Uno de los acusados del crimen de Lola Chomnalez fue absuelto en las últimas horas y dio sus primeras declaraciones públicas. Se trata de Ángel Moreira, alias “El Cachila”, quien estuvo tres años preso al ser imputado por encubrimiento del crimen que terminó con la vida de la adolescente de 14 años en Valizas, Uruguay.
“La pasé mal, casi me mataron, pero bueno, la fui llevando. Pasé dos meses en el calabozo durmiendo en una bolsa de basura”, expresó Moreira en diálogo con el medio uruguayo Subrayado.
"El Cachila" fue detenido al comienzo de la investigación, pero quedó libre ya que dio negativo el cotejo de su ADN con el material genético hallado en los objetos de la víctima, pero en 2019 la Justicia uruguaya lo volvió a imputar y lo detuvo como encubridor al concluir que "estuvo presente antes, durante y después del homicidio" de la adolescente.
Lo cierto es que "El Cachila" brindó testimonios que se contradecían con las pistas acumuladas en la investigación del caso. Al referirse a este tema, el hombre dijo que, al momento de su detención había consumido pasta base: “Me llevaron drogado hasta las manos y dije cosas que no debí decir, por eso es que estuve preso”.
"Drogado dije cualquier cosa que no debí decir, porque nunca tuvieron pruebas contra mí, porque la Policía cayó en mi casa a las 7 de la mañana, la madre de mis hijos llevó mis chiquilines a la escuela y me llevaron preso”, recordó.
Al consultarle sobre qué haría al salir de la cárcel, dijo que "comerá algo como la gente" y se encontrará con sus hijos, que hace 3 años y dos meses que no los ve. También se refirió a la posibilidad de iniciarle una demanda al Estado por el tiempo que estuvo preso: "Dependerá de lo que resuelva mi abogado, aún no conversamos del tema".
La absolución de "El Cachila"
El juez Giménez Vera sostuvo que “no existe medio probatorio alguno” que posibilite responsabilizar a "El Cachila" del delito de “encubrimiento, ni de cualquier otra conducta penalmente reprochable”. También remarcó que el peritaje psiquiátrico arrojó que presenta una personalidad con tendencia “a la mitomanía”, a “irritarse fácilmente y perder el control de sus impulsos”, y un patrón de “desprecio y violación de los derechos de los demás”.
“La conducta de Ángel Moreira no resulta atrapada en el tipo penal del delito de encubrimiento, dado que no conoció la existencia del delito anterior, ni ayudó, colaboró contribuyó o facilitó a su autor, con la finalidad de sustraerlo de la acción de Justicia”, expresó el magistrado en el fallo.
También destacó que el acusado dio tres versiones distintas del hecho y que su descargo en determinados tramos y cuestiones puntuales “carece de espontaneidad verosimilitud”. “La sola voz de Moreira, relatando hechos poco creíbles, por un lado, y contradictorios con respecto a las pruebas que se han acumulado, demuelen cualquier estructura seria que pretenda responsabilizar con certeza jurídica a una persona de la comisión de un delito”, afirmó y dispuso “inmediata libertad en forma provisional y bajo caución juratoria” del acusado.
La noticia de la absolución no fue bien recibida por la familia de la víctima: Juan Willman, uno de los abogados de los padres de Lola, aseguró a Télam que espera que la fiscalía apele el fallo. La fiscal Jéssica Pereira había solicitado al magistrado que condene a “El Cachila” a 10 años de prisión por “encubrimiento”.