La fila para entrar a la oficina administrativa va creciendo de a poco y llega hasta la zona del campus en donde pega el sol. Los estudiantes se abanican con sus papeles y charlan para pasar el rato. Las conversaciones parecen de aeropuerto: la variedad de entonaciones, acentos e idiomas pinta un cuadro ilustrativo de la gran cantidad de jóvenes migrantes que deciden estudiar en la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); sobre el total de ingresantes a Medicina para este ciclo 2023, uno de cada dos es extranjero.
La gratuidad universitaria, el ingreso irrestricto y el deseo de vivir una experiencia de estudio internacional están entre las principales razones de los aspirantes a médico para abandonar familia, patria y amigos y apostar por su formación en suelo argentino. Desde la UNLP y las agrupaciones de migrantes ven el fenómeno como un síntoma positivo del funcionamiento del sistema universitario público y una oportunidad de reformular políticas públicas que inviten a los futuros profesionales -tanto locales como migrantes- a establecerse en zonas donde falta personal de salud.
Educación pública con ingreso libre y gratuito
De su Esmeraldas natal, Kevin Rugel Chica extraña el encebollado, una exquisitez típica de la gastronomía ecuatoriana. A su familia también, por supuesto; pero el anhelo de reencuentro se domestica cuando piensa que está cumpliendo su sueño: “no me afecta tanto el desapego porque vine con un propósito y mi familia lo entendió”. En 2020, el joven ecuatoriano fue uno de los 739 migrantes que se inscribieron a la carrera de Medicina.
“Empecé a pensar en viajar a Argentina en 2019, porque me enteré que la educación acá era gratuita y había cupos para la carrera que yo quería estudiar”, explica Kevin a El Destape. En aquel momento, para estudiar de forma gratuita en Ecuador, los aspirantes estaban obligados a rendir un examen a cargo de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt). El acceso y el lugar de estudios dependían de los resultados.
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A partir de este año, el proceso de filtro quedó a cargo de las propias universidades, aunque, según Kevin, “la cantidad de cupos gratuitos que ofrecen para cada carrera es muy poca y las privadas son muy caras; solamente los privilegiados pueden estudiar”.
Desde 2015, la reforma en la Ley de Educación Superior establece que en territorio argentino el acceso a la universidad tiene que ser “libre e irrestricto”. A partir de diciembre de ese año, la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP acató la directiva y eliminó el examen de ingreso que desde 1992 había significado una barrera para que más de 25.000 estudiantes comiencen trayectoria universitaria.
“Esa apertura es la que determina que más estudiantes empiecen a acceder a la carrera. Arranca un proceso de aumento de la matrícula en general de la facultad, que luego empalmó con la pandemia y con un cierto interés de los jóvenes en estudiar carreras vinculadas a la salud”, detalla Manuel Fonseca, prosecretario de Salud de la UNLP y graduado de la casa ubicada en 120 y 60.
En paralelo a ese proceso, el porcentaje de extranjeros en la FCM comienza a escalar poco a poco sobre la población estudiantil: entre 2018 y 2020 osciló en torno a un 19 por ciento, mientras que en 2021 salta al 39% y, al año siguiente, alcanza el 43%. Desde la universidad afirman que aún no existen datos precisos acerca de la composición del universo de estudiantes de este año, aunque las agrupaciones políticas y varios funcionarios aseguran que para la carrera de Medicina la tasa de migrantes ronda la mitad del padrón. Es decir: uno de cada dos ingresantes es extranjero; este año en particular, los ecuatorianos constituyen el grueso de los recién llegados.
“Es muy frecuente encontrar ecuatorianos estudiando en Argentina y más notorio ahora, en las inscripciones de este último año. Yo considero que se debe a la situación actual de mi país: hay mucha delincuencia y cada vez menos oportunidad de trabajo”, diagnostica Kevin.
Brasil dice presente en la educación pública de Argentina
Por las diagonales platenses, el portugués ya forma parte del sonido ambiente la ciudad. Los jóvenes brasileños suelen moverse en grupo para sobrellevar mejor la barrera cultural. “Te da un poco de calor brasileño, es como tener una parte de tu país acá”, detalla Millena Fernandes a El Destape.
En segundo año de Medicina, la joven oriunda de Londrina señala que las dos grandes dificultades que tuvo para estudiar en Argentina fueron el idioma y conseguir un alquiler. Sin recibos de sueldo ni garantes a quienes acudir en el país, los migrantes se encuentran en problemas a la hora de enfrentarse a los requisitos inmobiliarios.
