Matías Gil, uno de los siete detenidos en el marco de la investigación por el brutal crimen del empresario Fernando Pérez Algaba, cuyos restos fueron hallados en julio pasado dentro de una valija a un costado de un arroyo en Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, negó este viernes tener alguna relación con el asesinato pero admitió que estuvo en el predio de General Rodríguez -donde se presume, se concretó el homicidio- el día del hecho.
"Amigo, todo mal, necesito que vayas al campo", le dijo su amigo Maximiliano Pilepich, principal sospechoso del asesinato e imputado en la causa ya que se presume que fue él quien ejecutó al empresario por "cuestiones económicas". Gil prestó una declaración espontánea frente al fiscal Marcelo Domínguez, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 5 de Lomas, e intentó desvincularse del crimen, asegurando que "jamás" estuvo implicado en un hecho criminal.
Además, en su presentación, explicó que el 18 de julio -cuando Pérez Algaba fue visto por última vez y fue asesinado en el predio Renacer- se hallaba jugando al pádel en la zona de San Miguel, cuando recibió el llamado de Pilepich para encontrarse en una farmacia en el denominado "Puente Gnecco". El llamado fue por la tarde y tras ver a su amigo, este le pidió que se dirigiera a Renacer. Concurrió al lugar cerca de las 20 hs.
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"Me pide el teléfono y lo pone en modo avión. Me dice 'después te cuento'. No me sorprendió el pedido ya que nada solía ser 'muy normal' en la vida de Maximiliano", dijo el imputado. Esa noche dice no haber visto nada en relación al crimen pero al día siguiente le pidió que concurriera con Nahuel Vargas -otro de los sospechosos- a llevar una suma de dinero al imputado Luis Alberto Contrera. Los investigadores creen que este último fue el encargado de deshacerse del cadáver.
Sobre el viaje con Vargas, dijo que "fue todo raro, ya que no hablaba mucho" y aseguró que el hombre estaba "como pálido y con la mirada desencajada" durante el tiempo en la camioneta. "Cuando le pregunté, me respondió: 'No preguntes, me la mandé, no daba para más'. Si fuera necesario aclaro que: no maté a nadie, no vi a nadie matar a ninguna persona, no planifiqué ninguna muerte y no tenía una deuda con Pérez Algaba", manifestó.
En su indagatoria, Vargas señaló a Pilpich como quien le disparó a la víctima dos tiros por la espalda, mientras este cambiaba unas lamparitas de las oficinas montadas en el establecimiento inmobiliario "Renacer" -construcción posteriormente demolida para "tapar" el crimen-. Además afirmó que el autor de los dispares le dijo: "Ya está, no aguantaba más, hay límites", por la deuda de unos 150.000 dólares que tenía el empresario. La autopsia determinó que recibió dos balazos en la espalda y que el descuartizamiento fue cuando ya estaba fallecido.
Por su parte, Contrera también declaró ante la justicia y aseguró que durante la madrugada del 19 julio Pilepich y Vargas llegaron a su domicilio de Ingeniero Budge en busca de ayuda. A bordo de un Volkswagen Polo y un Ford Ka, arribaron al lugar con el cadáver ya descuartizado y embolsado de la víctima y le ofrecieron dinero para que se deshaciera del mismo, marcó.
Pilepich, el único sospechoso que no declaró
Maximiliano Ezequiel Pilepich, principal acusado por el asesinato, no se presentó a declarar esta semana y adujo tener problemas de salud. Si bien el abogado defensor, Enrique Tronceda, había solicitado la ampliación indagatoria ante el fiscal Domínguez, se terminó suspendiendo porque "estaba enfermo, es una persona con diabetes". Fuentes de la causa manifestaron que, hasta el momento, no hay una nueva fecha de audiencia establecida.
Según voceros judiciales se esperaba que el exsocio del empresario asesinado, que se había negado a declarar el pasado 16 de agosto cuando fue detenido en la localidad de Paso del Rey, municipio de Moreno, brindara una "declaración extensa".
A los cuatro mencionados se suman el comisario mayor de la Policía de la Ciudad, Horacio Mariano Córdoba; la gestora Flavia Lorena Bomrad y Fernando Gastón Carrizo. Cabe recordar que todos los imputados en la causa están detenidos y acusados por el delito de "homicidio cuádruplemente agravado por el uso de arma, alevosía, codicia y el concurso premeditado de dos o más personas". En caso de ser hallados culpables, prevé una pena de prisión perpetua.