Perdió su trabajo por la Inteligencia Artificial y ahora alerta a otros: "Tienen que regularlo"

El locutor y actor de doblaje Alejandro Graue fue reemplazado en uno de sus trabajos por un software. En diálogo con El Destape, remarcó la importancia de conservar el factor humano para que no se iguale a los artistas con máquinas. "No beneficia a nadie, ni al público ni al trabajador", enfatizó.

03 de mayo, 2023 | 00.05

A principio de este año tuve miedo de perder todo lo construido”, señaló Alejandro Graue, locutor, actor de doblaje y actor de voz que, desde el 2005, construyó naipe por naipe un castillo laboral sólido, firme, que le permitía tener una vida tranquila y, lo que no es menor, poder vivir de su pasión. Todo esto se tambaleó cuando fue reemplazado en uno de sus trabajos por un software de Inteligencia Artificial que hace locuciones. Decidió contarlo en sus redes y tuvo una repercusión inesperada, porque al menos 740 mil personas se interesaron en su historia y en su advertencia: "eventualmente nos dejará obsoletos a todos". 

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En diálogo con El Destape, Alejandro explicó cómo se dio cuenta de que había perdido su fuente laboral por un sistema informático de ceros y unos. Él trabajaba por entonces en un proyecto con continuidad para un canal de Youtube de Estados Unidos, con millones de suscriptores en el mundo, que había decidido contratar a un estudio en Argentina para captar al público latinoamericano.  Entre octubre, noviembre y diciembre se lograron hacer alrededor de 60 videos. “El canal en español empezó a crecer, le empezó a ir bien y tuvo repercusión. Se hizo un parate por las fiestas y a principios de enero se subieron videos nuevos, lo que fue raro porque no se había grabado nada nuevo”, relató.

Ese fue el momento en que por primera vez se dio cuenta del reemplazo. “Cuando le doy play y escucho, me doy cuenta que la voz fue generada por IA. No usaron mi voz, sino que es un software gratuito. Me contacté con el estudio y les consulté, ellos me dijeron que el cliente les acababa de avisar que iban a probar con ese programa y si estaba bien seguían por ese camino”, recordó. 

Con esa incertidumbre dio a conocer su caso en Twitter, que rápidamente se viralizó. Alejandro reconoció que, aún sin haber expuesto a la empresa ni haber escrachado su nombre, el público del canal “en los comentarios criticaban y preguntaban ‘¿qué pasó con el doblaje, esto suena horrible, no se entiende nada?’”, y afirmó que los videos creados con IA fueron todos borrados.

Colaboración inocente

Alejandro explicó que en el rubro se hablaba de la IA y, desde hacía algún tiempo, algunos estudios de grabación de Argentina convocaban para grabar bancos de voces y así entrenar a la inteligencia artificial. “Las primeras veces se desató una polémica en la que decíamos ‘qué onda, porque esto es pan para hoy y hambre para mañana’”, detalló. 

Muchos, según él, se sintieron tranquilos porque era obvio que el factor humano, artístico, no lo iban a poder igualar con una máquina, pero no pensaron en trabajos que requieren una locución fría o solo funcionales en la cual la IA, reconoció, es efectiva y difícil de distinguir. 

Los avances tecnológicos hicieron que las modificaciones en el rubro sean inminentes. Así fue que en el doblaje cambió la parte técnica, ya que antes se grababa en cinta y si había una escena en que debían estar los personajes juntos, los actores lo grababan así, juntos.

Con el tiempo cambió y, en un trabajo de doblaje, ahora cada uno graba lo suyo. “Si tengo un personaje en una película grabo todo y me voy a mi casa y así con cada uno. Eso hizo que se perdiera otra cosa, que tenía que ver con la relación con los compañeros, con la adrenalina de la situación y realmente hubo pérdidas de trabajo”, subrayó.

“Tiene que haber una regulación”, consideró y concluyó: “Si vos me dijeras que esta evolución es un beneficio para la humanidad perfecto, yo no tengo armas para discutirlo, pero si esto se hace únicamente para que una empresa se ahorre tiempo y costos no beneficia a nadie, no beneficia al público. al trabajador y ahí es donde discuto y digo que la evolución por la evolución misma, no me parece”.

Inteligencia oficial

Ante el interrogante sobre qué alcances reales tiene la IA y la posición estatal al respecto, El Destape habló con Fernando Peirano, presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, quien enfatizó: “Es una tendencia, si vemos desde la Revolución Industrial en adelante la tecnología ha buscado dar homogeneidad y previsibilidad a ciertos productos”.

“El primer cambio fue en el campo de la industria, que un auto sea igual a otro y que una pieza sea igual a la otra”, explicó Peirano y agregó que “hemos tenido avances tecnológicos en la agricultura, cuando uno come una naranja quiere que la próxima sea igual y esto la tecnología ha ayudado a estandarizar”. El funcionario, resaltó que esa es la clave de la IA, la estandarización. 

En cuanto al momento actual, señaló que ahora llegó el capítulo de los servicios, donde van a estar homogeneizados y van a tener una calidad más similar. Asimismo, reconoció que tiene su lado bueno y malo: “Lo malo es que va a obligar a una parte grande de la población que trabaja en servicios a una reconversión, no vamos a perder empleos, pero los empleos van a cambiar”.

Al respecto, detalló que el Estado va a tener que “estar muy atento a qué acciones se toman para que el saldo sea positivo”, y destacó que se empezó con “la inversión en innovación, ciencia y tecnología que, sin duda, es una de las llaves para poder entrar en esta discusión y tener los beneficios que esta evolución puede dar”.

“Lo que nos ha llevado a todos a conversar sobre este tema, tiene que ver con el avance de una nueva interfaz que nos permite interactuar con una IA generativa, tanto de texto como de gráficos, expresiones que antes se vinculaban a las personas físicas. Pero este es un paso más en un camino que no es nuevo”, opinó sobre el famoso ChatGPT.

En esa línea, finalizó: “La IA muestra una enorme capacidad y ofrece un servicio de análisis de grandes volúmenes de información, de ‘Big Data’. Hay que tener políticas públicas con una agenda específica, ya que estos cambios tecnológicos siempre tienen un mejor impacto en la medida en que logramos marcar el rumbo y el ritmo de los mismos”.