Las Pibas del Fútbol: las mujeres que, desde las redes, se hicieron camino entre los hinchas: "Hay mucho compañerismo"

El fútbol es una pasión que atraviesa el corazón de la mayoría de los argentinos, para los que ir a la cancha es ritual. Algunas mujeres hinchas, sin embargo, se quedan afuera de la fiesta popular por miedo al acoso callejero o a otro tipo de violencia machista. Desde siempre ellas eligieron ir juntas o con conocidos para sentirse acompañadas. Pero en los últimos años, al calor de las nuevas tecnologías, mujeres y diversidades comenzaron a organizarse, a tejer redes para no dejar de ver los partidos, así nacieron Las Pibas del Millo, Las Pibas del Rojo, y Las Pibas de Boca.

“Nunca nos imaginamos que iba a ser tan grande la movida. Pensábamos que íbamos con un grupito, y a partir de ahí se empezó a dar todo. Muchas chicas, que nunca habían ido, se sumaron y no se animaban porque no tenían la posibilidad de ir con alguien. Cuando nos quisimos dar cuenta éramos una banda y todavía se siguen sumando”, explicó a El Destape Giuliana Giarmana, hincha y organizadora de Las Pibas de River. 

Ya sea por TikTok, Twitter o Facebook, las hinchas propusieron juntarse para ir a la cancha para que no falte ninguna. El movimiento fue tan exitoso que logró convocar y acercar a las mujeres al fútbol. “Me acuerdo la primera vez que nos juntamos, que el punto de encuentro había sido Plaza Irala. Había una multitud de gente, y nosotras de a poco caíamos con caras de pérdida. Ni siquiera sabíamos a quién teníamos que buscar. Era como: ¿Ustedes son las chicas del grupo de Facebook? Las cuatro que ahora nos hacemos cargo de Las Pibas nos conocimos ese día”, dijo Fiamma García, organizadora de Las Pibas de Boca.

Las tres Pibas reciben por Instagram pedidos para ir con ellas. Dependiendo de dónde es la chica que les escribe, la derivan a un grupo específico y cada zona se va organizando para poder encontrarse en un punto cerca de la cancha. “Ponemos como punto de encuentro, entre dos y tres horas antes del partido, la Plazoleta Quiroga, frente al Coto de Libertador. Una de las referentes organiza a las chicas dependiendo a qué parte de la cancha van. Ahí entran a su tribuna juntas. Para la vuelta es lo mismo. Nos juntamos en la plazoleta y, dependiendo la zona, comparten auto o colectivo”, explicó Giuliana.

“Hay mucho compañerismo, por ejemplo, cuando sacamos las entradas. Hay grupos por zonas. La mía es la de Zona Sur y somos alrededor de 120 chicas. Si jugamos sábado o domingo, y las entradas salían los miércoles, como es por orden para sacarlas, todas estábamos con una computadora o un teléfono, con los usuarios. La que tiene menos gente adelante les saca a todas. No sabemos cómo hacemos, pero lo logramos”, explicó por su parte Natalia Sofía, la organizadora de Las Pibas del Rojo. “Nos encanta que en los clubes se opte por esa medida. Sirve para que también otras chicas quieran ir y no tengan miedo de hacerlo”, opinó Giuliana.

Fiamma, por su parte, coincidió y remarcó qué es lo que le fascina de la cancha: “Hoy tengo la suerte de poder entrar a la cancha y que me siga deslumbrando exactamente lo mismo. Ver a la 12 alentando, a la gente que festeja y salta. Hay algunos que ni siquiera están mirando el partido y están haciendo fiesta. Y nuestro objetivo ya no es solamente que no vayan solas a la cancha, sino el de acercar más a las mujeres, con sus infancias, al mundo Boca. Que una criatura pueda entrar a la cancha, o una mamá pueda ir a comerse un asado tranquila con su hijo mirando la Bombonera”, contó Fiamma.

“Es muy familiar. Si bien tenés mucha gente que no conoces, todos se unen en una sola pasión y lo viven juntos como si fueran primos o hermanos. La verdad que me pone contenta y hasta me da orgullo de que las mujeres tengan una posición importante en la cancha. Nosotras nos juntamos fuera de los partidos, vamos a los de fútbol femenino o hacemos eventos.”, dijo Natalia. Y agregó: “Para el Día del Niño, se nos ocurrió hacer una colecta de juguetes y ropa, e hicimos un sorteo. Con lo recaudado, compramos un montón de juguetes y lo donamos a un comedor en donde también colaboramos. Me gustaría que siguiera creciendo en ese sentido, y que vean las cosas que hacemos para poder repetir este tipo de eventos o de colectas”.

Alegría, enojo, tristeza, nervios; pero, sobre todo, pasión es lo que se encuentra al entrar en la cancha. Los vítores de los hinchas, los colores del club y el sentimiento de hogar que se forma en sus corazones cada vez que pisan ese templo.