La Ley 25.542 es conocida como la ley de actividad librera. Entre los distintos puntos de la normativa que data de 2001, establece un precio uniforme de venta al público de libros. El objetivo es que el libro sea un bien accesible para todas las personas. Según reveló el Centro de Estudios y Políticas Públicas del Libro de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), eso permite que en el país existan 1623 librerías, es decir, 3,43 cada 100 mil habitantes. Los números superan a Brasil, Colombia, Chile y México. Sin embargo, todo eso está en peligro por iniciativa del Gobierno: la derogación de la normativa figura en la ley ómnibus.
El Centro difundió este viernes los datos en sus redes sociales. En el cuadro se puede ver que, por ejemplo, a cada librería argentina le corresponden 29.160 habitantes. En el caso de Brasil, que tiene 2200, en cambio, son 98.745, es decir una tasa de 1,01 librerías por cada 100 mil habitantes Para México, los 1640 locales de libros, le corresponden 76.837 habitantes. O sea, 1,30 librerías cada 100 mil.
"De las decenas de políticas del libro existentes y probadas, acá y en otros países, pocas, muy pocas, son tan virtuosas como la ley de precio único", explicó este centro de estudios a través de su cuenta oficial de X. Alejandro Dujovne, doctor en Ciencias Sociales, investigador de Conicet y director del centro, dijo a Télam, precisó que esto es posible gracias, entre otros factores, a la actual Ley del Libro.
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En el mismo informe también se incluyó un relevamiento que da cuenta que en Colombia, en 2022 había 484 librerías, lo que representa 0,94 librerías cada cien mil habitantes; así como la situación en Chile: con 355 librerías, número que alcanza 1,93 cada cien mil habitantes.
Según contó Dujovne, los datos fueron recabados a través de la consulta directa con fuentes oficiales en los distintos países: ministerios, secretarías y cámaras del libro. Esa información, luego fue contrastada con editores y libreros. La comparación, en tanto, se llevó a cabo con países que tienen una matriz similar al país, que son comparables en términos de dimensión de territorio, desarrollo productivo y tradición editorial y librera.
"Este número demuestra que la ley de defensa de la actividad librera creó el terreno para el funcionamiento de un tendido grande de librerías. Hay otros factores que pueden afectar como el nivel socioeconómico de la población, las tasas educativas y la tradición librera de cada país, pero el devenir podría haber sido otro si no hubiéramos tenido una ley que neutraliza la competencia desleal", explicó Dujovne.
En este sentido, el especialista sostuvo que el libro no es sólo un bien mercantil más, sino que tiene una dimensión cultural simbólica muy grande. "Entonces, las librerías no son meros expendedores de libros, sino que además crean las condiciones para generar nuevos lectores. Más librerías, más lectores: es una cuestión en definitiva de oferta y demanda", agregó.
Librerías se pueden encontrar en cualquier parte del país, pero hay centros neurálgicos: Ciudad de Buenos Aires y Córdoba, Santa Fe y Neuquén, son los distritos que más librerías concentran cada cien mil habitantes. "Y además es una ley virtuosa porque opera no solamente sobre las librerías sino también sobre un sistema entero de desarrollo y creación de nuevos sellos editoriales independientes", dijo el investigador para destacar también el trabajo nacional hecho por empresas por fuera de las multinacionales. Por eso, para el investigador es “realmente muy preocupante que estemos ante esta posibilidad de retroceso, cuando podríamos estar pensando en la internacionalización y exportación, en políticas públicas de Estado que sigan potenciando la industria del libro”.