El 3 de enero de 1833, las Islas Malvinas fueron ilegalmente ocupadas por fuerzas británicas que desalojaron a la población y a las autoridades argentinas allí establecidas legítimamente desde su emancipación a principios de siglo, reemplazándolas por súbditos británicos. A lo largo de los 189 años, la Argentina mantuvo ininterrumpidamente el firme reclamo de ejercer su soberanía sobre estas Islas y los espacios marítimos circundantes.
La recuperación del ejercicio efectivo de nuestra soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, conforme el derecho internacional y respetando el modo de vida de sus habitantes, es un objetivo permanente del Estado argentino, tal como se encuentra plasmado en la Constitución Nacional.
La Constitución expresa que “la Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino”.
Si bien -con el paso del tiempo- los reclamos se fueron desarrollando con una postura diplomática, fue la dictadura militar la que utilizó un pedido histórico a fines de esconder los delitos de lesa humanidad que estaban cometiendo.
Tras la guerra, que dejó un saldo de 649 soldados argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños muertos, el país no ha dejado de exigir su soberanía. Aun así, a principios de 2020 y después de que Gran Bretaña acordara su salida de la Unión Europea, se presentó un escenario diferente.
La comunidad internacional ha insistido en el llamado al diálogo a través de numerosas declaraciones de foros multilaterales que, como la Organización de los Estados Americanos (OEA), el Grupo de los 77 y China, la Cumbre Iberoamericana, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), el Parlamento del MERCOSUR (PARLASUR), la Cumbre África-Sudamérica (ASA) y la Cumbre América del Sur-Países Árabes (ASPA), solicitaron la reanudación de las negociaciones en términos pacíficos.
De todos modos, la continua introducción de actos unilaterales por parte de Reino Unido refuerza la negativa a cumplir con la obligación de reanudar las negociaciones por la soberanía de un territorio que no les pertenece dado que sus acciones incluyen la exploración y explotación de recursos naturales renovables y no renovables -que la Argentina ha rechazado ininterrumpidamente-, así como una injustificada y desproporcionada presencia militar en las Islas. Todos estos actos son contrarios a la resolución 31/49 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Reafirmando los legítimos derechos de soberanía, durante el año 2020 el Congreso Nacional ha sancionado por unanimidad la creación del Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, la demarcación del límite exterior de la Plataforma Continental Argentina que oportunamente fue presentado ante las Naciones Unidas y se han elevado las multas y sanciones a la pesca ilegal en aguas argentinas, buscando disuadir la pesca furtiva y promover la conservación y el manejo eficiente de nuestros recursos en el Atlántico Sur.
A 189 años de la usurpación de las Islas Malvinas, el Gobierno y el pueblo argentino reafirman una vez más, y también las veces que sea necesario, sus legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.