"Sin INTI no hay industria, sin industria no hay trabajo": por qué los 288 despidos afectan la vida cotidiana de los argentinos

El instituto tiene cooperación estrecha con la ANMAT, con la Comisión Nacional de Energía Atómica, con el desarrollo automotor, el de baterías, con CONICET y distintos sectores de la industria. Hoy denuncian que están trabajando por debajo de la planta mínima u óptima. Por qué su desguace es crítico para nuestra soberanía.

06 de julio, 2024 | 19.00

La política de motosierra y despidos masivos en el Estado sigue en su fase expansiva y esta semana resonó fuerte en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) donde se concretó la desvinculación de 288 trabajadores y trabajadoras de diferentes áreas, bajo el argumento del vencimiento de los contratos. Desde el gobierno nacional sostienen la necesidad de reestructurar y achicar la planta en un 30%, y en el mediano plazo avanzar en el cierre de las sedes regionales de todo país que no tengan laboratorio en el marco de un plan de vaciamiento de la institución y desarticulación de la trama industrial y productiva nacional. Esa medida podría afectar principalmente a las sedes de Patagonia, implicará nuevos despidos, la apertura de retiros voluntarios y “pases a disponibilidad”.

Como respuesta, desde diferentes gremios y organizaciones se convocó a un paro de 48 hs. y una protesta pacífica el ultimo lunes en el ingreso al predio del Parque Tecnológico Migueletes, en Villa Maipú. La convocatoria, encabezada por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), fue brutalmente reprimida, con palazos y gases, por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y terminó incluso en la detención arbitraria de Sergio Melo y Damián Pereyra, militantes de la CTA Autónoma. Mientras tanto, el presidente del INTI, Daniel Afione, se encontraba en un congreso de científicos vinculados a la industrialización del litio en Japón y su vicepresidente, Gustavo Luis Rodríguez, quien quedó a cargo, presentó la renuncia dejando al organismo completamente acéfalo.

Federico Serrano

El ataque al INTI no puede leerse de forma aislada ni como la mera perdida de puestos de trabajo. Es parte del plan de los libertarios para asfixiar a todo el sistema científico, tecnológico y productivo, privatizar todo lo que sea posible, y convertir a la Argentina en un país netamente productor de materia prima. Este proyecto irremediablemente devendrá en un escenario dramático que conjuga una nueva fuga de cerebros y personal altamente calificado; la parálisis de proyectos de investigación, desarrollo e innovación; y en definitiva el deterioro de calidad de vida de los argentinos y argentinas.

Federico Serrano

INTI: historia y rol estratégico

El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) fue creado en 1957 en el marco de un proceso de fuerte industrialización nacional, centrado en el mercado interno, y puesta en valor de las áreas de investigación y desarrollo en conexión con los sectores productivos y energéticos. Desde entonces es el referente del Estado Nacional en materia de tecnología industrial y metrología: “Nuestra misión es contribuir al desarrollo de la industria a través de la generación y la transferencia de tecnología, la certificación de procesos, productos y personas, y el aseguramiento de la calidad de los bienes y servicios producidos en todo el país”.

El instituto cuenta con 52 centros de investigación y desarrollo, distribuidos en todo el país y diferenciados por sector industrial, cuya tarea es generar la vinculación tecnológico y acompañar proyectos y demandas de las empresas a partir del trabajo técnico. Los centros se especializan por ejemplo en alimentos, plástico, textiles, caucho, materiales para la construcción, metalmecánica, electrónica, lácteos, etc. Además genera sus propios ingresos por los proyectos que pone en marcha y la prestación de servicios de control de calidad y  seguridad.

El ejercicio de trabajo y asistencia al sector productivo ha consolidado al INTI como referencia internacional en la generación de soluciones y servicios para la industria nacional, en investigación aplicada, asistencia técnica, calidad y metrología. De hecho en 2023, según su informe de gestión, el INTI aumentó un 15 por ciento los usuarios que contrataron los servicios, “proporcionando capacitaciones y transferencias de tecnología a 10.173 entidades que han contribuido a mejorar la competitividad, la calidad, el desarrollo de proveedores y la certificación de normas, lo que permitió a su vez fortalecer su perfil exportador”.

