El jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta anunció su proyecto de ser el próximo presidente de la Argentina y consideró poder lograrlo con una amplia mayoría que por supuesto prescindiría del kirchnerismo. Su dilema es que, para lograrlo, antes debe ganar el apoyo de su propio espacio político cuya agenda está controlada por la minoría más radicalizada, pletórica de terraplanismo. Es decir que para conseguir ser el candidato de un programa amplio que seduzca a una sólida mayoría, antes debe transformarse en el paladín de una minoría furiosa. El torpe envío de la policía a las casas de los alumnos que tomaron escuelas en reclamo de mejoras edilicias ilustra ese dilema. Larreta se sueña Justin Trudeau y debe actuar como Jair Bolsonaro. No parece ser una tarea fácil.
En referencia al conflicto con los estudiantes, debemos reconocer la valentía de Felipe Miguel, el jefe de Gabinete porteño, al afirmar: “Con el presupuesto que tiene la ciudad, podemos tener las escuelas que tenemos.” Es cierto que, en el primer semestre, el gobierno porteño apenas ejecutó el 33% del presupuesto de “Infraestructura Escolar”, lo cual no ayuda mucho a mantener en condiciones dignas las escuelas. Aunque no es menos cierto que en el mismo período sobre ejecutó el 109% del presupuesto de “Publicidad y Propaganda”, lo que le permite beneficiar de un cerco mediático sólido que atenúa la visibilidad de las consecuencias del recorte presupuestario. Digamos todo.
Es por eso que debemos agradecer que haya sido Larreta quien envió de noche a la policía a la casa de los alumnos. Eso nos salvó de una carta de Leuco, una indignación de Novaresio, una alucinación de Canosa, un remilgo de Andahazi, un rictus de Cristina Pérez, una imprecación de Jony Viale, un diagnóstico a distancia del teledoctor Castro, una furia de Pablo Rossi y un eructo de Lanata. De haber sido la policía bonaerense o formoseña, asistiríamos a una indignación coral referida a la libertad de protesta, pilar de la democracia y coso.
En el Encuentro de la Militancia del Frente de Todos organizado en Morón a un mes del intento de homicidio contra CFK, Máximo Kirchner criticó a Larreta por utilizar un “lenguaje tan duro, tan de taita, tan de arrabal y de guapo” para “sacar chapa contra los pibes y pibas” que toman escuelas en la ciudad de Buenos Aires y lo atribuyó a que el jefe de Gobierno “quiere descargar la frustración de bajar la mirada con Macri, que lo maltrata y lo deja sin dignidad”.
“Débiles con los fuertes y fuertes con los débiles, ¿Cuál es la audacia?” dijo Néstor Kirchner en 2001 sobre los recortes a jubilados y trabajadores decididos por el gobierno de la Alianza. La historia se repite.
En este país no podemos estar tranquilos ni una semana: volvió la guerrilla imaginaria mapuche-iraní, la misma que la entonces Ministra Pum Pum y su auxiliar Jorge Lanata descubrieron apenas desapareció Santiago Maldonado durante un operativo de Gendarmería en el Pu Lof en Resistencia de Cushamen, en Chubut. A lo largo de dos meses, hasta que apareció el cuerpo de Maldonado, el fantasmagórico grupo RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) puso en peligro la integridad territorial del país con un temible arsenal conformado por rollos de alambre, martillos rotos y serruchos oxidados. Tanto la ex Ministra Pum Pum como Ricardo López Murphy el Breve afirman que aquel grupo temible, financiado por las FARC, ETA, los separatistas turcos y el Reino Unido, volvió a las andadas.
En varios medios serios pudimos leer que el pueblo mapuche no es originario de la Argentina. Es un dato notable teniendo en cuenta que mis hijos y sobrinos, cuyos bisabuelos llegaron en barco a principios del siglo pasado, sí se consideran originarios de este bendito país. Son las ventajas de llegar último.
En todo caso, podemos estar tranquilos: al no estar gobernando Cambiemos se reducen las posibilidades de desapariciones o balazos por la espalda durante los operativos de las fuerzas de Seguridad contra peligros imaginarios.
Esta semana, el sindicato de los trabajadores del neumático y las empresas del sector alcanzaron un acuerdo, tras varias horas de debate en el Ministerio de Trabajo. Además del aumento del 16% para el último tramo de la paritaria 2022, el gremio dirigido por Alejandro Crespo acordó el pago de un bono de 100.000 pesos. Como explicó Máximo Kirchner en Morón: “Pedían cárcel o bala para los trabajadores del neumático por el reclamo. El conflicto después se resolvió bien en cuatro días, eso es la democracia”.
Hace unos días, Gabriela Cerruti, portavoz de la Presidencia, afirmó durante una conferencia de prensa: “Estamos en un momento de excesiva rentabilidad empresaria” y pidió de manera “imperiosa” corregir la redistribución del ingreso. Enhorabuena. Es bueno que el gobierno acuerde con lo que sostuvo CFK en diciembre del 2020: “No quiero que el crecimiento se lo queden tres o cuatro vivos”.
Por su lado, José Ignacio de Mendiguren, secretario de Industria, explicó que “existen leyes para limitar la rentabilidad de las empresas de Alimentos. El gobierno esta evaluando si las usa”. Que a dos años y medio de haber asumido el gobierno evalúe aplicar leyes no deja de ser una noticia alentadora.
César Milani, ex jefe del Ejército, fue absuelto en la causa por enriquecimiento ilícito, como antes lo había sido en las causas de lesa humanidad y espionaje. Eso no impidió que pasara tres años en la cárcel. Ocurre que el kirchnerista o sospechado tal es muy de ser encarcelado preventivamente, a diferencia del ex funcionario de Cambiemos que aún procesado puede viajar por el mundo, como el propio Macri, o incluso profugarse, como Pepín Rodríguez Simón, amigo del alma de Carlos Rosenkrantz, ex lobista devenido en miembro de la Corte Suprema.
Son las ventajas de pertenecer.
Imagen: Oficiales de La Cámpora enseñan a tomar colegios a jóvenes desprevenidos (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED)