Valentín, el nene chileno que encontró en Maradona y Messi un escape a la adversidad

Este niño de 8 años comenzó a jugar al fútbol el año pasado, como parte de un tratamiento para disminuir los efectos del TEA, con el que convive desde hace tres años. Comenzó a ver videos de jugadores, conoció a Maradona y quiere ser como él.

18 de diciembre, 2022 | 13.13

Los rulos vuelan al viento, gambetea a uno, dos, tres, es el barrilete cósmico del 22 de junio de 1986, llega al arco y gol. Valentín vio más de 100 veces “el gol del siglo” en Youtube, y lo practica, lo copia, lo emula en la cancha de la escuelita de fútbol de La Serena, una ciudad costera ubicada a 480 kilómetros al norte de Santiago, en Chile; pero también lo practica en los potreros en los que juega con los amigos y vecinos de su edad. Tras el golazo, sus papás Javier Parra y Jocelyn corren a abrazar y besar a ese crack de poco más de un metro de altura vestido de naranja, los colores de Cobreloa, un equipo de la B de Chile. El verdadero partido que juega Valentín –“Guatón” lo llaman cariñosamente sus papás- es por superarse día a día en su convivencia con el Trastorno de Espectro Autista (TEA) que le diagnosticaron tres años atrás , cuando apenas había cumplido 5 años.

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“Yo amo a Maradona”, confiesa Valentín en una charla telefónica a El Destape: “Y también amo a Messi, quiero que Argentina gane el Mundial de Qatar”, dice este chico chileno de 8 años de edad que gracias al fútbol logró socializar y mejorar sustancialmente su vida. Además, tira abajo el mito de que en Chile quieren que a la Selección de Lionel Scaloni le vaya mal: “Yo vi los partidos del Mundial Qatar 2022, todos los partidos de Argentina. Me gusta Messi, juega bien. Cuando era niño lo molestaban, era pequeño y no podía crecer. Después se fue a Barcelona, creció, le decían “La Pulga” y se hizo el mejor del mundo, como Maradona”, relata con pasión argentina.
Su papá Javier, apoya los dichos y la pasión a favor de la Scaloneta
, mientras espera la final Argentina-Francia: “Somos muchos los chilenos que queremos que Messi gane el Mundial. Los que amamos el fútbol disfrutamos del fútbol de Messi, este año se le tiene que dar”.

¿Cómo un niño de menos de 10 años de edad puede adorar al máximo futbolista de los años ’80 y ’90; un ídolo de multitudes amado en Villa Fiorito, Nápoles o Palestina; pero hace más de treinta años?
“Cuando llegamos a la Academia de Fútbol de Cobreloa, el profesor Alberto Villegas nos dijo, fue muy claro: ‘Yo entiendo que los niños con autismo pueden ser dispersos. Usted déjemelo a mí, yo le voy a enseñar’. Y así lo hizo”, cuenta Jocelyn. Y en casa, Valentín buscó en Youtube “los mejores jugadores de fútbol” y ahí apareció Diego Armando Maradona. Javier le contó a su hijo quién era “el Diego” y así empezó esta historia de amor.
“Cuando cumpla 18 años quiero jugar en Boca. Pero ahora, quiero jugar acá, que La Serena sea campeón de la B; que sea campeón de Primera y después irme a Boca. Y de Boca a La Roja, ser conocido como Diego o Messi”, le dice Valentín a El Destape, mientras pide un relato “en argentino” al mejor estilo de Víctor Hugo Morales, donde Valentín, Diego y Leo hacen una jugada que termina en gol.

Como si se tratara de un hincha argentino contemporáneo a Maradona, Valentín cuenta con naturalidad: “Yo lo conocí cuando tenía 7 años, ahora tengo 8. Lo conocí a Maradona en muchos Mundiales que estuvo, como en el ’86 o Italia ’90, España ’82, todos los Mundiales en los que estuvo Maradona. Me gusta como juega, la mejor jugada fue la del ’86, cuando jugó Argentina contra Inglaterra, eran los Cuartos de Final, y metió el Gol del Siglo y la mano de Dios”. La frase “yo lo conocí” habla de la cercanía de Valentín con su ídolo, de quién habla como si en realidad lo hubiera tratado, de tantas veces que vio sus videos de jugadas y entrevistas.