Hasta hace una semana allí realizaban sus tareas más de 3 mil personas, entre científicos, investigadores, ingenieros, técnicos y administrativos especializados en las áreas de interés. De dicha planta en los últimos días fueron despedidas casi 300 personas que, a pesar de su expertiz y función clave, contaban con contratos precarios de monotributo que no fueron renovados. A dicha cifra se suman las casi 100 personas que, en el marco de la política actual de desincentivo a las carreras científicas, desde diciembre de 2023 decidieron irse del Instituto para emigrar, buscar otras oportunidades laborales y profesionales, o jubilarse. En esta misma línea sesde Casa Rosada anticipan que los despidos podrían llegar al 30% de la planta, lo que significaría dejar en la calle a 900 trabajadores y trabajadoras.

Federico Serrano

Si revisamos la historia del último siglo no nos sorprenderá identificar que esto ya sucedió y que el INTI es un reflejo de los ciclos de la economía política argentina. Tanto durante el menemismo como con el gobierno de Mauricio Macri, el INTI sufrió despidos indiscriminados y un proceso de achicamiento que erosionó el desarrollo industrial de nuestro país. En los 90 se eliminó a más de la mitad de la planta y la empresa debió justificar su propia utilidad; mientras que en el período 2015 – 2019 se despidió a más 250 trabajadores del INTI que además formaban parte de sindicatos y organizaciones sociales que denunciaban el vaciamiento del organismo . Muchos de ellos fueron reincorporados en 2020 bajo la presidencia de Alberto Fernández.

Qué tiene que ver el INTI con la seguridad y calidad de vida

Una de las principales tareas del INTI, que muchas veces pasa desapercibida, es el control de calidad de las cosas que se producen o ingresan en el mercado, y el mantenimiento de los patrones nacionales de medida según Ley 19511 del año 1962 y su decreto reglamentario vigente, ambas actividades estratégicas para la vida de las personas que contribuyen al cuidado del ambiente, la seguridad, la salud, los alimentos, el comercio y la producción industrial.

Marcelo Isleño es químico y trabaja en el INTI como metrólogo, haciendo controles y supervisiones de instrumentos. Tiene tres posgrados, uno en Biología para conservación de alimentos; otro en Física para plásticos en contacto con alimentos; y un posgrado de calidad en Alemania para mediciones. “La desarticulación del INTI es un peligro para la sociedad, para el trabajo, para la industria, para todos los ámbitos. El gobierno está atacando sistemáticamente a todo el sistema científico tecnológico. Nuestro lema es sin INTI no hay industria, sin industria no hay trabajo, sin trabajo no hay país, no hay soberanía  no hay nada. Pero el ataque es a todo el sistema, no estamos aislados. Tenemos cooperación estrecha con la ANMAT, con la Comisión Nacional de Energía Atómica, con el desarrollo automotor, con el desarrollo de baterías, con CONICET”.

La tarea de Marcelo es “controlar instrumentos de medición” como pueden ser las balanzas, los cinemómetros, más conocidos como los aparatos de la foto multa, o los surtidores de combustible líquido. “Son mediciones que afectan la vida cotidiana de las industrias, de las empresas y de las personas. Es un servicio lo que hacemos y controlarlo es obligación del Estado. Si se aplica el paradigma libertario sería una aberración porque no puede controlarlo un privado, no puede estar de los dos lados del mostrador”, subraya el Secretario de Relaciones Institucionales de ATE INTI.

En INTI controlan los patrones que se usan en todas las balanzas a nivel nacional, desde las de un comercio, pasando por el CEAMSE que cobra a los municipios por el reciclado de la basura, hasta las que se usan en el aeropuerto para el check in y los depósitos en aviones. “Por ejemplo para que una avión despegue el operador de vuelo tiene que indicar donde están las cargas, cuál es la carga, y cómo está orientada para que el avión pueda despegar. Si eso no se hace bien el piloto tendría problemas para despegar y aterrizar. Lo mismo ocurriría con balanzas que no están controladas adentro de un laboratorio farmacológicos. Imaginate que necesitas un medicamento con una dosis determinada de droga y la droga no está bien pesada, podes matar gente”, advierte Isleño.

Federico Serrano

Federico Serrano, trabajador del Centro de Física, agrega que todas las balanzas se miden en una red de laboratorios que el INTI acredita y supervisa: “nosotros hacemos los patrones acá y después se va transmitiendo esa información metrológica hasta la balanza que te pesa las papas en la verdulería o el surtidor de nafta. Desde 2003 el INTI certifica con mediciones químicas la cantidad del combustible y la calidad. Este control lo tienen que hacer las estaciones de servicio una vez por año, y si el INTI dejara de hacerlo pueden ponerte cualquier cosa en el auto. Lo mismo para electricidad, acá se miden los transformadores de energía eléctrica y se hacen los medidores de energía domiciliario”.

