Comienza el primer juicio por un hecho de tortura seguida de muerte en un neuropsiquiátrico en plena democracia. Los acusados son seis profesionales de la salud del Hospital Borda, a quienes se los denuncia por el fallecimiento de Matias Carbonell, un joven de 23 años que se encontraba internado en dicho neuropsiquiátrico.
MÁS INFO
Según informó el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que son querellantes en representación de la familia del joven fallecido, Matías murió el 12 de noviembre de 2010 después de 24 días de agonía en el Hospital Penna. Había sido trasladado de urgencia el 19 de octubre, inconsciente y en estado crítico. Allí se constataron lesiones físicas y quemaduras compatibles con el pasaje de corriente eléctrica.
Este martes, después de 12 años de espera, se dará inicio al juicio en el Tribunal Oral número 14 de CABA y en el banquillo de los acusados estarán: Roberto Luis Capiello –psicólogo y jefe del servicio–, Fabián Gustavo Pintow y Silvia Beatriz Scheweitzer –psiquiatras que prescribían la medicación a Matías– y los enfermeros Hugo Alfredo Dospital, Ismael Ricardo Portillo y Jorge Héctor Mastricola. Todos están imputados por tortura, abandono de persona seguido de muerte, ocultamiento de medios de prueba y omisión de denunciar hechos de tortura.
La causa judicial comenzó cuando Carbonell aún se encontraba con vida, a partir de la denuncia realizada por el personal médico que lo atendió en el Penna tras descubrir diferentes lesiones entre las que se destacan golpes y quemaduras en el tórax y uno de sus brazos compatibles con electrocución, pero “que a ninguno de los funcionarios a cargo de su salud (en el hospital Borda) le pareció pertinente denunciar” con anterioridad.
La autopsia, después, revelaría que Carbonell murió “a causa del daño irreversible que había recibido su organismo” a consecuencia del trato recibido, planteó el CELS a través de un comunicado.
Asimismo, desde el CELS afirman que Matías había sido elegido por sus compañeros como delegado y era el impulsor de reclamos para lograr mejores condiciones de internación. Según su información, 10 meses antes de su fallecimiento, el joven "había sido trasladado en forma violenta desde el Servicio 25-B al 14-22 del Borda", siendo que sobre el pabellón de destino "pesaba una medida cautelar de cierre urgente por las condiciones peligrosas y humillantes en las que se encontraban las personas internadas” y por eso no debía estar funcionando.
“En 2010 aumentaron tanto las agresiones hacia Matías como el estado de abandono. El joven atravesó una internación en condiciones denigrantes. Fue víctima de malos tratos y tortura y soportó diversas formas de violencia y hostigamiento por parte de les profesionales", aseguran desde el organismo de derechos humanos.
En el debate, que se desarrollará íntegramente de manera virtual, declararán decenas de testigos, entre ellos la madre de Matías, así como también profesionales del Hospital Borda, peritos del Cuerpo Médico Forense y otras personas expertas.