Micaela García era una militante feminista que formaba parte del Movimiento Evita y también del reconocido espacio "Ni Una Menos" (NUM). Era estudiante de Educación Física y tenía tan solo 21 años cuando fue asesinada el 1° de abril del 2017 en Gualeguay, Entre Ríos. Había salido a bailar la noche de aquel viernes y el último mensaje data de las 5.23 del sábado siguiente, con destino al teléfono de su novio que se encontraba en Concepción del Uruguay, avisando que se encontraba rumbo a su departamento.
Desde ese momento, no hubo señales de vida de la joven. La investigación se inició y a un importante ritmo, la fiscal acusó a Sebastián Wagner (31) y una segunda persona tras haber interceptado a la víctima a bordo de un Renault 18 Break que quedó registrado en las cámaras de seguridad. La amplia búsqueda se llevó a cabo a nivel nacional y las marchas pidiendo su aparición se triplicaron por todo el país. Seis días después, Wagner fue detenido en la localidad bonaerense de Moreno junto a su padrastro y un día después, el cadáver de la joven fue encontrado semienterrado entre pastizales de la Ruta Nacional 12, a pocos kilómetros de donde habían hallado sus pertenencias.
Wagner confesó haber violado a la joven -razón por la cual fue condenado a prisión perpetua por "abuso sexual con acceso carnal en concurso ideal con homicidio calificado por alevosía, criminis causae y femicidio"- y Néstor Pavón, quien se declaró inocente aunque fue acusado por "encubrimiento" y condenado a cinco años de prisión (recuperó su libertad el 4 de diciembre del 2020). Según el principal acusado, Pavón también abusó de la joven y aseguró que él ahorcó a la joven. Es importante destacar y denunciar que Wagner debió haber estado preso cuando se cruzó a Micaela por dos causas previas por violación a otras dos chicas pero el juez de Ejecución Carlos Rossi le entregó el beneficio de la libertad condicional en enero del año anterior.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
MÁS INFO
El caso que impactó a la Argentina y desembocó en la Ley Micaela
El femicidio de Micaela García no solo impactó directo en el feminismo y en el inmenso grupo de mujeres que salió a la calle a manifestarse, pedir justicia y decirle "basta" a un sistema que no funciona y atenta contra la vida de una parte de la sociedad. También puso en jaque a las instituciones y marcó un antes y un después en la lucha contra la violencia de género, una problemática que sigue causando estragos en la cotidianeidad de nuestros días.
Se reclamó al Estado medidas urgentes para proteger a las mujeres, otredades y diversidades; además de herramientas para prevenir las violencias machistas que se siguen llevando vidas. El 10 de enero del 2019 se promulgó la Ley 27.499 o Ley Micaela con el objetivo de establecer la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas aquellas personas que se desempeñan en la función pública, en todos los niveles y jerarquías de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
La idea era clara: cuestionar la desigualdad y la discriminación en cada intervención o decisión que se llevara a cabo, algo que a su vez -lógicamente- se vería reflejado en las políticas públicas implementadas. A pesar de esto, Néstor Pavón -segundo sospechoso y acusado de matar a Micaela- fue excarcelado durante el 2020 luego de que la Justicia de Entre Ríos aceptara su camioneta como alternativa de caución de un millón de pesos -pasó solo tres años detenido-, cuando la Fiscalía pidió que sea sometido a juicio oral.
Nuevamente queda en evidencia el mal accionar de la Justicia y si bien se promulgó la Ley Micaela en cada nivel de poder, no se implementa correctamente. Así lo denunciaron sus padres, Néstor "Yuyo" García y Andrea Lescano, quienes en un nuevo aniversario señalan que "muchas cosas no han cambiado" y que "en la mayoría de los casos, actúan tarde o con indiferencia", exigiendo así una verdadera reforma del sistema judicial -con perspectiva de género- para dejar de revictimizar a las víctimas.
Además, en diálogo con Agencia Télam, reclamaron una "aplicación efectiva" de la Ley Micaela en el Estado Nacional, provincial y municipal, en la justicia y las fuerzas de seguridad, y un "fortalecimiento" de las áreas de género. Por otro lado, frente a la inmensa falla de la justicia al liberar a Pavón, sostuvieron: "Nosotros creemos que también participó de la violación y del femicidio, hay elementos en la causa como para suponer esto". Ahora, ante la falta de respuesta de la justicia entrerriana, el caso se encuentra frente a la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) y son conscientes que es la última instancia en el país que tienen para apelar.
Reforma Judicial: la gran deuda que no se salda
El 8 de Marzo, fecha en que se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, se convocó a un paro y movilización a nivel nacional para celebrar los derechos conseguidos y realzar las luchas que todavía restan combatir y los espacios que restan conquistar. Entre ellos, la Reforma Judicial se destaca como la deuda más grande. Cientos de juicios sin sentencias, fallos vergonzosos que garantizan la impunidad de femicidas, denuncias ignoradas, femicidios evitables o imputados libres atraviesan nuestros días y ponen en jaque a las autoridades.
Los casos de Lucia Pérez, un juicio sin condena; Úrsula Bahillo, un femicidio evitable tras las repetidas denuncias y perimetrales contra su asesino y especialmente, el de Micaela García, quien tuvo la "mala suerte" de toparse con Wagner quien debía estar en prisión por otros dos abusos sexuales. Las denuncias se mantienen y hasta se multiplican, pero no son escuchadas. Las órdenes perimetrales no surten efecto porque no son respetadas y al ser violadas, tampoco se toman medidas contra los acusados porque se ignora la problemática de la violencia de género. Y como si fuera poco, cuando parece haber justicia, los fallos no están a la altura o se revierten en favor del femicida.
El feminismo se alzó, en el hartazgo de la cotidianeidad y la violencia. El grito que atravesó a todas las provincias, a lo largo y ancho del país, fue el mismo: "Ni una menos, vivas nos queremos". Ahora es tiempo de que la justicia machista -e igualmente violenta que los femicidas- se adecúe al cambio y entienda, de una vez y para siempre, que la perspectiva de género llegó para quedarse.