Serrano indica que, al mismo tiempo y paradójicamente, es el centro textil del INTI el organismo encargado de certificar e inspeccionar el equipamiento de la policía y las fuerzas de seguridad, como los chalecos anti balas, los palos, los cascos y las botas que utilizaron los agentes que protagonizaron la represión del lunes contra los propios trabajadores.

Además el INTI refrenda la calidad de elementos y productos para las infancias como los chupetes, juguetes, y las mamaderas, entre otros. “Nosotros controlamos la cantidad de pequeños solidos que pueden migrar en contacto con un alimento. Por ejemplo un mordillo, un chupete. La saliva de los bebes es muy abrasiva, entonces el plástico tiene que estar muy controlado para que se sepa que no va a desprender sólidos que van a afectar a la salud. Eso lo hace solamente el INTI y no hay inversión privada de magnitud que pueda igualar los equipamiento que tenemos”, explica Isleño.

Otras de las funciones clave del instituto es la vigilancia y certificación de la funcionalidad de ascensores, estufas y sistemas de calefacción; la homologación de más de 50 autopartes y modelos de vehículos que circulan por la vía pública; baterías y pilas; y aparatos médicos como los desfibriladores de los hospitales, las camillas para operaciones en un quirófano, o la luz ultravioleta de la incubadora de los bebes. “Tenemos el desarrollo de una pintura nacional, a cargo del equipo encabezado por Mónica Pinto, que va en contra de la proliferación de virus hospitalarios y se usa para pintar los quirófanos”, menciona el Coordinador de Tecnología Industrial de la CNTI (Coordinación Nacional de Trabajadores de la Industria) CTA Autónoma.

Federico Serrano

En relación a salud pública y prevención de enfermedades de transmisión sexual, hay que destacar que el centro INTI-Caucho es el único laboratorio habilitado a nivel nacional para certificar la comercialización de los preservativos dentro del territorio y garantizar su correcto funcionamiento. Los técnicos y especialistas realizan en laboratorio varios estudios y ensayos para fiscalizar que los preservativos estén aptos para ser usados.

Por otro lado especialistas del INTI pueden actuar como peritos del Estado ante eventualidades y accidentes. “Cuando fue la tragedia de Cromañón con todo el plástico que se recuperó se tomaron determinaciones para ver lo que había pasado”, recuerda Isleño. Luego de una investigación, los ingenieros y peritos identificaron que los materiales que recubrían el techo del boliche (espuma de poliuretano, guata y media sombra) emanaron gases tóxicos como el ácido cianhídrico, dióxido y monóxido de carbono, óxido de nitrógeno y vapores de que fueron “letales”, y que la presencia de una media sombra ayudó a la propagación del fuego.

Cecilia Tortora es trabajadora del INTI en el área de Vinculación con el sector productivo. Denuncia que los despidos fueron “sin criterio y de forma improvisada”, por lo que terminaron vaciando sectores estratégicos: “El gobierno quiere destruir la industria, pero la desarticulación del INTI y el desfinanciamiento termina afectando al 80% de la población porque la gran mayoría del empleo de nuestro país lo generan las Pymes. Hoy el servicio de asistencia  a las empresas se va interrumpiendo y las pymes están pensando en importar, cerrar, vender maquinas, o reducir la planta. Es parte del mismo plan. Y los gobernadores no entienden que esto no se trata del despido de trabajadores, sino que están desarmando una política estatal que va a afectar la gobernabilidad en las provincias”.

“El INTI se divide en regulación, certificación, e investigación y desarrollo, y todas las áreas son importantes y están interconectadas. De hecho estamos trabajando por debajo de la planta mínima u optima que sería de 4 mil trabajadores, teniendo en cuenta que abarcamos todos los sectores de la industria”, apunta. Asimismo acentúa la labor de los centros de innovación y desarrollo en todas las provincias, donde se acercan las empresas y se trabaja directamente con las economías regionales y los pequeños productores.

