El joven que viaja con sus perros y descubre los pueblos más pintorescos de Buenos Aires

Junto a sus tres perros y un dron, Guido Rodríguez recorre localidades bonaerenses con menos de 1000 habitantes. Con el fin de fomentar el turismo interno, comparte su experiencia en las redes sociales.

13 de septiembre, 2022 | 00.05

El viajar es un placer y eso es algo que Guido Rodríguez tiene muy en claro. Es fotógrafo y editor de video, tiene 32 años y en marzo de 2021 comenzó a armar la primera hoja de ruta para pasear, conocer y difundir pueblos de la Provincia de Buenos Aires con menos de 1000 habitantes.

El primer recorrido le llevó aproximadamente tres semanas, en las que recorrió 25 pueblos o localidades. Así comenzó a compartir sus experiencias en sus cuentas de Twitter, Instagram y Youtube (@gui10road/ gui10road), donde publica videos y fotos aéreas de cada lugar. Además, realiza reseñas en las que plasma la información más relevante y el encanto particular de cada destino como, por ejemplo, la Fiesta de la Tortita Negra que se celebra todos los noviembres en Las Marianas, una localidad ubicada en el partido de Navarro en la que habitan entre 500 y 600 personas.

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La idea surgió porque no le gustan los lugares masivos ni turísticos, más bien todo lo contrario. “Me gusta la naturaleza, el campo, la calma y el olor a tierra”, relató en diálogo con El Destape.

Guido viaja con sus tres perros, Timón, Pumba y Barú, le gusta disfrutar de la tranquilidad y de que ellos puedan andar sueltos al llegar a alguno de estos destinos y no tener que preocuparse por si dejó la ventanilla del auto baja. De esta forma, ya recorrió más de 50 pueblos a los que fotografía con su dron.

Cuando no está viajando, Guido hace base en su casa ubicada en el barrio porteño de Villa Devoto, donde trabaja de manera independiente con clientes fijos, lo que le permite organizarse la agenda para poder hacer escapadas en el medio. “No viajo indefinidamente, pero viajo mucho”, aclara.

“Disfruto mucho de armar hojas de ruta. Tengo varias con distancias más largas o más cortas, dependiendo del tiempo que tenga, y voy chequeando, principalmente, que sea una localidad y no una estación abandonada. Después me fijo en Google Maps y empiezo a ver los nombres más chiquitos. Investigo un poco, pero a veces en internet no hay mucha información. Entonces después realizo mis reseñas en función de la experiencia que tuve en el lugar”, cuenta.

Muchas veces, de la misma visita y charlas con habitantes de esos pueblos o localidades, surgen recomendaciones de otros lugares y entonces Guido los suma a alguna de sus hojas de ruta.

Esto lo llevó a confeccionar una guía con las mejores ofertas gastronómicas de estos destinos poco frecuentados y que, en general, se caracterizan por tener comida muy casera.

Por ahora, el destino bonaerense que más le gustó se llama Berdier, y pertenece al Partido de Salto. “Es el pueblo más arbolado que visité. Un paraíso color verde”.

El contraste con la ciudad

La pandemia y la cuarentena pusieron en evidencia el ritmo vertiginoso de la cotidianeidad y esa percepción vino a poner en valor aquellos lugares en los que el tiempo transcurre de otra forma.

“Mucha gente está cansada de los ruidos vehiculares que se acostumbran a escuchar en la ciudad y les gusta disfrutar de respirar otro aire, aire puro, estar en contacto con la naturaleza”, reflexiona Guido sobre esta forma particular de estimular el turismo local y rural.

En esa línea, dice que hay dos fenómenos que le llaman mucho la atención. Por un lado, que mucha gente cuando se va de la multitud de una ciudad se va a pueblos demasiado turísticos con una oferta gastronómica altísima y donde terminan haciendo fila para entrar a un restaurante en vez de visitar lugares con menos turismo. Y lo otro que observa es que a la gente le gusta ir a un lugar tranquilo, “pero tres o cuatro horas, a lo sumo un día. No hay mucha gente que deje la vida de la ciudad y se vaya a vivir a un pueblo, alejándose de todo”.

La reactivación de los trenes

En los últimos años, el gobierno nacional viene desarrollando un plan que prevé la reactivación de los trenes de carga y de pasajeros que conectan diversas localidades de la Provincia de Buenos Aires.

Para Guido, la vuelta del ferrocarril es muy importante no solo porque la conectividad hace que muchas localidades dejen de estar tan aisladas, sino también porque el tren representa la identidad de los pueblos.

“Los pueblos se forman alrededor de la estación y, en general, la fecha de su fundación es cuando pasó el primer tren por la estación. Están muy relacionados”, señala.

Por otro lado, a muchos de estos pueblos se llega por rutas de tierra, y es la única entrada y salida que tienen. “Esto hace que entren o salgan muchos camiones que perjudican estas rutas de ingreso por su peso y entonces cuando llueve no se puede entrar ni salir y quedan totalmente aislados. Lo que hace también el tren de carga es que no transiten tantos camiones y no perjudicar la manera de ingresar a estos lugares”.