Creó el primer binder argentino y hoy acompaña a miles a abrazar su identidad: "Empezó porque a mi me cambió la vida"

Mor necesitaba un método seguro y confortable para que lx acompañara en su transición, pero no lo encontró. Llegó a someterse a cintas de papel, films de cocina y otras alternativas que pusieron en riesgo su salud. 11 años después, desde Armando Binders creó un emprendimiento para ayudar a otros.

20 de septiembre, 2023 | 00.05

Mor Navon nunca pudo conseguir un método seguro con el que pueda aplanar su pecho durante su transición. Pero ya hace al menos 11 años que lxs chicxs argentinos no tienen que pasar por lo mismo, desde que Mor empezó a confeccionar binders y a acompañar a quienes deciden utilizarlo. Armando Binders es un emprendimiento que confecciona binders, una prenda que luce como una faja, un corpiño deportivo, un top ajustado, aunque es mucho más que todo eso: se trata de una herramienta para la salud, la afirmación y libre expresión de las identidades.

Mor Recuerda que, a todas las desigualdades que ya vivía, se le sumaba la ropa que quería utilizar en su cotidianidad. Es por eso que, impulsado por su propia experiencia, decidió traer a Argentina los binders, productos que funcionan como un top o una musculosa compresiva y modeladora, al estilo "truca de pecho". Se trata de un top o una musculosa compresiva y modeladora, saludable y segura. La prenda aplana y moldea el busto generando un perfil más plano, uniforme o neutro.

La vida de Mor está marcada por el exilio de su abuela durante la Segunda Guerra Mundial y de sus xadres durante la dictadura en Argentina, es por eso que nació en Israel y regresó al país después de recuperada la democracia “soy judío y una masculinidad transgenero. Director audiovisual, maquillador protésico, cosmiatra y creador de Armando Binders”, se presenta orgulloso.  

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

El fundador de Armando Binders asegura que se trata de una práctica que forma parte de la identidad y vida cotidiana de muchas personas transmasculinas, travos, trans*, no binarias, lesbianxs y diversas identidades no cis. Sin embargo, también lo utilizan: hombres cis con ginecomastia, mujeres cis que no les gusta que resalten sus pechos, o que por su volumen les generan dolores en el cuerpo y cosplayers, entre otras realidades.

En ese sentido, subraya que se trata de una herramienta para la salud, la afirmación y libre expresión de las identidades. Con la sanción de la Ley 26743 de Identidad de Género, la aplicación de la ESI en escuelas, muchas personas comenzaron a interesarse por este método y el proyecto empezó a crecer. No solo en el aumento de las consultas, sino en la confección de las prendas. 

La autogestión como forma de vida

Cuando comenzaron no habían binders en el país, tampoco información sobre compresión saludable. “Es a través del contacto directo con todas las personas que se acercan a través del boca en boca y confían en nuestro trabajo, fueron y siguen siendo nuestros grandes maestrxs”, remarca al mencionar su especial cuidado por la atención personalizada. 

Su taller está ubicado en un edificio con 118 departamentos. “Es una pajarera”, dice sonriendo sobre la cantidad de timbres que hay en su puerta.  Su pelo largo y ondulado le cae hacia el costado derecho del hombro, con la mano izquierda se acomoda los anteojos y se toca el pelo mientras habla. Mor conoce en detalle las prendas, las telas, los modelos. Es muy meticuloso con su trabajo, revisa tres veces cada pieza antes de entregarla. “Soy de virgo”, aclara.