Tal como indicaba isleño, la delegada de ATE y parte de la conducción del Consejo directivo de ATE Capital, subraya la importancia del INTI como ente regulador de la metrología legal: “Por ejemplo si una lamparita dice que tiene 60 Watts nosotros certificamos que los tenga, también que una regla tenga 1 centímetro. Calibramos los termómetros para la industria, desde lo que usan las clínicas hasta los de los altos hornos, que son fundamentales porque la calibración hace que no te explote un horno de fundación de metal – detalla - también medimos el nivel de asbesto en el aire, y todo lo que es acústica. Acá se desarrollan patrones de medición de sonido que son muy complejos”.

Federico Serrano

Tortora relata que luego de la aprobación de la Ley de Etiquetado en 2021 muchas empresas empezaron a requerir el asesoramiento al Centro de alimentos para la elaboración de prototipos de productos de mejor calidad y más saludables para la población: “Por ejemplo, las pizzas. En el centro de alimentos de INTI se desarrollaba pizzas en base a calabaza o remolacha. Después esos prototipos pasaban a laboratorio para testeo. Y también tenemos un Centro de lácteos, en PBA y en Rafaela, donde se han desarrollado proyectos para el mejoramiento y análisis de los productos”.

“Cuando el gobierno te habla de liberar el mercado es falso, porque lo estados instauran estas normas que hay que cumplir, incluso normas de atención al público o derechos laborales – explica la delegada - lo mismo pasa con los envases y embalajes de productos para exportar, porque no se acepta cualquier envase en todos los países y el INTI se encarga del asesoramiento a las empresas en ese sentido y tiene a los mejores profesionales”.

INTI Federal: vinculación, innovación y trabajo territorial

Matias Parra es sociólogo y técnico electrónico, está haciendo un Master en Ciencia, Tecnología y Sociedad, y forma parte de INTI hace 13 años. Fue uno de los trabajadores despedidos en 2018 y logró ser reincorporado en 2020. Desde noviembre realiza sus tareas en la Dirección de Gestión de Innovación y Vinculación tecnológica, un área nueva, reducida en personal, que está en pleno desarrollo. “Nosotros acá acompañamos el proceso de innovación desde su gestión, la formulación del problema tecnológico, hasta la concreción del proyecto y la transferencia de tecnología que es una de las principales funciones”, indica.

Quienes allí trabajan se encargan de analizar los proyectos que surgen de los diferentes Centros para pensar e identificar cuál es el problema tecnológico que presentan, poder encausarlo y llegar a una innovación: “Lo que hacemos es gestionar el conocimiento, salimos a los centros de investigación del INTI a buscar  proyectos o líneas de productos que estén andando o tengan ciertas dificultades que no se puedan resolver y tratamos de acompañar. Realizamos un informe y los ayudamos a organizarse para tomar decisiones”. Para eso realizan análisis de diferentes variables como los intereses y agentes que intervienen en el sector, posibles líneas de financiamientos para el proyecto, el estado de la cuestión a nivel local y mundial, el estado de la tecnología, las mejores alianzas posibles, y cuáles son las dificultades, oportunidades, fortalezas y debilidades.

Sufrieron el despido de una diseñadora industrial que significó una pérdida importante en términos de tareas. “Ella trabajaba en áreas específicas y solo la despidieron por el tipo de contratación que tenía, porque su rol era fundamental para entender un poco el ecosistema de la innovación – señala Matias - se va desmembrando el equipo y se deja de pensar estratégicamente qué líneas de trabajo debería llevar a cada centro de investigación. Se empieza a perder conocimiento porque somos cada vez menos personas y ese trabajo que fuimos diversificando, asignando tareas, se empieza a reducir y entorpecer”.

Si bien la Dirección está ubicada en Buenos Aires, atienden a varios centros del resto del país y tienen un referente en cada provincia. “Hoy las sedes provinciales están amenazadas y ese trabajo de vinculación tecnológica en las provincias, llegar a los territorios y a las Pymes locales, hablar con los gobiernos provinciales y entablar una articulación virtuosa se empieza a quebrar. En el fondo lo que se desarma es el modelo de INTI Federal que arrancó a principios de siglo XXI, y se está gestando el proceso inverso, la retirada del estado de las provincias con su brazo tecnológico. Si desarmás los centros tecnológicos de las provincias los conocimientos locales se pierden porque el conocimiento que acumulan las personas es irremplazable, un saber que se construye y se transmite con otros haciendo en el territorio”.