En Brasil, al igual que en Ecuador, el examen de ingreso funciona como un tamiz para el acceso a las universidades, a lo que se suma la escasez de vacantes: “Es una de las carreras que más se dificulta estudiar en el país”, subraya la estudiante. Para ella, sin embargo, lo más atractivo de estudiar en la UNLP no es el ingreso libre sino la calidad educativa de la cursada y la experiencia cultural que está atravesando. “La universidad aquí es muy difícil. La metodología de estudio es diferente e interesante. Nosotros no estamos acostumbrados a los exámenes finales, por ejemplo”, comenta.
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Desde las agrupaciones estudiantiles, en vistas del rápido crecimiento del estudiantado extranjero, se generaron espacios de contención, formación y lucha. “Remediar", el colectivo que actualmente conduce el Centro de Estudiantes de la FCM, dio a luz a su núcleo migrante en 2019, cuando la facultad anunció con muy poco tiempo de anticipación que pediría a los no-hispanohablantes un examen de español.
“El principal objetivo de Remediar para el Mundo es la contención. Pero también, al estar en contacto con Migraciones hacemos charlas, ayudamos con los trámites, brindamos información sobre la Ley de Alquileres, sobre cómo usar Western Union y organizamos talleres sobre Xenofobia para los migrantes, entre otras actividades”, expone Agustina Perrotta, presidenta de la agrupación.
Educación sin barreras: un orgullo nacional
La composición internacional de la matrícula de Medicina para 2023 es inédita con respecto a la media del resto de las carreras, pero se inscribe dentro de un fenómeno que atraviesa a toda la universidad. La cantidad de ingresantes extranjeros se duplicó de 2020 a 2021, si se observan todas las áreas académicas de la UNLP, y alcanzó los 3.994 alumnos, es decir el diez por ciento del total de inscriptos.
“Ya desde hace años que notamos el incremento de ingresantes migrantes. También en los últimos años vemos un gran aumento en la cantidad de compañeros de Ecuador. Antes llegaban más desde Brasil”, especifica Perrotta a este medio.
A nivel nacional, el sistema universitario argentino registró en 2020 un total de 108.180 estudiantes extranjeros, de los cuales 93.304 cursan estudios de pregrado o grado y 14.876 ofertas de posgrado. La población migrante representa un 4.2% del área estatal y un 4.8% del sector privado, según el informe estadístico publicado por la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU).
“Creo que los medios presentan un poco mal esa información. Siempre constituye una buena noticia para la universidad que lleguen nuevos estudiantes. Primero porque como país la gratuidad y el libre acceso son valores históricos. Es una particularidad regional y continental que tiene que ser un factor de orgullo”, pondera Fonseca y destaca que el aumento exponencial de jóvenes migrantes no tiene que ser usado como un argumento en contra del sistema público, sino como “un valor positivo”.
El prosecretario de Salud remarca que para que el debate en torno al tema sea serio se debería tener en cuenta la necesidad o no de médicos en el país: “¿Cuál es el problema de que vengan personas de afuera a recibirse si a vos te faltan médicos? Si sobraran, ahí sí tendríamos un problema”, puntualiza.
Si se tienen en cuenta los indicadores publicados por el Observatorio Federal de Recursos Humanos en Salud (OFERHUS) en 2019, el problema no es tanto la cantidad como la distribución de médicos en el país. Con 16,6 médicos/as cada mil habitantes, la Ciudad de Buenos Aires (CABA) se encuentra significativamente por encima del resto del territorio nacional. En el otro extremo, Misiones y Chaco apenas cuentan con 1,81 y 1,94 médicas/os cada mil habitantes, lejos de los 3 que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Se cae en el facilismo de criticar a los potenciales graduados extranjeros cuando se pueden elaborar políticas de seducción para que se queden y se distribuyan en los lugares del país donde hacen falta”, advierte Fonseca.
Tanto Millena como Kevin perciben la circulación de ese discurso estigmatizante sobre los estudiantes provenientes del exterior. “No le estamos sacando la vacante a nadie. Del mismo modo que hay argentinos que viajan a otros países a estudiar o trabajar, nosotros no nos aprovechamos de nada”, propone la joven.
Con la distribución de los recursos humanos como uno de los problemas principales del sistema de salud público, el proceso que experimenta la FCM supone una oportunidad, según Fonseca, de generar una política de transferencia hacia sectores con poco personal de salud, sin la necesidad de caer en un abordaje superficial de la situación. Desde las agrupaciones de estudiantes coinciden: “Tenemos que generar medidas de contención para que las personas que se gradúan sigan apostando a vivir en Argentina y a trabajar acá”, considera Perrotta.
“Hay a quienes les incomoda mucho que un ecuatoriano venga a estudiar a nuestra universidad, pero no les molesta que un extranjero les haga la casa o que un inglés compre los lagos de la Patagonia”, sintetiza Fonseca.