Efectivos de seguridad detuvieron finalmente a Maximiliano Pilepich, uno de los dos acusados prófugos de haber matado al empresario Fernando Pérez Algaba y a quien los investigadores señalan como una de las personas claves en la causa que busca esclarecer el asesinato del hombre que apareció descuartizado en la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, cerca del arroyo Del Rey en julio pasado.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
El joven fue detenido en un domicilio de la calle Santa Maria 2093, en Paso del Rey, luego que en las últimas horas se dispusiera su captura nacional e internacional. El domicilio era el de una mujer que vendía terrenos para el emprendimiento de General Rodríguez a su cargo, y cuando la policía vio un vehículo suyo en la puerta, corroboró la información y al ingresar se lo detuvo. El nuevo detenido y Nahuel Vargas son los principales acusados del homicidio cometido entre el 18 y el 19 de julio pasado. Ahora, Pilepich será indagado por el fiscal de instrucción de Lomas de Zamora Marcelo Domínguez y luego definirá si pide o no la preventiva del acusado.
Según la hipótesis de la fiscalía, el móvil del crimen es porque Pilepich le adeudaba a Pérez Algaba una suma importante en dólares, que se decía de 150 mil y ahora se evalúa en mucho menor monto, y no quería que pagarle. Pilepich y Vargas se vieron con Pérez Algaba en el predio Renacer de General Rodríguez, donde el acusado proyectaba construir un barrio privado. Supuestamente, allí le devolvieron parte de la deuda en una suma en dólares.
Para la fiscalía hay pruebas en que Pilepich, utilizando un teléfono que forma parte de una flota de equipos del Ministerio de Seguridad porteño, estuvo en la misma zona luego que Pérez e incluso luego en Budge, donde el empresario fue encontrado descuartizado en una valija, una mochila y también en bolsa de residuos.
Si bien los pedidos de detención de la Fiscalía eran de ocho personas, el juez consideró, sobre Hernán Córdoba y la gestora Flavia Bomrad, no había pruebas para inculparlos. El primero fue quien habría dado -según la Fiscalía- el teléfono a Pilepich para comunicarse aquellos días del crimen y la segunda, supuestamente, convenció a la víctima de ir al predio, donde se encontró con su asesino.
De esta forma, el juez de turno sólo convalidó la detención de cinco personas: Pilepich, Vargas Contreras, Carrizo y Gil; y no hizo lugar al de Contreras, Bomrad y la ampliación de la mujer trans Alma Chamorro, esta última ya está detenida por ser partícipe secundaria al ser quien habría aportado la valija donde aparecieron partes del cuerpo de Pérez Algaba.