Trece días de incendios forestales en la provincia de Córdoba arrasaron con más de 40 mil hectáreas de bosque nativo, algo así como 2,5 veces la superficie de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
En la provincia de Córdoba sólo queda el 3% del bosque nativo. En el último medio siglo, la predación acabó con gran parte del medioambiente y el sistema natural de biodiversidad; ampliándose exponencialmente la superficie de sembradíos.
Hace una semana, el 23 de agosto, cuando los incendios forestales arreciaban sobre la provincia de Córdoba, el gobernador Juan Schiaretti escribió en su cuenta oficial de Twitter: “Cordobeses, el clima nos castiga por ser un año tan seco y con mucho viento. Estos factores están disparando importantes incendios en distintos puntos de nuestra provincia, por eso les pido a quienes estén ante esta situación, que hagan caso a las indicaciones de nuestros bomberos y defensa civil, que están haciendo un esfuerzo enorme”.
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Pese a que los incendios de campos afectaron principalmente bosque nativo y no producciones agropecuarias, el viernes pasado, con la firma de Schiaretti, el Gobierno de Córdoba oficializó el Decreto N° 617 con el que declara desastre agropecuario en las zonas del noroeste cordobés, y la medida rige desde el 1 de agosto pasado hasta el 31 de julio de 2021, abarcando a productores agrícolas, ganaderos, forestales, apícolas y frutihortículas que sufrieron daños por el fuego durante agosto y que desarrollan su actividad en los territorios que fueron delimitados con el criterio de polígonos geo-referenciados.
El área de emergencia agropecuaria comprende 60.500 hectáreas –se quemaron casi 50 mil- de los departamentos Punilla e Ischilín, principalmente en las zonas de Villa Tulumba, Copacabana, Tanti, Taninga, Malagueño, La Calera, El Manzano y Villa Albertina; y aquellos productores que declaren haber sido afectados se les extenderá como la constancia de daños y se los eximirá de pagar el Impuesto Inmobiliario Rural, además, la Nación podrá hacer aportes.
Por medio del Fondo Permanente para Situaciones de Desastre la Provincia asistirá con subsidios a aquellas personas que hayan sufrido daños en bienes muebles y/o bienes inmuebles tanto para viviendas familiares, comercios o cabañas de uso turístico. Desde el Gobierno cordobés se informó que ya se entregó alimento balanceado para animales a más de 70 productores agropecuarios del departamento Ischilín.
Desde el Gobierno cordobés también se anunció un plan de restauración ambiental de las áreas incendiadas a través de reforestación con con árboles nativos provistos de viveros provinciales y del Gobierno de Misiones.
Sin embargo, cuando aparecieron los primeros focos, durante las casi dos semanas de incendios y ya después de extinguidos los incendios de campo nativo, se multiplicaron las voces de rechazo a las políticas ambientales.
“Los incendios se repiten todos los años, y se agravan por la sequía y el cambio climático. Los bosques y humedales se encuentran cada vez más amenazados por las quemas provocadas tanto por fenómenos naturales como por la actividad humana, ya sea por negligencia o de manera intencional, para desarrollo inmobiliario y agropecuario; estamos ante un ecocidio”, afirmó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
Desde la organización de defensa del ambiente aseguraron que “las multas no son suficientes para desalentar incendios intencionales y los desmontes ilegales y, a su vez, casi nunca son obligados a reforestar. Frente a esta situación, Greenpeace considera necesario que se catalogue como delito penal al desmonte ilegal y al incendio intencional; y se obligue a los responsables a la restauración de los bosques nativos ilegalmente desmontados o incendiados”.
Mientras que Chris Edward, activista de la Mesa de Agua y el Ambiente de La Granja, le dijo a El Destape que “la defensa del medioambiente, la supervivencia del bosque nativo debe abarcar a todos los sectores de la sociedad, no sólo a los ambientalistas o ecologistas, deben estar la sociedad civil, el Estado, los productores y el proceso es largo. Pero las políticas del Gobierno de Córdoba en materia ambiental, en esta zona del Departamento Colón, siempre ceden ante las presiones de la Sociedad Rural de Jesús María. Hay un mensaje difuso que dice que salvar vidas humanas es más importante que salvar la vida del algarrobo. Y lo que no se entiende es que en el sistema de la biodiversidad convivimos humanos y algarrobos”.
Edward criticó la emergencia agropecuaria: “Estamos ante una emergencia ambiental, no agropecuaria. Lo que se quemó es bosque nativo; y la Ley Forestal lograda no sirve para proteger nuestros bosques naturales, sino para fomentar la industria forestal. Tenemos islas de bosque nativo en medio de sembradíos artificiales alimentados con agroquímicos; cuando en realidad deberíamos tener mangas de bosque que avancen sobre esos sembrados”.
El biólogo Raúl Montenegro apuntó: “La inmensa mayoría de los incendios son provocados para destrozar ambientes nativos y poder transformarlos en zonas de cltivos para transgénicos y en campos ganaderos. En el caso de Córdoba, donde se quemaron cerca de 50 mil hectáreas, cada vez que se desmonta, cada vez que se quema, la situación es la históricamente más dramática, porque hay cada vez menos ambiente para quemar, porque ya se ha destruido antes”.
En 2004, Montenegro fue galardonado con el “Right Livelihood Award”, el Premio Nobel Alternativo, por su labor al frente de la Fundación para la defensa del Ambiente (FUNAM). “Cada ambiente es único, cada vez que se pierde un trozo de ambiente, no es recuperable. Cada trozo que se pierde nos provoca menos posibilidades de supervivencia. En nuestra provincia tenemos menos del 3% del bosque nativo y nos queda la patética imagen de un gobernador como Schiaretti haciendo alusión a los vientos, como si toda ésta fuera una maldición celestial y no fuera un resultado solamente de la impericia del Gobierno, sino también de los intereses por cada vez hacer más dinero aunque le estemos comiendo parte del futuro de nuestros hijos y de niñas y niños que aún no han nacido”, disparó el reconocido biólogo.
Montenegro agregó que “la semana pasada, en una de las fotos satelitales que distribuye gratuitamente la NASA, se ven 4.980 focos de incendio en Argentina, muchos de ellos en Córdoba, donde la situación es dramática. Estamos frente a un ecocidio, donde además de pérdidas de vidas animales y vegetales, lamentamos pérdidas de vidas humanas, como son los asesinatos en la Amazonia brasileña”.
“Los incendios son intencionales, provocados en su gran mayoría. Si hacemos un análisis exhaustivo y sacás la información acerca de dónde proviene cada incendio y vas haciendo un mapa, te encontrás con que había un bosque nativo con toda su biodiversidad, y ahora hay countries y barrios cerrados”, acusó, por su parte, Guillermo Galliano, presidente de la Fundación Mil Aves. Y acusó al Gobierno cordobés “y sus socios desarrollistas para eliminar nuestro bosque nativo”.