Tiene 16 años, rompe récords y clasificó al Mundial de Aguas Abiertas, pero necesita plata para viajar: por la ausencia del Estado, ahora realiza una colecta

Sofía Garcés obtuvo la medalla de oro en los Sudamericanos y ahora entrena todos los días para ir a Italia, sede del próximo Mundial. Sin embargo, por la falta de financiamiento, su presencia pende de un hilo. 

11 de julio, 2024 | 00.05

Competir en aguas abiertas es un gran desafío que consiste en nadar en mares, ríos y/o lagos durante 10 kilómetros durante un máximo de 2 horas (dependiendo de la competencia en sí). Para eso, es necesario prepararse durante años en competencias más convencionales y, obviamente, en piletas. Sofía Garcés entrena para ir a Alghero, en Italia, entre el 6 y el 8 de septiembre próximo, para competir en el Mundial Juvenil de Aguas Abiertas. Para hacerlo, garra le sobra, lo que falta es dinero.

Nadar en aguas abiertas no es para cualquiera, requiere mucha dedicación y acompañamiento de la familia de quien desea hacerlo. Pero si el Estado o gobierno de turno están ausentes es casi imposible para la mayoría de los deportistas argentinos poder llegar lejos: “Los deportistas hacemos rifas, de todo un poco para poder solventar los gastos, que son la mayoría en dólares y superiores a los 2000”, cuenta a El Destape la nadadora entrerriana que clasificó al Mundial Juvenil de Aguas Abiertas. “El Estado tendría que ser un apoyo para cada deportista porque en vez de estar solamente enfocados en lo que tenemos que hacer, lisa y llanamente entrenar y prepararnos para competir, llegamos con desventaja a las competencias internacionales por estar pensando estrategias para juntar la plata para ir”, detalla sobre su experiencia en usar sus redes sociales (@sofigarces_ en Instagram) para llamar a la solidaridad de quienes puedan sumar dinero para que represente al país en esa disciplina (recibe transferenclias al alias: sofi.italia.mp, a nombre de Stella Marís Sandoval, su mamá).

Por su empeño, fue superando diferentes obstáculos en natación: logró el récord absoluto entrerriano en 1500 metros libres -dónde habían pasado 35 años sin que nadie en esa provincia pudiera superarlo-, integró el Seleccionado Juvenil de Aguas Abiertas -ganando el 5to puesto en 5km de la categoría 14/15- y formó parte, junto a tres compañeras, del Seleccionado Juvenil de Natación que obtuvo el oro en 2023 en el Sudamericano en la posta 4x200 libre mujeres.

El Mundial de Aguas Abiertas es un paso importante para una carrera que comenzó desde pequeña. Nadar suele relacionarse con la soledad, pero para personas como Sofía “las aguas abiertas son completamente diferentes a la pileta, es un poco más ‘divertido’ y tiene más adrenalina. No te aburrís nunca porque tenés diferentes puntos para mirar/pensar”, expresa. 

Cómo clasificó al Mundial Juvenil de Aguas Abiertas

Sofía empezó a nadar a los 2 años en su pueblo natal Echagüe, en Entre Ríos, gracias a su mamá que la acompañó en ‘matronatación’ (actividad acuática que ayuda a la estimulación temprana de los bebés, reforzando además su vínculo con el familiar que los lleva a hacerlo), porque “para ella era importante que sepa nadar por salud, obviamente, pero también porque con mi familia íbamos en el verano mucho al río, asique era primordial que aprenda a ‘defenderme’ en el agua; por eso todos mis primos y hermanas sabíamos nadar”, define a la vez que rememora: “Recuerdo además que jugábamos en las clases de ‘matro’ y mamá estaba en el agua con flotadores y pelotas”.

Esas primeras brazadas fueron en el Club Regatas Uruguay (de Concepción del Uruguay, Entre Ríos) y luego se mudó hacia Paraná, continuando su formación en el Club Atlético Echagüe, donde el profesor Carlos Scocco le enseñó los valores del deporte: “La disciplina, la amistad, el ser perseverante, competitivo, viajar a diferentes lugares y hacer amigos en el proceso me forjaron como persona y lo aprecio un montón”, resalta.

Sofía casi nunca dejó de nadar y crecer competitivamente: a los 6 años le propusieron pasar a un grupo para competir y a los 9 ya corría 25 metros, aunque recién 2 años después empezó a entrenar con mayor planificación y objetivos específicos.

Si bien no siempre tuvo como meta nadar en aguas abiertas, ya que priorizaba las carreras de pileta, hace unos 4 años, aún con 12, fue probando en distintas distancias, ampliandolas cada vez más y le empezó a gustar tanto que la pasión se instaló dentro suyo para siempre.

Sofía jamás pensó en dedicarse a otra cosa, pero reconoce que necesitó una pausa por las exigencias que este deporte de competencia de por sí conlleva: entrena antes de ir a la escuela, a las 5:45, y después de ir a la escuela, a las 15. En total son 10 ‘estímulos’ semanales, 2 dobles turnos todos los días, excepto miércoles y sábados que hace solo uno, más 2 sesiones de gimnasio, alimentación específica con la nutricionista, atención con una psicóloga deportiva (que, en sus palabras, la ayuda "un montonazo") y kinesiólogo. Todo apunta a mejorar su rendimiento e implica sacrificios “como perderse cumpleaños, juntadas con amigos, acostarse siempre temprano, descansar parte del finde, viajar y tener días afuera por competencias”, especifíca.

La pasión, las ganas, la preparación y la experiencia no logran que los nervios desaparezcan: “La primera vez en aguas abiertas temblaba, era una experiencia nueva y tenía muchas cosas para pensar y estar atenta, ya sea las boyas, los otros nadadores, la largada, los camarotes y/o la correntada del río. Hoy sigo teniendo un poco esos nervios pero con mucha más experiencia y me tranquiliza bastante”, relata.

Pero ninguna medalla se compara a ser parte del Seleccionado Nacional, con el que logró el oro en 2023 en el Sudamericano: “Es el mayor orgullo”, describe mientras cuenta sonriente: “también me dan muchísima alegría los momentos de equipo -postas, entrenamientos compartidos, juntadas- y lograr el objetivo que te propongas es indescriptible”.

Actualmente Sofía nada en Unión de Santa Fe y clasificó como parte de la Selección Nacional al Mundial Juvenil de Aguas Abiertas por haber resultado ganadora corriendo 7.5 kilómetros en el selectivo que se realizó en abril del 2023 en Santo Tomé.

La joven promesa argentina en sus 19 años de vida pasó más tiempo en el agua que en su casa, estuvo tan solo un mes sin nadar y, al darse cuenta que no quería hacer otra cosa, retomó: “Volví por mis amigos, por el equipo y obviamente por mi mamá que siempre me alentaba”, expone. Está llena de energía y tiene las esperanzas puestas en que la solidaridad de la gente la lleve a seguir representando con el deporte que ama a Argentina en el mundo.

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