Tienen 65 años, los unió la lectura y abrieron una librería de usados juntos: “Vienen a ver a dos personas que aman lo que hacen"

Están juntos desde 2015 y abrieron una libreria juntos de ejemplares usados que hoy está en boca de todos. Recientemente, revolucionaron las redes sociales cuando publicaron libros en PDF para aquellos que no tenían dinero para comprar libros. 

31 de mayo, 2024 | 00.05

Fernando Rivero y Alejandra Giménez son los dueños de “Nuestro Arcón: Soñá libros”, la única librería de usados en Palermo Soho. Con una sonrisa y rock nacional de fondo, “los libreros de la calle Armenia” abren la puerta al hogar que estuvieron construyendo hace más de 7 años y los llevó a la viralización en TikTok. “Ahora nos ven así, pero tenemos un recorrido de un montón de años de mucho trabajo e inversión. No es algo de un día al otro, te sentís como el traste, pero hay que buscar estrategias”, advirtió Fernando.

Se conocieron en circunstancias inesperadas. Rivero es un emprendedor de toda la vida, y no hay nada que ame más que ayudar a todos aquellos a cumplir sus sueños. Entre todos sus variados trabajos, tuvo un bar donde, casualmente, una de las hijas de Alejandra era empleada. “Nos conocimos porque venía de vez en cuando a tomar un café o a dejarle algo a su hija. Siempre la veía leyendo”, confesó el librero y cinéfilo de 65 años.

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Por su parte, la hija de Alejandra pareció darse cuenta antes que ellos de la conexión que tenían. Le hablaba todos los días . “Fer es un divino. Es extraordinario. Lo tenés que conocer”, le decía. “En unas vacaciones, mis hijas se van a Alemania. Yo estaba en San Luis y él en Salta, y comenzamos siendo una pareja de Facebook. Nos comentábamos fotos, pero pasaba desapercibido porque otras personas también lo hacían”, continuó la librera de 63 años.

Hasta que Fernando decidió dar el paso y dijo: “‘Ya está le hablo al privado’. La invité a tomar una cerveza. Fuimos, pero después me enteré de que no le gusta la cerveza. Salimos 30 días seguidos, todos los días”. En febrero del 2015 oficializaron la relación, y en julio de ese año ya vivían juntos. Alejandra se mudó con 37 pares de zapatos y sus libros, y Fernando la recibió con los brazos abiertos.

“En ese momento tenía un trabajo horrible, que no me gustaba, y teníamos muchos libros que no sabíamos qué hacer. Hasta que una amiga me invita a participar de una feria de garaje en Lomas de Zamora, ‘La casa bestia’ se llama. Ahí vuelvo a casa y le digo a Fer: Tengo la solución a nuestros problemas”, dijo Giménez. Así comenzó su época itinerante, y surgió “Nuestro Arcón: Tienda vintage”.

Corría el año 2017, y este emprendimiento crecía con muchos libros, algunos vinilos, pequeñas antigüedades y algo de ropa de mujer usada. Se movilizaban todos los sábados, con muebles pesados de su casa, para presentar lo que tenían. “Nos encontramos con un público muy joven. Los que tenían entre 18 y 30 años se volvieron locos con lo que habíamos traído, sobre todo con los libros. Ponele que llevamos 200 libros. Volvíamos con 80, y fue hermoso. Hoy en día, seguimos manteniendo ese rango”, comentó Alejandra.

Lo primero que hicieron fue abrir un Instagram, y el encargo fue Fernando. “Me investigué todo, soy así. Ella es la de los conocimientos en libros. Descubrimos que había un montón de ferias en Buenos Aires, y así comenzamos”, explicó Rivero. Este fue el gesto que los diferenció de otras librerías. “Tenemos mucha acción en las redes sociales. Hacemos videos de recomendación, a Fer le gustan las películas y lo conecta con los libros. Mis hijas nos tiran varias ideas, pero aprendimos todo nosotros e intentamos divertirnos”, agregó Alejandra.