En uno de los escritorios, entre las varias máquinas de coser, está Florian Vives, su compañero en Armando. Desde ese sector del taller se puede escuchar el sonido de una cortadora de tela, al fondo, pasando la cocina, está Liz Rob armando los moldes. Hasta las 17 se ocupa de esa tarea, después tienen agendada una reunión con Berni, también integrante del emprendimiento. La suba de precios de las telas que usan y los insumos, como hilos, entre otros, se descontroló y están pensando estrategias para no plasmar ese precio en las prendas terminadas “no puedo aumentar más del 30%, tampoco quiero bajar la calidad de lo que hago”, dice Mor preocupado.  Siempre se manejó de forma autogestiva y rodeado de amigues. Le gusta pensar el espacio de manera interseccional. “No es trans exclusivo”, dice mientras mira a Florian con complicidad y se ríen. 

La primera vez

“Siempre me sentí un chico, a modo de burla o bullying me llamaban marimacho”, cuenta Mor sobre su infancia. Recuerda con ternura que usaba un chaleco salvavidas inflable para jugar porque le hacía el pecho musculoso como de un superhéroe, arriba el traje de batman. “Entre juego y disfraces me paraba en el balcón en silencio, gustaba una nena del edificio de enfrente y quería que me viera tal como yo me sentía, así empezó todo”.

Recién a sus 23 dió con un binder, previamente había probado muchas formas de compresión para que su pecho se viera plano: cinta de papel, de embalar, film de cocina, vendas elásticas y no elastizadas. Pero todo le incomodaba, hasta que conoció en Berlín a Laura Merrit, una persona que tenía un lugar seguro para personas trans, no binarias y queer. Mor lo recuerda como un día único, una hazaña, una experiencia de mucha emoción y alegría, sentimientos que revive con cada persona que atiende de manera presencial cuando se ven al espejo con el binder.

También en cada devolución. A veces recibe regalos de los usuarios de binder, libros con dedicaciones cercanas, donde le agradecen por haberlos acompañados y escuchado sin prejuicios. 

Es que él también tuvo su propio proceso, que fue el puntapié para fundar Armando Binders. "El día que me probé mi primer binder cambió mi vida para siempre y comprendí que era un recurso de primera necesidad para mi vida social, mi salud física y emocional”. Afirma, emocionado, que Armando es un espacio para crear un método seguro, confortable, producido en Argentina y accesible para todes. 

Con la idea en la cabeza y las ganas de propagar el bienestar que le había propiciado el uso de esa prenda a otres, comenzó de forma autodidacta a hacer sus propios binders. Contaba con maquetería y matricería porque había trabajado en arte, sin embargo, era la primera vez que se acercaba a la indumentaria. En 2012, una amiga le enseño cómo calcar un molde en papel de diario, más tarde fue transformando una técnica propia sin conocimientos de como cortar la tela o mismo, de costura.

Hasta que comenzó a formarse para poder hacerlos a máquina él mismo, se anotó en una escuela donde se dedicaban a enseñar moldería femenina. “Apuntaba a elaborar ropa neutra, les expliqué qué era un varón trans y así fuimos adaptando la cursada de acuerdo a mis necesidades. Me sentí cómodo les conté de mi proyecto. Ni ellas ni yo teníamos idea de como realizar una prenda así, pero me fueron ayudando y fuimos aprendiendo juntes sobre la marcha”. Desde que aprendió, Mor siguió cosiendo cada binder que le encargaban hasta 2020. Cuando los pedidos comenzaron a multiplicarse, comenzó a ampliar el equipo. 

Mor tiene una agenda en la que anota cada pedido y reniega con las redes sociales. recién en 2018 se hizo una cuenta de Instagram por insistencia de un amigo.

Hasta ese entonces usaba Facebook. Le cuesta ese mundo, es muy analógico, prefiere el cara a cara. Es por eso que hace 11 años mantiene los encuentros presenciales con cada persona que quiere hacerse un binder. Vivir y trabajar en la misma casa es algo cansador, comenta mientras fuma, pero hoy esa es su posibilidad. “Todo empezó porque a mi el binder me cambió la vida y si bien en ese momento ya me estaba operando quería brindar la misma contención y satisfacción que yo había tenido”, reflexiona sobre su decisión de emprender este recorrido en el mundo de la indumentaria.  

