Los padres de la beba de 21 días que falleció de un paro cardíaco tras ingresar a un hospital de la localidad bonaerense de Ciudad Evita declararon ante la fiscal de la causa y permanecerán detenidos, informaron hoy fuentes policiales. En un principio, los profesionales de la salud habían indicado que la beba fallecida tenía signos de abuso sexual, sin embargo, aún se está aguardando por los resultados de la autopsia para confirmarlo o descartarlo.
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Por su parte, Omar Barrientos (24) y Layla Melani Rivero (26), los padres de la menor fallecida, fueron indagados por la fiscal Silvana Breggia, de la Fiscalía Especializada en Conflictos Derivados de la Violencia Familiar y de Género y Delitos contra la Integridad Sexual de La Matanza. Ambos padres declararon ante la representante del Ministerio Público Fiscal, quien les imputó el delito de "homicidio agravado por el vínculo" en perjuicio de su hija, identificada como Alison Barrientos Rivero, de 21 días.
En tanto, Liliana Álvarez, directora del Hospital Balestrini, aseguró ayer que la beba de 21 días ingresó el martes por la mañana "en paro cardíaco" y que sus padres dijeron "que la encontraron dormidita". "En ese momento fue recibida por el cuerpo médico de la guardia de emergencias pediátricas y el equipo de neonatología. Hicieron los procedimientos para reanimar a un bebé en paro cardiorrespiratorio", relató la médica a Télam.
La profesional indicó que la beba quedó internada en terapia intensiva, donde sufrió otro paro cardiorrespiratorio que le produjo la muerte.
Según Álvarez, "en los exámenes preliminares cuando fue recibida ven algunos signos que les hace presumir un presunto abuso sexual", y que la misma "no presentaba signos de asfixia o de ahogamiento por ingestión de líquido", ni "hematomas o golpes en la historia clínica".
Los acusados fueron aprehendidos en su vivienda de la calle Gavilán al 4700 del barrio San Alberto de la localidad de Isidro Casanova, acusados del homicidio agravado de su hija recién nacida. Efectivos de la comisaría 6ta. incautaron sábanas de la cama matrimonial con posibles rastros de manchas de sangre.
Por otro lado, otros tres hijos menores del matrimonio, de 5, 6 y 8 años, quedaron a disposición de una tía, luego de que el servicio de protección de La Matanza interviniera y les realizara un chequeo médico en el Hospital de Niños de San Justo que arrojó que todos se encuentran en buenas condiciones de salud.