A través del decreto 183/22, el presidente Alberto Fernández cesó la tarea del cineasta Luis Puenzo al frente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). La medida se dispuso luego de la manifestación seguida de represión que visualizó la crisis que atraviesa el organismo dependiente del ministerio de Cultura.
En las horas previas a su despido, el mismo Bauer había adelantado que habría "cambios en el Incaa" frente a los medios que cubrían la movilización, en la que intervino la Policía de la Ciudad
El realizador de "La historia oficial" defendió su gestión, dijo que es "difícil" que se pueda ampliar el presupuesto y afirmó: "No evité aplicar asignaciones específicas ni subsidios; hemos hablado muchas veces con el colectivo de actores, este reclamo no arrancó ahora, es de larga data".
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"Si me tengo que ir, me iré", adelantó también el cineasta y funcionario, y justificó la situación por la falta de recursos: "Es difícil suponer que puede haber más dinero que este, se trata de administrarlo sanamente- explicó-, hubiera sido bueno hacerlo de común acuerdo con la industria", se lamentó.
Luego de la entrevista en la AM 750, Puenzo también habló con Radio con Vos, en donde afirmó: "No me quiero ir, por lo menos por el momento, hasta terminar lo que estoy haciendo".
Diferentes actores del sector audiovisual convocaron el martes a una concentración que se desarrolló desde las 15 para exigir la renuncia de Puenzo. El principal descontento con la gestión del cineasta es con la no modificación del Plan de Fomento, "impuesto en el gobierno de (Mauricio) Macri que concentra la producción cinematográfica en las productoras más grandes radicadas en AMBA", de acuerdo al colectivo.