Una cuestión de salud

Los binders son importantes para la salud integral de las personas, tanto emocional como física. Los métodos caseros pueden traer problemas de salud como dolores de espalda, de tórax, dificultad para respirar, picazón, irritación de la piel, marcas y hematomas. Además, la falta de un buen método de compresión también puede generar malestar anímico e inseguridad. Muchas personas los usan a diario y otras ocasionalmente, pero según las estadísticas de Mor más de la mitad de las personas que los usan lo hacen diariamente, afirma que hay quiénes no pueden salir de sus casas, ya sea a trabajar, realizar actividades sociales, a la escuela o a estudiar sin el binder.  “Gracias a estos dispositivos podemos encarar el día a día”, enfatiza. 

Al comienzo llegaban al taller pibxs a escondidas o adolescentes acompañadxs por adultos muy renegados, por el contrario hoy reciben consultas de madres o padres de pibis que desean comprarse un binder. Uno de los sueños de Mor es que los binders sean parte del acceso a la salud integral trans. Gran parte del público que usa binders o posibles usuarios trabaja en la informalidad, con situaciones socioeconómicas muy diferentes, sumado a que aún no se cumple el cupo laboral TTNB a nivel nacional. 

Muchos creen que la prenda debería ser  incluída en los programas que impulsan las salitas, hospitales, también sumarlos a las capacitaciones médicas como un método recomendable. Sobre esta idea Mor expresa el deseo y la necesidad de que forme parte de una política pública general de salud. Siendo, además tan largas las listas de espera para quienes quieren realizar una cirugía de pecho, también conocida como masculinización de torax, e incluso teniendo en cuenta que no todes quieren operarse.  “Debería ser un derecho fajarse sin lastimarse, para que haya inclusión es necesaria una política de Estado o plan de salud integral que pueda garantizar su acceso a todas las personas que lo necesiten”.  

Hace tiempo vienen realizando a pedido de profesionales de la salud talleres relacionados a la compresión segura. La experiencia más reciente es la que llevaron adelante en el CAPS 14 de Ezeiza. Para Mor es fundamental poner foco en la información necesaria para comprender sus beneficios y las necesidades en el marco de una perspectiva de salud integra. Mor propone poner foco en los beneficios para derribar mitos, miedos y estigmas, ya que para muchas personas trans y no binarias el acceso a la salud es un obstáculo por la persistencia de profesionales sin información sobre el tema o por situaciones de discriminación. A veces el miedo a ser incomprendidos, estigmatizados y maltratados, hace que no asistan a los centros médicos. Es por eso que cada prenda viene con información relacionada a hábitos saludables respecto al uso.

Un espacio de contención 

Tanto Florian, Mor como Liz Rob, son testigues, en muchos casos, de un momento único. "Muchas personas se emocionan", subraya mientras mira el espejo en el que se miran los usuarios de binders cuando se lo prueban por primera vez.  Se habilitan el abrazo y la contención desde la sensibilidad, un vaso de agua, un abrazo. A veces muchos años de búsqueda se sintetizan en esa imagen reflejada en el espejo.

Muchas personas también les consultan por información relacionada a espacios seguros de atención sanitaria, a grupos de personas TTNB para socializar, o les piden información relacionada con la realización de algún trámite. “Tratamos de tejer redes siempre desde nuestras posibilidades comunitarias para acompañar a las personas. Se contiene a muchas personas que vienen a buscar un binder como también a allegades, amigues, familiares o parejas que acompañan y se preocupan por el uso de estos dispositivos”, comenta Mor. Armando Binders es un juego de palabras “cuando empecé fue durante el primer periodo de mi transición. Hoy, mirándolo con el tiempo, me di cuenta que a medida que estaba construyendo una identidad propia estaba construyendo la identidad de una marca”, concluye. 

LA FERIA DE EL DESTAPE ►