La UBA trabaja en un tratamiento para combatir la enfermedad que tenía Lionel Messi

A partir de la nanotecnología, investigadores de la UBA avanzan en un mecanismo que permitiría reducir las inoculaciones a partir de la liberación controlada en lapsos de tiempo más largos. 

13 de marzo, 2023 | 16.52

Investigadores de la UBA trabajan en un tratamiento más eficiente y menos invasivo para combatir la deficiencia de la hormona del crecimiento, la misma enfermedad que tenía Lionel Messi. El objetivo de los científicos argentinos es evitar con esta terapia la inoculación diaria a partir de la liberación controlada en lapsos de tiempo más largos. Para eso, recurrieron a la nanotecnología y utilizaron componentes casi tan diminutos como los átomos, las células o los virus.

La hormona del crecimiento es una sustancia corporal vital para el desarrollo normal de niños y niñas. A veces ocurre que la glándula pituitaria no fabrica lo suficiente, generando un problema para el desarrollo presente y futuro de las personas. Existen diversos tratamientos, por lo general muy invasivos y complejos, por lo que investigadoras e investigadores de la UBA buscan volverlos más eficientes y menos intrusivos valiéndose de la nanotecnología.

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En los últimos años, la administración de medicamentos planteó numerosos desafíos a la hora de optimizar la concentración, su liberación en el momento adecuado, y todo esto de la forma menos invasiva. Existen medicamentos que deben ser administrados en momentos muy específicos, con dosificaciones complejas, combinados con otras terapias, y demás requerimientos, que con la ayuda de la nanotecnología pueden hacerse de forma más sencilla y eficaz.

La nanobiotecnología es la disciplina científica que se ocupa del estudio y el desarrollo de sistemas en muy pequeña escala, que llamamos nanométrica, para ser aplicados en múltiples ramas de la biología y la medicina”, explicó Paolo Catalano, docente e investigador de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires. “En el laboratorio, nos dedicamos a la aplicación de la nanotecnología para la resolución de problemas biomédicos”.

“En la escala nanométrica, la materia posee propiedades distintivas e interesantes que resultan de utilidad para estudiar más profundamente a los sistemas biológicos, para desarrollar mejores sistemas diagnósticos o para mejorar los tratamientos actuales de enfermedades crónicas, entre otros”, aclaró Catalano, también investigador del el Instituto de Nanociencia y Nanotecnología (INN), nodo Constituyentes (CNEA-CONICET).
“Las hormonas son compuestos de alta potencia, es decir, con una pequeña cantidad se logra un gran efecto, y dicho efecto se encuentra fuertemente vinculado al momento de administración de las mismas”, aclaró Catalano. “En el caso particular de la hormona de crecimiento, el tratamiento de su deficiencia involucra la administración crónica de la misma y actualmente existen dispositivos que requieren inyecciones diarias de la hormona. Esto constituye un grave inconveniente para el cumplimiento del tratamiento por parte de los pacientes”.

El caso Messi

La deficiencia en la hormona de crecimiento es una dolencia cuya prevalencia se estima en uno entre cuatro mil niños. Sin dudas el caso más emblemático fue el de Lionel Messi, quien padeció de niño este problema. Con 10 años de edad, su estatura apenas rondaba los 1,25 metros. Pocos meses después, el endócrino argentino Diego Schwarzstein fue quien le diagnosticó el déficit de la hormona del crecimiento. A la edad de once años, Messi medía 1,32 metros, altura correspondiente a un joven dos años menor que él.

El tratamiento al que debió someterse consistía en inyecciones subcutáneas diarias que se suministró al menos durante tres años: “Una vez por noche me iba pinchando. Cambiaba de pierna. Primero una, después la otra. Al principio me lo hacían mis padres, hasta que aprendí y lo fui haciendo solo”, contaba en una nota periodística años después.

