Vivió una cesárea no planificada y su experiencia la llevó a crear un podcast para dar voz a otras: "Imaginé el momento más feliz, pero no fue así"

Celeste se animó a materializar un proyecto que permitió a otras sacar a la luz relatos de dolor, deseo y resiliencia. Abrió un diálogo sobre una problemática que es tanto personal como política y colectiva, desafiando así los estigmas asociados al parto. 

17 de mayo, 2024 | 00.05

En 2019 Celeste Farbman tuvo a su primera hija, Juli. La proyección y el deseo en los primeros meses, incluso desde antes de saber que estaba embarazada, era tener un parto vaginal, lo que popularmente se conoce como natural, pero en un momento del embarazo las cosas se complicaron, la fecha se adelantó mucho y tuvo una cesárea de urgencia. “Fue una experiencia traumática e intensa, porque había riesgo de vida para las dos. Así se inició  mi maternidad, de la manera menos pensada”, cuenta Celeste. A partir de ese día la concepción sobre parir, el estar embarazada y muchos prejuicios relacionados con ese momento de su vida empezaron a cambiar. En un principio sintió culpa y frustración, más tarde empezó a dudar sobre esos sentimientos que le generaban malestar. Esas inquietudes, y su trayectoria feminista, la llevaron a conversar con amigas y conocidas, también madres. Pronto se dió cuenta que no estaba sola. A la mayoría les avergonzaba, sentían que habían fallado como madres por dar a luz en un quirófano, o temían que eso influya posteriormente en la crianza o el vínculo con sus hijos. De a poco y con las preguntas justas comenzó a escribir. Sus notas y entrevistas, que al principio eran improvisadas o charlas de café, se convirtieron en un podcast: “Hoy Nace”. Un documental sonoro producido por Tristana Producciones, que busca problematizar los mandatos sobre el parto, la estigmatización de ciertos tipos de parto, como la asociación del parto vaginal con lo "natural" y la percepción negativa de las cesáreas. Celeste busca desafiar estos estereotipos y brindar apoyo a las mujeres que atraviesan experiencias similares.

 

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En Argentina, alrededor del 35% de los nacimientos se realizan mediante este procedimiento: porque así lo eligió la futura mamá, porque su salud y/o la de su bebe corría riesgo, o porque fue sometida a situaciones de violencia obstétrica. Por otro lado, un Informe del Sistema Informático Perinatal (SIP), en 2022 el porcentaje de cesáreas registrado en Argentina en el subsector público fue de 43,4%, y los valores provinciales se ubicaban entre 32,6% y 56,8%. Aunque parece, según los números, ser una práctica usual y masiva, muchas mujeres la viven de manera traumática, tanto por el incumplimiento de la ley de parto humanizado (25929), por falta de información, por situaciones de violencia obstétrica, o por la proyección que hay sobre ciertas maneras de parir.

Celeste, familiarizada con los detalles de su propio nacimiento gracias a las conversaciones con su madre, creció en un entorno donde los temas de parto eran habituales en la mesa familiar. "Supongo que influyó el hecho de que mi hermana menor es 10 años más joven, así que viví todo ese proceso", comenta. El nacimiento de su hija Juli en 2019, mediante una cesárea, podría parecer un simple dato estadístico. Sin embargo, para muchas mujeres, como Celeste, esta experiencia deja marcas, muchas tardan mucho tiempo en poner en palabras el dolor, otras lo viven como un duelo y sienten vergüenza. También hay quiénes deciden llevar adelante una cesárea programada, y son juzgadas por el entorno. Si se utiliza la palabra "natural" para definir los partos vaginales, ¿qué significa entonces una cesárea? Para muchas, parir de esta manera deja una marca, a menudo por la violencia obstétrica sufrida o por la percepción social sobre lo que se considera "natural" en el proceso de parto. 

Ser protagonista

Durante la entrevista, Celeste reconoce: "Me cuesta hablar de mí". Esta dificultad puede atribuirse a su trabajo como periodista y comunicadora, donde suele estar del lado de quien hace las preguntas. Desde el nacimiento de Juli, la inquietud por no cumplir con un estereotipo de parto se convirtió en una constante en sus conversaciones. A pesar de las dificultades para hablar de su propia experiencia, Celeste se animó a materializar un proyecto que permitió a otras sacar a la luz relatos de dolor, deseo y resiliencia. Abrió un diálogo sobre una problemática que es tanto personal como política y colectiva, desafiando así los estigmas asociados al parto. 

“Mi embarazo fue bastante complicado sobre todo el último trimestre, una experiencia que me costó bastante transitar y ni hablar disfrutar, Las últimas semanas se volvieron difíciles, empecé a tener presión muy alta, internaciones previas, estaba medicada”, según relata ese combo hizo que su hija nazca de manera prematura y estuviera internada un tiempo corto en cantidad de días, que para ella fueron eternos. Iniciar la maternidad de la forma menos pensada, toparse con una experiencia de vida radicalmente opuesta a lo esperado fue muy fuerte “viví una sensación de duelo, frustración, angustia." Apenas volvió a su casa tras estar internada, empezó a escribir, tenía miedo de olvidar los detalles o relativizar lo que sentía, anotó cada medicamento, repasó los nombres de las personas que la atendieron, los partes médicos diarios sobre lo que estaba aconteciendo, las palabras complicadas de los profesionales, la traducción que junto con su compañero intentaban darle, la difícil tarea de tener paciencia, el minuto a minuto, las pesadillas.  “¿Esto es algo que nos pasa porque las mujeres somos neuróticas o en realidad es un problema con una escala un poquito más grande? ¿Habla de nuevos mandatos en relación a la maternidad, a la gestación, al parto y después en la crianza?", se preguntó entre tanta información que corría por su cuerpo mientras puérpera le daba la bienvenida al mundo a su hija. 

