Jesús Brito, un ex empleado de la misma estación de servicio en la rotonda Torzalito. Según su relato, “estaba recogiendo basura cuando vi a la chica que venía por detrás de la estación”. El hombre aseguró que ella estaba haciendo dedo y le pidió a varios camioneros que la lleven pero no vio dónde se fue porque siguió con sus trabajos. “Me enteré de la desaparición porque había comentarios que buscaban a una chica y ahí me di cuenta”, concluyó.