Jocelyn cose los gajos de esta historia donde se mezclan Maradona, el fútbol como terapia y la superación del diagnóstico TEA de “Guatón”: “Valentín empezó a jugar en mayo del año pasado, pero no sabía nada de fútbol. Ingresó a la academia de Cobreloa La Serena y en un principio fue discriminado por quién estaba de directora, pero el profesor Villegas quiso enseñarle, le dedicó tiempo, paciencia, atención. Y Valentín aprendió bien, el fútbol es lo único que le interesa. Hace tres meses comenzó a entrenar en club Deportes La Serena, pero su sueño es jugar en Boca”. El Pelusa chileno sentencia: “A los 18 me voy a Argentina, a jugar en Boca”.

Javier lo apoya en su afición al fútbol cada vez que están juntos, ya que trabaja en una minera en Nueva Victoria, cerca de Iquique, en el extremo norte del país, a 1.240 kilómetros de distancia: “Trabajo 7x7, siete días en la mina y siete días en casa. Y cada vez que viajo en bus, son 16 horas de ida y 16 de vuelta, estoy 12 días al mes con mi familia. Pero cuando estoy con Valentín, compartimos mucho, y es muy metódico, le gusta estudiar las jugadas, repetirlas, analizarlas. Yo lo ayudo a entrenar, no sólo a dominar la pelota, sino a que aprenda técnicas”.

“Me gusta Julián, es de Córdoba como tú”, tira Valentín, haciendo gala de su conocimiento de la Selección argentina. “El fútbol es su pasión, no sólo jugarlo, se pone a investigar a ver videos de entrevistas, quiere aprender todo, es un (Jorge) Valdano, mente cuerpo y alma”, completa su papá.

Jocelyn cuenta que “Valentín pasó a 3er grado, pero este año lo tuvimos que retirar del colegio de las clases presenciales porque lo querían medicar para que estuviera sentado en el aula. Y nosotros, que lo conocemos, hablamos como familia y decidimos que siga estudiando y rinda libre. Este año ya rindió todas las materias con excelentes notas y estamos evaluando si vuelve a cursar presencial en 2023. Yo me dediqué a su cuidado, dejé de trabajar fuera de casa para dedicarme a él, soy topógrafa de profesión”. 

Los papás de Valentín destacan que “el proceso de socialización con los niños lo está haciendo, de manera excelente, con el fútbol, con el club; allí se relaciona con sus pares. El fútbol es su motivación para salir adelante, en Netflix ha visto un documental que es sobre la barra de Boca Juniors, también sobre los jugadores, los más jóvenes que se tienen que ir de provincias a jugar y a estudiar, y eso también lo ha motivado harto. Ve que hay otros jóvenes que quieren jugar, pero tienen que seguir estudiando; ese documental lo motivó harto para el estudio. El trato que tenemos es ‘vos estudiá dos horas y vas a tener más de dos horas de fútbol; si estudiás tres, vas a tener más de tres horas de fútbol’, y eso lo motiva, mientras más estudia, tiene más tiempo para jugar”, señala Jocelyn.

La mamá agrega que “hay un video con la canción de Opus cuando Diego está precalentando y ahí Valentín se quedó pegado y comenzó a ver todos los videos de Maradona. Video, tras video, tras video. Y videos de su vida y jugadas. De todos los jugadores que vio, eligió a Maradona. Y ahí descubrió su infancia en Fiorito, sus rulitos y Valentín comenzó a dejarse crecer el pelo. T tuvimos que comprarle el equipo entero del Diez en el extranjero, porque en Chile no hay. Le encanta que lo comparen con Maradona, le encanta imitarlo, moverse como él, jugar como él”.

Javier destaca que su hijo “tiene harta técnica, estudia los videos, intenta repetirlos, aplica lo que ve. Y ese aprendizaje lo utiliza en la cancha, pero también en la vida. Nosotros intentamos concientizar sobre autismo, hay muchas personas que lo ignoran y piensan que es una enfermedad; y cuando los niños con autismo descubren una actividad que los apasiona, suelen ser muy geniales. Ponen todo de ellos para lograr sus objetivos. Nosotros lo vemos con Valentín, nunca había jugado al fútbol y hoy lo hace muy bien. Pero además, el fútbol, como es un deporte grupal y de contacto, le dio herramientas para socializar”.
-¿Tenés algún pronóstico para la Final?
-Gana Argentina. Mira, ¿qué color tiene la bandera de Arabia?
-Verde y blanco.
-¿México?
-Verde, rojo y blanco.
-¿Polonia?
-Rojo y blanco.
-¿Australia?
-Azul, rojo y blanco.
-¿Países Bajos?
-Azul, rojo y blanco.
-¿Croacia?
-Azul, rojo y blanco.
-¿Francia?
-Azul, rojo y blanco.
-El único partido que perdió Argentina fue con Arabia, que no tiene rojo. A todos los otros, que tienen rojo les ha ganado.
Una lógica sin fisura.