Facundo, el niño que inspiró la creación de un bipedestador motorizado que hoy es un éxito

Alejandro Bisi, hoy bioingeniero, creó el equipamiento a pedido de una docente de la facultad. Ella confió en que podía crear un dispositivo para mejorar la calidad de vida de su hijo, paciente de atrofia muscular espinal. Con su creación fundó una empresa que hace bipedestadores para hospitales. 

10 de marzo, 2023 | 00.05

La ciencia puede cambiar vidas para bien, de manera radical, gracias al trabajo de aquellos que hacen de la labor científica no sólo un medio para vivir, sino que además para colaborar con la sociedad. Es el caso de Alejandro Bisi, bioingeniero graduado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), quien se puso como objetivo desarrollar soluciones que colaboren a mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad. Por eso mismo creó BipMove, un bipedestador motorizado para niños, que rápidamente le valió reconocimiento no sólo regional sino que también nacional. Hoy, es la principal fuente de ingresos de GiveMove, la empresa que fundó y en la que trabaja junto a otros tres profesionales.

Siendo estudiante, Alejandro conoció a Facundo, hijo de Gabriela, docente de la Facultad. Ella le pidió expresamente que le haga un bipedestador a su nene. Eso demandó que Bisi se internara en su taller durante varios fines de semana, hasta que presentó un proyecto en una feria de ingresantes. Fue entonces cuando autoridades de la unidad académica decidieron que había que institucionalizar su creación y se formó un voluntariado, que empezó a trabajar en dispositivos para un centro de salud.

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"La historia del bipedestador de Facundo nace, para ser sincera, de la desesperación. Él había sido diagnosticado al año y medio con AME -Atrofia muscular espinal- y su expectativa de vida no superaba los seis meses. Hubiera podido conseguir un dispositivo por la obra social, pero no hubiera llegado con los tiempos. Se lo propuse a Alejandro y a los 45 días lo tenía. Fue una felicidad enorme, porque nos trajo una tranquilidad que hasta el momento no habíamos podido encontrar", explicó a El Destape, Gabriela. En su relato surgen los recuerdos de aquel pequeño que, gracias al trabajo de Bisi, pudo incorporarse y mejorar rápidamente su calidad de vida: "Después con el tiempo la enfermedad tuvo otro devenir y la salud de Facu tuvo otro devenir. Pero en ese momento era lo que nos pedían con mayor urgencia y por eso el agradecimiento siempre será con Alejandro, que puso su conocimiento a disposición de la salud de nuestro hijo".

La Atrofia muscular espinal es un grupo de enfermedades genéticas que daña y mata las neuronas motoras, célula nerviosa de la médula espinal y la parte inferior del cerebro. Ellas controlan el movimiento de los brazos, piernas, cara, pecho, garganta y lengua. A medida que las neuronas mueren, los músculos comienzan a debilitarse y atrofiarse, afectando desde el habla hasta la respiración. En ese sentido fue fundamental -y Gabriela se encarga de recalcarlo- el acompañamiento brindado en este caso particular por la Fundación FAME, entidad dedicada a contener y apoyar a las familias que deben atravesar por un diagnóstico de estas características.

Hoy facundo ya tiene 10 años y tiene otro bipedestador, que forma parte de su rutina diaria de rehabilitación. Lo debe usar una hora al día y ya está internalizado como un vehículo en el que se mueve a través de su casa: "Apoya su joystick de la Play Station y sus auriculares enormes, esos de gamer. Hace gracias a él lo que para nosotros es lo más normal, como agarrar un vaso de la alacena, ayudarme a cocinar parado o buscar el control remoto de la mesada. A veces se mira en el espejo y se siente alto, pero en realidad esa es su altura normal. Bueno, eso lo tiene y lo disfruta gracias al bipedestador. Gracias a Dios, pero también a la ciencia, que ayudó a buscar una solución a un problema que era urgente".

Gabriela se encarga de aclarar que sólo el bipedestador no es la salida para un niño que precisa de un trabajo constante de rehabilitación para afrontar su patología. También, en ese sentido, va a kinesiología respiratoria y a natación, entre otras actividades: "Un dispositivo no es una cura, en este caso. Es un complemento, de mucha ayuda, que forma parte de una serie de elementos que, en conjunto, hacen a la rutina de Facundo. Desde ya que cuando lo tuvimos la vida nos cambió. Alejandro nos acompañó siempre, desde ese día y hasta hoy. Acortando los tiempos burocráticos, que tan largos son cuando la vida de un hijo está en juego".

El éxito de lo realizado le permitió a Alejandro que el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología le aprobara un aporte no reembolsable de más de $3 millones, con los cuales el (casi) ingeniero -en aquel momento en etapa de elaboración de tesis- pudiera construir los primeros dos prototipos de bipedestadores, que fueron donados a un hospital de Pergamino -de donde es oriundo- y a una familia rosarina. Luego, llegaría la etapa de su producto final, evolucionado: una silla de ruedas motorizada con bipedestación, elevación y reclinación, especialmente pensada para niños con discapacidad. Hoy ya está en su quinta edición, a la espera de las certificaciones que le permitan una producción en serie.

"La verdad que ver a un niño incorporarse es una sensación indescriptible, mucho más cuando eso se realiza gracias a lo que uno elaboró. Hemos mejorado muchísimo nuestro producto desde aquel primer bipedestador, con correcciones que fueron surgiendo a partir de desafíos puntuales, que nos permitieron hacer las incorporaciones necesarias hasta considerar que está terminado. Hoy tenemos un mercado afianzado en Argentina y estamos esperando cerrar las homologaciones en México y Estados Unidos", indicó Bisi a El Destape. El ingeniero detalló además otros insumos que se fueron creando a partir del llamado de familias con diversas patologías: "Ya hicimos dos bipedestadores que se convierten en camilla, para niños con parálisis cerebral que precisan acostarse. Estamos cerca de cerrar el diseño final también de eso, para empezar una venta a mayor escala".

Entre los premios y menciones que han obtenido, Alejandro y el equipo de GiveMove resultaron ganadores de los Israel Innovation Awards 2020; del Premio en Innovación de la UdeSA Startup Competition (Universidad de San Andrés) y del Joven Empresario 2021 de Entre Ríos, además del segundo lugar en el Concurso IB50K del Instituto Balseiro y primer y segundo puesto en el Programa Fedex para Pequeñas y Medianas Empresas 2021.