Un incendio mató a 41 reclusos en un hacinado bloque penitenciario de la provincia indonesia de Banten, según dijo un ministro del Gobierno el miércoles, y dejó decenas de heridos, en un incidente que, según la policía, podría haber sido causado por un fallo eléctrico.
El incendio, el más mortífero del país desde que 47 personas perecieron en una catástrofe en una fábrica de fuegos artificiales en 2017, estalló a la 1.45 hora local en un bloque de la prisión de Tangerang, según dijo el ministro indonesio de Derecho y Derechos Humanos, Yasonna Laoly, tras visitar el lugar de los hechos.
El ministro dijo que dos de los fallecidos eran extranjeros, uno de Sudáfrica y otro de Portugal, y confirmó que la prisión funcionaba con exceso de capacidad cuando se produjo el incendio. Las celdas estaban cerradas en ese momento, dijo el ministro, pero con el fuego descontrolado, "algunas habitaciones no pudieron abrirse".
A primera hora del miércoles, Rika Aprianti, portavoz del departamento de prisiones del ministerio, dijo que había 122 detenidos por delitos relacionados con las drogas en un bloque construido para albergar a 38.
Rika afirmó que las 41 víctimas mortales eran reclusos, y añadió que las autoridades seguían evacuando las instalaciones a las 9.00 horas (hora local).
Las prisiones de Indonesia están notoriamente superpobladas, y los expertos consideran que este fenómeno se debe en parte al énfasis que se pone en el encarcelamiento, más que en la rehabilitación, de los condenados por delitos relacionados con las drogas en virtud de la estricta legislación sobre estupefacientes del país.