En cuanto a las tareas de vinculación, lo que se propone el área es acompañar y asistir a las empresas durante el desarrollo de proyectos con el fin de mejorar las actividades productivas y comerciales, siempre desde un abordaje federal y territorial. Uno de los trabajadores, que prefirió en este contexto no dar su nombre, detalló que la función es la articulación entre las empresas, Pymes, cámaras empresarias, federaciones cooperativas, y las áreas técnicas del instituto: “Muchas veces el estado es visto como algo lejano. Por eso parte de nuestra labor es conocer lo que hace el INTI, tener contacto con áreas de los diferentes estamentos, y entender las múltiples capacidades para ponerlas a disposición. Las empresas no llegan por sí solas, nosotros hacemos un trabajo para que lleguen y al entablar los vínculos identificamos qué es lo que necesitan y qué es lo que les puede aportar el INTI”. Actualmente el sector asiste a más de 9 mil Pymes y tiene caja propia.

El sector, en el que se registró un despido, está conformado actualmente por 8 personas. "Todos los trabajadores son imprescindibles para el funcionamiento de INTI – indica el antropólogo – pero en este contexto donde el gobierno busca reprimarizar la economía y desregular todo, no tiene razón de ser un lugar como el INTI.  Los despidos reflejan la capacidad del Estado que se está perdiendo. Y con los retiros voluntarios mucho más porque se va a ir gente con muchos años de trayectoria.”

Formación, capacitación y transferencia de conocimiento

Además del asesoramiento técnico a empresas y proyectos, y las tareas de control de calidad, el INTI desarrolla a nivel nacional, en una de las áreas de apoyo, espacios de capacitación y formación interna para todos los empleados de los centros regionales y provinciales, y externa para estudiantes, empresas, cooperativas y trabajadores de la economía popular.  Estas áreas catalogadas como de apoyo y/o administrativas, que están más vinculadas a las ciencias sociales, suelen ser subestimadas y desprestigiadas por este gobierno, y por eso suelen ser desarticuladas con más facilidad y padecer más despidos.

Mariana Pereyra trabaja en el instituto hace 27 años y actualmente está a cargo del Departamento de Capacitación y Formación. Es Licenciada en Ciencias de la Educación, docente e investigadora en la UBA, y explica que el sector que encabeza articula una red de espacios que dan soporte a las áreas técnicas: “Tenemos una misión y funciones de soporte a los Centros de investigación y Desarrollo. Somos una área técnica especializada en procesos de formación y es un eje estratégico porque es evidente como el INTI en sus tareas produce conocimiento. La dimensión de la formación del aprendizaje y de la transferencia de conocimiento es un eje que está presente desde el momento uno”.

El sistema de capacitaciones se gestiona a través de convocatorias públicas anuales, que en lo que va de 2024 no fueron requeridas. Además en el departamento despidieron a 3 personas y quedaron solamente 9 trabajadores y trabajadoras para asistir a toda la estructura del INTI. “Para nosotros es una situación muy crítica. Estos despidos nos hacen una agujero tremendo para las líneas de trabajo, porque no había nadie sin tareas, todos tienen formación afín a la tarea, son licenciados en educación, técnicos en recursos humanos, diseñadores gráficos para los materiales pedagógicos que hacemos”, advierte.

Las capacitaciones internas y actividades de formación están dirigidas a todos los profesionales del INTI: “es imprescindible la actualización, la formación técnica, el intercambio entre colegas, todos esos espacios para el trabajo cotidiano y la formación de conocimiento y es un eje estratégico para el desarrollo del INTI en su conjunto”.

En lo que respecto a la formación externa, una pata vertebral es la vinculación con el sector educativo medio y universitario a través de las practicas profesionalizantes. “El INTI recibe a estudiantes del último año de las escuelas medias técnicas de todo el país para realizar sus prácticas profesionalizantes, por Ley. Vienen a hacer sus prácticas, tienen un plan específico y forman parte de los equipos técnicos. Hacen un mínimo de 200 horas a contra turno y nosotros mantenemos el contacto con las escuelas, armamos el proyecto. Tienen un tutor INTI y uno de la escuela. Los chicos meten mano siempre acompañados y participan del contexto laboral, y eso es ultra valorado porque es un fuerte histórico en todos los centros”. En el Parque Tecnológico Migueletes en San Martin reciben estudiantes de escuelas de CABA y PBA, y luego en cada provincia los centros regulan las prácticas con su propia normativa y características territoriales.