Las ampollas que se pinchaba Messi complementaban el déficit de suministro de la hormona del crecimiento de la hipófisis en su organismo. Las pruebas son muy minuciosas y el suministro de la hormona supone un alto costo. La crisis que atravesó Argentina en 2001 dificultó a la familia Messi poder seguir costeando este tratamiento en el país. El desarrollo del tratamiento todavía no se había completado y Messi presentaba aún retraso en su crecimiento. El club Newell’s Old Boys no pudo hacerse cargo de las inyecciones. Se buscó ayuda en River Plate, uno de los grandes equipos del país, que declinó pagar la medicación. Fue entonces cuando surgió la posibilidad de ir a Barcelona.

Messi aterrizó en Barcelona a los 13 años con una estatura de 1,43 centímetros y con una proyección de crecimiento de 7 a 15 centímetros como máximo. Es decir, si su cuerpo hubiera respondido adecuadamente al tratamiento que llevaba y hubiera parado, debió haber medido entre 1,50 y 1,58 centímetros, siete centímetros por debajo de Maradona, que ya era considerado un jugador muy bajito a pesar de ser el mejor del mundo.
Pero la idea del club era conseguir que alcanzara los 1,70 centímetros y dejará de ser “La Pulga”. Se trataba de conseguir 27 centímetros en solo tres años, ya que a los dieciséis tendrían que detener las inyecciones. Quedó muy cerca del objetivo: Messi mide hoy 1,69 centímetros, y el final de la historia ya lo conocemos todos.

El nuevo tratamiento en estudio

Sobre el nuevo tratamiento en el que trabajan los investigadores de la UBA, Paolo Catalano explica que “Mediante la utilización de partículas nanométricas de un material denominado silica, junto con otro material denominado colágeno, ambos biocompatibles, buscamos desarrollar un sistema que permita alojar a la hormona de crecimiento, protegerla y liberarla de manera paulatina”.

De esta manera,  el paciente se inyectaría una vez por semana o incluso tal vez cada 15 días. Eso se deja como las vacunas, de forma subcutánea, y se va liberando de a poco. Se evitan los pinchazos, que no sólo son molestos, sino que puede ser que se olviden, o un día no puedan hacerse, entre otros inconvenientes.

“Proponemos un sistema basado en biomateriales nanoestructurados que permitan una liberación controlada y continua de la hormona y que evite su administración de manera diaria. Esto conllevaría a un mayor cumplimiento del tratamiento por parte de los pacientes mejorando radicalmente la eficiencia del mismo”, concluyó Catalano.

Los materiales pueden ser producidos, manipulados y estudiados a diferentes escalas. En la escala nanométrica, los materiales tienen propiedades físicas y químicas diferentes, e interesantes que no se observan en otras escalas. Por eso los científicos eligen trabajar en esa escala, a la hora de luchar contra ciertas deficiencias de nuestro organismo.

“Un nanómetro corresponde a la mil millonésima parte de un metro”, explicó el investigador. “Para hacerlo más gráfico, un nanómetro resultaría de dividir el grosor de un cabello humano en 50.000 partes. Los materiales que denominamos nanoestructurados adoptan distintas formas y configuraciones (esferas, tubos, varillas, espigas, esponjas, entre otros) siempre en una escala entre 1 y cientos de nanómetros”.
“Nuestras investigaciones involucran materiales nanoestructurados biocompatibles. Se trata de materiales en la escala nanométrica, que dada su composición química y estructura resultan compatibles o amigables con los seres vivos. En nuestro caso particular, esto resulta fundamental dado que buscamos desarrollar sistemas que puedan brindar mejores alternativas a los tratamientos actuales para las deficiencias de la hormona de crecimiento en los seres humanos”, concluyó el experto.

El proyecto recibió recientemente un subsidio, otorgado por la Human Growth Foundation (Fundación de Crecimiento Humano), lo que significa un reconocimiento al trabajo de un equipo de científicos, así como una ayuda económica para los costosos insumos que necesita este tipo de investigación.