A las 13.05 del 1° de julio de 1974, fallecía, a los 78 años, el expresidente Juan Domingo Perón en la residencia de Olivos. La madrugada del 2 de julio, la compañía del Regimiento 10 se trasladó a la Capital Federal para hacer una guardia de honor y ahí estaba el soldado Roberto Vassie.
En el viaje por Avenida de Mayo hasta el Congreso, en la esquina de San José, Vassie se emocionó hasta las lágrimas y el fotógrafo de la revista Gente, Ki Chul Bae, le tomó la foto que luego recorrió el mundo. Un soldado, con su mano sobre el pecho, con casco y fusil, llorando desconsoladamente, despidiendo a Perón frente a la caravana, entre el tumulto y los cánticos.
Según contó el propio Vassie en diálogo con Dady Brieva por El Destape Radio, fue algo que no pudo aguantar: "Ser peronista es lo más grande que hay", explicó. "Ese día estábamos escuchando la radio en el rancho y uno dijo: 'Se murió el general', y moqueamos todos, obviamente. Al otro día lo llevaban al Congreso y nosotros estábamos haciendo guardia, nos habíamos puesto ropa nueva y esperamos que viniera la cureña, con las bayonetas cargadas", comenzó a relatar.
"Se sentían los cascos de los caballos, la gente gritando, y no había manera de no llorar. Llorábamos todos, pero el periodista me enfocó a mí y quedó como un símbolo del peronismo, como el llanto del pueblo por Perón, pero no te das una idea de cómo lloraba ahí la gente...", siguió relatando.
Sobre el encuentro en la Casa de Gobierno con el expresidente Néstor Kirchner y Ki Chul Bae a comienzos en 2007, Vassie recuerda que Kirchner lo buscó durante varias semanas y que durante el encuentro, lo abrazó y lo invitó a sentarse en la silla presidencial.