Encontraron en La Rioja una joya de 230 millones de años

El descubrimiento arqueológico es de suma importancia para saber sobre los seres vivos que habitaron el suelo riojano. 

29 de julio, 2020 | 20.25

El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, presentó un descubrimiento arqueológico de gran importancia que tuvo lugar en el departamento de Felipe Varela y destacó que será una enorme contribución al turismo riojano y un impulso al desarrollo de la ciencia en la provincia.

El novedoso trabajo fue publicado en la prestigiosa revista Scientific Reports de Nature y es el resultado de una larga historia de cooperación entre paleontólogos de Argentina, Brasil y Estados Unidos que vienen trabajado en La Rioja desde hace años.

“Ni la cuarentena ni la pandemia mundial detuvieron las investigaciones de este grupo multidisciplinario en La Rioja”, manifestó el paleontólogo Dr. Lucas Fiorelli, investigador de CONICET en el CRILAR. Numerosas exploraciones realizadas en la localidad conocida como Hoyada del Cerro Las Lajas, a unos 20 km al sur de Villa Unión, Departamento Gral. Felipe Varela, permitieron conocer cómo eran los paisajes riojanos donde vivieron los primeros dinosaurios.

Aunque se conocía la importancia de este yacimiento desde principios de los años ’60, la tecnología actual permitió reinterpretar y conocer exhaustivamente la valiosa información que brinda este sitio. En cada viaje realizado a Las Lajas y en niveles de la Formación Ischigualasto se recolectaron gran cantidad de restos fósiles de distintos animales que dieron respuestas a interrogantes históricos.

El equipo de trabajo coordinado por la doctora Julia B. Desojo y el doctor Lucas E. Fiorelli, estuvo a cargo de las campañas paleontológicas que resultaron muy fructíferas ya que se hallaron más de cien nuevos fósiles de vertebrados que fueron resguardados en el repositorio del CRILAR dependiente de la Secretaría de Cultura del Gobierno de La Rioja. Entre las distintas especies aparecen ejemplares que hasta ahora eran desconocidos para la región.

“Los hallazgos son múltiples y variados. Pudimos reconocer por primera vez en la zona la presencia de una nueva especie rincosaurio denominado Teyumbaita, reptil herbívoro de 2 metros con un gran pico, muy abundante durante el Triásico Superior”, relató Fiorelli.

Además se descubrieron numerosos restos de los antepasados de los cocodrilos como por ejemplo el Aetosaurorides y el extraño reptil de hábitos semi acuáticos Proterochampsa. También se hallaron varios cinodontes Exaeretodon, antepasados de los mamíferos, del tamaño de un jabalí. Si bien estos animales ya se los conocía en otros lugares de Sudamérica, no había hasta el momento evidencias de su existencia en el territorio riojano.

Asimismo, el equipo de especialistas aprovechó las campañas para confeccionar un detallado estudio geológico de la secuencia de rocas sedimentarias. En este estudio se reconocieron capas de cenizas volcánicas y pequeños cristales llamados zircones, que sirven para saber la edad precisa de las rocas y sus fósiles. “Este análisis geocronológico junto a los nuevos hallazgos nos permitieron sacar una foto instantánea de este lugar y hoy lo consideramos una ventana a la Formación Ischigualasto en La Rioja”, apuntó la doctora Desojo de la Universidad Nacional de La Plata.

El estudio geológico también permitió ajustar la antigüedad del dinosaurio ornitísquio más antiguo conocido llamado Pisanosaurus que fue descubierto en la zona en el año 1962. “Haciendo análisis petrográficos de la roca asociada a los fósiles junto a minuciosos estudios de campo, pudimos determinar que la edad de Pisanosaurus sería de 229 millones de años”, explicó Fiorelli.

El período Triásico Superior fue, junto con los períodos siguientes Jurásico y Cretácico, el apogeo de los reptiles en todo el planeta, especialmente los dinosaurios y otras formas de vida que se desarrollaron. Se trata de una época que siempre resulta atractiva tanto para científicos como para el público general. El estudio multidisciplinario realizado en esta importante localidad del oeste riojano aumenta el conocimiento geológico y paleontológico regional y aporta información crucial para el desarrollo de un nuevo geositio aplicado al geoturismo que tan necesario es para nuestra provincia.