Encontró una cámara que estuvo sumergida 6 años y le devolvió sus recuerdos a sus dueños por Twitter: "Se resolvió en 24 hs"

Una jóven encontró una cámara en el barro e inició una investigación para dar con sus dueños. El gesto que se volvió viral en las redes sociales y emocionó a todos.

03 de marzo, 2023 | 00.05

Una cámara en medio del barro. Eso fue lo que vio Milagros. Para cualquiera hubiera sido, tal vez, algo más. Muchos posiblemente no le hubieran otorgado valor o siquiera se hubieran preocupado por juntarla. Pero para ella, una amante de la fotografía, no pasó desapercibida. Y no sólo la recogió, sino que además se encargó de rastrear a su dueña. Claro que todo esto cobra mucho más valor cuando se agrega que el artefacto en cuestión fue hallado en medio de los Esteros del Iberá, en la provincia de Corrientes, y que retornará a las manos de sus propietaria más de seis años después, para que pueda recuperar las imágenes -perfectamente conservadas en la tarjeta de memoria- de un viaje que había sido empañado por el extravío. 

La aludida es Milagros Castañeda, una concordiense de 34 años, que no sólo ama la fotografía sino que además la enseña. Por eso, para ella, esa cámara hundida en la tierra no podía pasar indiferente. La juntó, rescató su tarjeta y dio cuenta de un registro que se remontaba a septiembre de 2016. Que contenía fotos de una chica, que también posaba junto a un muchacho -en apariencia, su pareja-, además de eventos infantiles y reuniones familiares. Lejos de quedarse indiferente, tomó la determinación entonces de usar las redes sociales con el objeto de localizar a la dueña del aparato y retornarle lo más preciado: las imágenes que daban cuenta de lo que habían sido momentos hermosos.

A través de su cuenta de Twitter, publicó el mensaje: "Encontré en Esteros del Iberá una cámara que estuvo 6 años y medio bajo el agua, la tarjeta de memoria funciona, busco a esta familia para devolverles sus recuerdos". La publicación, dado el interés generado, llegó a millones de personas. Una de ellas, una joven llamada Nazarena, aseguró ser la sobrina de la pareja. Como prueba inequívoca de su parentesco, adjuntó a la respuesta una imagen de ellos en la actualidad.

El posteo para dar con los dueños de la cámara.

"Fue todo muy rápido, en menos de 24 horas se resolvió, pero lo que se viralizó nunca lo imaginé", contó a El Destape la propia Milagros. La concordiense estuvo en los Esteros el fin de semana largo de carnaval, pero recién el fin de semana siguiente pudo, con tranquilidad, revisar su hallazgo: "A las 14 del domingo hice el posteo y a las pocas horas estaba hablando con Eugenia, es increíble. Además, en una red social que no suelo usar y que tuvo, al rato nomás, un millón de visualizaciones". 

 

Tener un estudio de fotografía y dar talleres al respecto, considera la entrerriana, puede ser un detalle no menor en este contexto: "Quizás otro no le hubiera dado la importancia que le di yo. A lo mejor rescataba la cámara, se fijaba que no andaba y la descartaba. Para mí tiene un valor extra, no sólo por haberla encontrado en una zona muy complicada por el barro, sino que además porque tiene que ver directamente con aquello a lo que me dedico".

La cámara cubierta de barro fue encontrada en medio de los Esteros del Iberá.

La otra protagonista de la historia es Eugenia. En contacto con El Destape, contó la locura que vive desde que se enteró de que habían encontrado su cámara. "Yo a ese viaje no lo hice en pareja, lo hice con un amiga. La cámara me la perdió un turista que me la pidió prestada y sin querer se le cayó al agua. En el momento me sentí súper mal, intenté superarlo para no hacerlo sentir peor a él, porque en definitiva fue un accidente y me pudo pasar a mí", explicó.

El último lunes se levantó y encontró su celular lleno de mensajes de conocidos afirmando que la estaban buscando en las redes, luego de lo posteado por Milagros. Intentó, en vano, contactarse por Facebook. Luego entró a Twitter y finalmente pudo dar con la concordiense: "La verdad que nunca me imaginé la trascendencia que iba a tomar todo esto. Al principio lo incorporé como una buena acción, que llamaba la atención. Pero después me di cuenta que era algo más y que se estaba haciendo realmente masivo". 

Una de las fotografías recuperadas de la cámara perdida.

Eugenia vive actualmente en Mar del Plata. Aprovechará la oportunidad de rehacerse de su cámara para conocer en persona a quien la rescató de las aguas -ahora mucho menos profundas, producto de la sequía- de los Esteros del Iberá: "Pensamos que, dado que en el verano por cuestiones laborales no pudimos irnos a ningún lado, quizás esto sea una buena oportunidad de ir a Entre Ríos, estar tres o cuatro días y conectarnos con Milagro. Porque además tuvo un gesto que es notable y valorable, porque se tomó el trabajo de recupear la máquina, mirar la tarjeta y buscarnos. Por eso mismo le queremos agradecer en persona lo que hizo". No será un viaje más, porque además su padre fue criado en la Capital del Citrus. Ahora, gracias a lo sucedido, conocerá su tierra. Sucesos inexplicables del destino. 

Alguien dijo: "La fotografía es la belleza de la vida capturada". Para Eugenia, gracias a Milagros, no sólo es capturada, sino que además recuperada, para ser definitivamente atesorada.