Sin embargo, el sueño creció tanto que comenzaron a quedarse sin stock. “Tuvimos que hacer inversiones, no solo en muebles sino en libros, porque nos quedábamos sin. Nadie te pasa la data de dónde se compran los libros mayoristas. Por eso, nosotros nos volvimos padrinos de montones de librerías virtuales de capital y del interior”, comentó Giménez.

A pesar del crecimiento, hasta el 2019 no hubo librería física. A fines de ese año, alquilaron un local con el concepto de tener un espacio para otros emprendedores. “Nosotros teníamos la librería, mi hija mayor tenía venta de ropa, y así para otros”, explicó Alejandra. Para el 2020, llegó la pandemia y “se consolidó la librería”. Continuaron las ventas por Instagram, y Fernando se volvió el encargado de la logística. O como todos los llamaban, “El señor de los libros”, en referencia a la famosa historia de J. R. R. Tolkien.

Pero una librería es más que solo lo que venden. Para los “los libreros de la calle Armenia”, este espacio era más que solo un emprendimiento económico, y, por eso, le abrieron las puertas a todas las personas en su momento más necesario. “Hicimos, en el medio de la pandemia, algo que fue muy hermoso. Nos enteramos de que una de nuestras seguidora se había quedado varada con un grupo de amigas en Australia. Me cuenta que no tenían plata, ni nada que hacer. Entonces decidimos mandarle PDF de libros. Ahí se nos ocurrió abrirlo a todos, y tenemos el cartel hoy en día en Instagram: Si no tenés plata para comprar libros o no podés salir, manda un mail que nosotros te mandamos el PDF”, comentó Alejandra.

En esta línea, Fernando agregó: “A esta altura ya entendimos que la gente viene más allá de los libros. Nosotros somos el producto de la librería, las charlas que se forman o cuando nos escuchan. Vienen a ver la experiencia de dos tipos que aman lo que hacen. Esto es más que una librería, es nuestra vida”. De a poco, y con esa actitud renovadora, se fueron haciendo cada vez más conocidos, y su círculo social creció. “Eso te invita a conocer nuevas personas. Es acompañarlos y que te inviten a formar parte de eventos de libreros, la Feria del Libro Usado, y un montón de cosas más. Durante 4 años, trabajamos con más de 60 autores independientes. Hoy estamos devolviendo la mayoría; nos quedamos con algunos que ya son de la familia”, explayó Giménez.

Para septiembre del 2020, tuvieron su primer local y surgió la famosa “Librería de la Calle Armenia”. A fines del 2021, una nueva idea les cayó a los emprendedores y crearon un “veredazo”. En él, invitan a autores y librerías a presentar su libro en las calles, frente al local de Nuestro Arcón. Llegaron a organizar dos eventos de encuentros de autores independientes, con sus lectores en bares de Palermo. En estos días, siguen los "Autores en la vereda".

“Los libreros de Armenia” ya se habían hecho renombre en Instagram y en las calles de Capital Federal. Sin embargo, su amor por los libros hizo que conquistaran a los usuarios de TikTok. “Un día nos escribe una periodista, Lucía Chiola Iannone, y nos dice que quiere hacer un video para TikTok de nuestra librería. La entrevista duró como 40 minutos, pero ella lo editó. Hubo una frase que él dijo: ‘Pareja 24/7, trabajando juntos, sin la menor rispidez’. Eso fue lo que explotó. Empezó a venir gente por TikTok”, contó Alejandra. A lo que el encargado de las redes sociales agregó: “Después de eso, nos metimos en la nueva plataforma. Hacemos lo mismo que en Instagram. Lo que notamos es que no había tanto feedback, solo un me gusta o un comentario; no nos poníamos a hablar como en Instagram. Pero cuando empezaron a llegar, vimos que funcionaba”.

Para el momento de salir de la librería, las horas pasaron sin que se dieran cuenta. La taza de café está fría o se quedaron sin agua en el termo de mate. Pero Alejandra y Fernando notaron algo: “Esos chicos de 18 a 30 años que venían por TikTok, entraban tímidos y se iban riendo”. Porque ese es el poder que carga la librería “Nuestro Arcón”: sacar ese montón de cosas personales que tiene esta pareja, de ese arcón, para mostrarlas y darles la bienvenida a su casa.

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