La misión de cuatro amigos argentinos que sueñan con un homenaje a Luca Prodan en Londres: "Lo están considerando"

Un grupo de argentinos quiere que Luca Prodan tenga una placa azul en la capital británica, al igual que San Martín, el único argentino hasta el momento que tiene ese homenaje. Cómo surgió la iniciativa de cuatro amigos que viven afuera y se unieron a través de su amor al rock nacional. 

12 de julio, 2024 | 00.05

Planta baja y primer piso, techo de tejas, frente de ladrillos a la vista y puerta vidriada verde: la casa de 30B Thames Rd no se distingue entre las típicas edificaciones bajas de Chiswick, en el suroeste de Londres. A simple vista, pareciera ser una más. Pero décadas atrás el barrio –ubicado a unos 40 minutos del centro– no contaba con el prestigio actual. Y esa casa no era como cualquier otra: allí vivió Luca Prodan, entre 1973 y 1980.

Pero, ¿cómo saberlo? No existe señal alguna que lo indique, como sí sucede en la que fue su morada en San Telmo o su vivienda en Roma, por caso. Habría que subsanar este descuido histórico.

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Esa es la misión en la que se encolumnaron cuatro argentinos que desde hace unos años residen en el Reino Unido. Que se conocieron allá, con el tiempo, impulsados por esa necesidad de conservar las costumbres criollas, de compartir un momento y apaciguar un poco el desarraigo, de tomar una cerveza o pasarse un mate. Y que se hicieron amigos, de tanto hablar sobre la Argentina. Y la pasión que los une: el rock nacional.

"Desde que nos mudamos acá, a todos nos pasa que SUMO cala un poquito más profundo. En Inglaterra los escucho todavía más", cuenta el publicista y cineasta Tobías Tercic. En uno de esos encuentros, los hermanos y músicos Federico y Sebastián Paz le contaron de la casa en Chiswick del carismático cantante. Tras encontrar el dato en Luca Prodan. Libertad, divino tesoro, la biografía de Oscar Jalil, los hermanos pudieron localizarla: comprobaron que todavía estaba en pie, intacta. Y surgió la idea de realizar el homenaje.

Entusiasmados, los amigos fueron reconstruyendo la historia. Luca vivió solo en esa casa, que le había comprado su padre. En esos años trabajó vendiendo discos. Armó su primera banda (The New Clear Heads) y se vinculó con otros músicos de la alborotada movida londinense, como Lemmy Klimister, de Motörhead, o los miembros de The Police. Andrea Prodan, su hermano, solía pasar sus fines de semana en la vivienda.

Hasta que Luca la vendió. Con ese dinero compró instrumentos y equipos de sonido, y también un pasaje de ida a la Argentina. El resto es historia.

Tobías, los hermanos Paz y el programador Andrés di Fiore, quien también se sumó a la iniciativa, entendieron que la mejor manera de homenajearlo sería con una de las clásicas placas azules conmemorativas que pueden divisarse a menudo en las calles inglesas.

Instaladas por el English Heritage, esas señales circulares resaltan el vínculo entre una personalidad ilustre y un lugar específico de Gran Bretaña. El jamaiquino Bob Marley y el estadounidense Jimmy Hendrix, por citar un par de músicos, tienen la suya. Pero solo un argentino cuenta con una blue plaque, tal su denominación en inglés: nada menos que San Martín. Se colocó en la casa de Londres –hoy un museo– donde el Libertador pasó sus últimos días. Luca podría ser el segundo.

Aclaración: sí, por supuesto, Prodan no era argentino; nació en Italia, el 17 de mayo de 1953. Salvedad: pocas figuras pueden considerarse tan argentas como Luca. Que aquí, en nuestras tierras, haya alcanzado la popularidad, el reconocimiento y hasta la inmortalidad, es hasta una corrección poética para quien pareciera haber nacido en la Argentina.

Ahora sí, seguimos.

Los cuatro amigos hicieron todo un trabajo para exponer la iniciativa ante el Ente de Patrimonio Cultural de Londres. Lograron el apoyo de la Embajada Argentina en Inglaterra y de figuras destacadas, desde el músico Gillespie, el director de cine Armando Bo y la actriz Elena Roger, al periodista Matías Martin, entre otros, quienes acreditaron la trascendencia de una celebridad como Prodan. Además abrieron una cuenta en Instagram, Una placa para Luca, donde vuelcan fotos, videos y material que fueron recopilando en este tiempo.

También cumplieron con todos los trámites burocráticos exigidos para la ocasión. Por caso, tuvieron que demostrar que Prodan vivió en el Reino Unido. Lo consiguieron con los registros del notable Gordonstoun School, en el norte de Escocia. Luca estudió en este colegio pupilo para jóvenes de la alta sociedad, donde sería compañero de un tal Charles Philip Arthur, nada menos que el rey Carlos III.

Eso no era suficiente. Además, debían comprobar que, efectivamente, Luca habitó esa casa. Terminarían hallando el registro de una vieja guía telefónica, en la que puede leerse: Prodan L.G., 30b Thames Rd W4, 01-976-7800. La G es de George.

Sin embargo, el gran escollo era otro. "En Inglaterra no saben quién es Luca -explica Tercic-. Y entonces nos preguntamos cómo hacer para que puedan apreciar su valor cultural. A los ingleses les gusta sentir que son como un faro que influenció al mundo. Entonces, en la carpeta que presentamos, remarcamos que Luca le dio un salto de variedad a la música argentina y Latinoamericana con el rock, el reggae, el postpunk y todo lo que importó de acá. Solo vendiéndolo así, podemos tener una posibilidad".

Al fin, hace un año presentaron la carpeta. Y en estas semanas deberían obtener una respuesta. "En el Ente reciben muchas nominaciones. Después de evaluarlas con detenimiento, las que se aprueban se destinan a un comité en el que se vota si esa nominación es válida, o no. En este momento hay gente considerando si la placa a Luca es más merecedora que, no sé, un escritor irlandés o un artista de Nueva Zelanda", grafica Tercic.

Si la iniciativa prospera (desde ya: eligen creer...), los cuatro amigos ya imaginaron cómo lo celebrarían: tras cortar el tránsito de Thames Road, harían una choripaneada con otros compatriotas y con los vecinos que quieran sumarse, mientras las canciones de SUMO sonarían a todo volumen.

Y entonces, como ocurrió cinco décadas atrás, la inconfundible voz de Luca Prodan volvería a escucharse en Londres: “Yo quiero a mi bandera…”, se unirían Tobías, Federico, Sebastián y Andrés. Porque esa casa del suroeste londinense no es una más. Allí hay un pedacito de la Argentina.