Encontraron una entrada de una importante tumba del Antiguo Egipto y ahora van por descubrir una momia: el detrás del hallazgo de los argentinos

El Proyecto Amenmose comenzó en 2019 y ya recopiló más de 1.500 objetos que datan de unos 3.500 años. Existe la posibilidad de hallar una momia en 2025, para lo que necesitan abrir el pozo donde hay una tumba. Muchos de los aportes para lograr estos descubrimientos provienen de los propios investigadores, como también de subsidios y de donaciones.

12 de marzo, 2024 | 00.03

Viajes a Egipto, varias expediciones y la participación de decenas de investigadores de todo el país derivaron en el importante hallazgo de unos 1.500 objetos que datan de unos 3.500 años de antigüedad, en pleno auge de esa civilización, así como la posibilidad latente de encontrar una momia el año que viene.

El hito se concretó a más de 11.600 kilómetros de Argentina, en la ciudad egipcia de Luxor, conocida en los años del imperio egipcio como Tebas. Allí, en un sector conocido como el Valle de los Nobles, los investigadores trabajaron en el Proyecto Amenmose, que pretende estudiar y conservar la tumba de un noble cuyo nombre es el que lleva la iniciativa.

“Pudimos despejar la entrada y la fachada de la tumba de Amenmose y vimos una escena donde se lo representa frente a una mesa de ofrendas, lo que nos cuenta un poco la historia biográfica y nos da ideas de lo que eran los cultos funerarios en Egipto”, destacó en diálogo con El Destape Liliana Manzi, directora de la excavación, sobre uno de los puntos sobresalientes de la misión.

La investigadora del Conicet y arqueóloga graduada de la UBA, precisó que ese era el objetivo central y contó que accedieron “despejando sedimentos del patio del monumento” y colocando una puerta metálica para acceder cuando sea necesario y protegerla cuando no haya trabajadores.

La posibilidad de hallar una momia y la conservación de 1.500 objetos

Manzi confió que “en el patio apareció una estructura hacia abajo que forma un pozo o una cámara funeraria y probablemente puede ser el sepulcro principal de Amenmose, donde podría estar la momia”, sobre el hallazgo significativo.

“Seguir excavando nos permitió exponer la entrada a dos tumbas que podrían ser familiares de él o personas vinculadas a él por su desempeño”, anticipó Manzi, aunque ese misterio y el del pozo funerario se develarán recién cuando puedan regresar a Egipto, algo que está contemplado para 2025.

A su vez, valoró que en esta expedición “se recuperaron 500 objetos que se suman a unos 1.000 del año pasado”, por lo que indicó que, gracias al equipo epigráfico “tenemos un caudal de información bastante grande, con registros fotográficos, anotaciones y dibujos técnicos para analizar”.

¿Cómo se gestó el hallazgo?

El Proyecto Amenmose comenzó en 2019. “Andrea Zingarelli y otra gente de este grupo fueron a Egipto para ver si podíamos conseguir la concesión de la tumba, a través del Ministerio de Antigüedades y Turismo de ese país, algo que se hace a través de investigadores con pertenencia institucional en algún medio, que en nuestro caso hay de todo el país, pero con principal conexión a través de la UNLP”, contó Manzi.

La arqueóloga precisó que “el objetivo era buscar una tumba y veníamos con esa experiencia previa y desarrollo vinculado con el Egipto antiguo” y contrapuso: “Provenimos de Argentina y tenemos fondos escasos. Muchos son aportes de los propios investigadores, una parte de subsidios y mucha de gente que colabora”.

“Es por eso que se eligió una tumba de dimensiones relativamente pequeñas y está prácticamente totalmente decorada, lo que nos permitía trabajar con muchas cuestiones de rituales de la élite en el Egipto antiguo. Uno hace suyo el monumento después y le pone la pasión de corazón”, sintetizó sobre la misión, que incluso atrapa el interés de investigadores de todas partes del mundo, que se acercan a visitar el monumento.

Los viajes a futuro

Manzi blanqueó que la intención es regresar a Luxor a principios del año que viene. “Todo depende de las condiciones monetarias y de si podemos financiarnos”, anticipó y sostuvo que “en el área de arqueología, el objetivo será abrir el pozo o la cámara funeraria”.

La investigadora admitió que en el sepulcro podría no estar la momia de Amenmose. “No sabemos porque Egipto tiene una larga historia de saqueos. Muchas momias y materiales de culto fueron removidos o rotos”, reconoció.

Sin embargo, advirtió: “Si la encontráramos o halláramos algo que lo vincule directamente, seria fabuloso. Ojalá sea posible, aunque con este pozo funerario hay bastantes garantías para vincularlo”.

Un financiamiento a pulmón

El de los gastos no es un tema sencillo, ya que al equipo de investigadores se suman los jornales de unos 25 trabajadores de campo: “En 2023 gastamos unos 5.000 dólares y este año unos 7.000, sin contar los pasajes. El que viene puede ser una cifra mayor por los trabajos de la consolidación del sepulcro, que necesita de una serie de químicos y una clase específica de esponja que se compra en el exterior”, precisó Manzi. 

Para eso, los investigadores presentan proyectos de investigación y sacan una parte del dinero de los sueldos que pagan organismos como el Conicet y de donde se costean los pasajes de avión. Sin embargo, no es suficiente.

La gente nos ayuda a través de donaciones. Hemos hecho algunas ferias de platos en La Plata y nos han ayudado por medio de Cafecito, que son nuestros mayores aportes”, resaltó y aclaró: “Todo eso lo usamos decididamente para los gastos en el campo, que son bastantes”.

Los integrantes del Proyecto Amenmose

El Proyecto Amenmose cuenta con profesionales de diferentes instituciones a lo largo y a lo ancho de Argentina, bajo la coordinación de su directora, la egiptóloga Andrea Zingarelli, mientras que en el área de arqueología que encabeza Manzi se destacan también Eva Calomino y Cecilia Pallo.

En fotografía trabajan Gabriel Bilmes, Raúl Finkel, Lucía García y Federico Pees; en conservación lo hacen Myriam Hara, Belén Castro, Agustina Andrade, Doris Hernández y María de los Ángeles Suárez; la revisión del catálogo de hallazgos está integrada por Silvana Yomaha, Martín Rodríguez, Hector Gerván y Osvaldo Ghisoni; el equipo de registro y catalogación está conformado por Silvana Fantechi y Pablo Rosell; mientras Silvina Vera y Rodrigo Aredes Leiva (UNT) realizan los dibujos de los hallazgos que emergen de la excavación.