Su curiosidad y constancia la acompañaron durante todo ese recorrido. Más tarde habló con obstetras para saber si lo que le habían hecho estaba bien. “Estaba con infartos placentarios, no quedaba otra", recuerda.  El dolor se convirtió en el punto de partida para un profundo proceso de transformación. Con amor y resiliencia, Celeste recurrió a su profesión y a una amiga cercana para encontrar una vía de expresión. Sus bitácoras se transformaron en guiones, y las charlas con amigas se convirtieron en entrevistas, en las que el grabador captaba cada detalle. Estos diálogos le permitieron entender que no estaba sola en sus experiencias. Reconoció que muchas mujeres se preparan para un tipo específico de parto influenciadas por las redes sociales, influencers, mandatos familiares o sociales,  pero que el parto la mayoría de las veces se escapa al control personal.

Con el tiempo, Celeste pudo habitar nuevos matices y aprendizajes, alejados del enojo y malestar inicial. Su proceso de transformación, marcado por el dolor y la introspección, la llevó a reconocer la complejidad del parto y a encontrar una nueva perspectiva sobre el tema.

Vergüenza y miedo 

“Durante la internación de mi hija, mi hermana madre de dos, me dijo: el nacimiento no deja de ser una anécdota”, en su momento a Celeste no la convenció esta afirmación, sin embargo hoy lo vive de manera diferente. Entendió que hay experiencias más tranquilas, otras más traumáticas y otras directamente violentas, pero sobre todo que “no se juega nada en el vínculo con tu hijo con tu hija por la forma de parir ni porque hayas tenido un embarazo más o menos complicado, eso es un punto de partida”, afirma con mucha convicción y aclara que todo debería suceder en las mejores condiciones posibles y con todos los derechos garantizados para esa madre y para para el bebé. “Es el inicio de una vida, de una vida compartida que es inmensamente larga y el parto es solo el comienzo”. 

En nuestra sociedad, existe una amplia asociación entre el parto vaginal y lo que se considera "natural". Incluso en ciertos círculos, se enfatiza que la verdadera naturalidad implica dar a luz sin intervención médica, sin anestesia, o en el hogar. Celeste señala que esto está influenciado por el acceso a la información, la denuncia de la violencia obstétrica y la situación en instituciones u obras sociales. El problema surge cuando estas ideas se convierten en mandatos. Es crucial evitar que esto se convierta en una nueva forma de presión sobre las personas con capacidad de gestar. En el podcast, las entrevistadas relatan de forma sensible y sentida sus experiencias en el quirófano, antes y después, sus sentires, los prejuicios y las experiencias que fueron cambiando con el paso del tiempo. 

Muchas mujeres que participaron en el podcast con Celeste nunca habían hablado sobre el parto y las emociones que les había generado: miedo, culpa, vergüenza, la constante comparación con otras madres y el dolor de sentirse incompletas. Durante las conversaciones, estos mandatos compartidos se desarman, abriendo espacio para nuevas preguntas y reflexiones sobre las presiones que enfrentan las madres. Celeste comenzó hablando con amigas, luego con conocidas y colegas, asegurándose de que cada historia fuera única. En este proceso, descubrió relatos poderosos de mujeres que compartían sus experiencias por primera vez, agradeciendo el espacio para validar sus sentimientos. También dio con  el relato de la historiadora Camila Perochena, quien a través de sus redes sociales compartió la  decisión de una cesárea programada para el nacimiento de su primer hijo. Este relato desató una ola de críticas y opiniones violentas.

En el podcast, las mujeres cuentan sus experiencias: "Imaginé que sería el momento más feliz del mundo, pero no sé si necesariamente fue así", "Recuerdo sentir una gran tristeza en el quirófano, cuando me administraron la anestesia y supe que eso era lo que debía pasar", “Experimenté una profunda tristeza y miedo al darme cuenta de que las cosas no sucederían como lo había planeado", "La cesárea se convirtió en una frustración respecto al nacimiento que había imaginado", "En ese momento lloré mucho y pensé: 'No, quiero un parto natural'". Entre ellas, se encuentra el testimonio de Paula Chávez, modelo, presentadora y actriz, quien comparte en una charla amena cómo fue cambiando su concepción del parto con cada hijo. 

Entre estas diversas voces, hay una perspectiva que aporta una mirada distinta: "Nunca imaginé dar a luz de forma vaginal. Incluso cuando estaba buscando este bebé, siempre pensé en un parto vaginal, pero nunca se me cruzó por la mente como una posibilidad". Uno de los objetivos de Celeste es que si alguna mujer está embarazada y tiene que atravesar una cesárea o la atravesó recientemente, pueda escuchar el podcast y llegar más tranquila a ese momento. 

Si querés contactarte con Celeste Farbman o Florencia Flores Iborra, creadoras de Hoy Nace para compartir tu historia, podés escribirles a @hoynacepodcast en Instagram. Podés escucharlo a través de Spotify o en la web de Tristana Producciones.