En octubre de 2018, Daniel Metrailler se separó de su pareja. En ese entonces, él aún no sabía que comenzaría un proceso que lo llevaría a un camino sin retorno. De hecho, al año siguiente, mientras se dedicaba a su oficio de carpintero y ya se sentía cansado de su rutina, comenzó a construir una casa- trailer para llevar en su Peugeot 404. Cuatro años le demandó terminarla, pero valieron la pena para que comience su nueva vida con su hogar de madera y sus tres perros rescatados listos para recorrer la Argentina.
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"Me separé y me tocó volver a arrancar de cero, buscar propiedad, alquilar y la verdad que me di cuenta que ya estaba cansado de todo eso. Entonces, me picó el bichito de algo nuevo y pensé: '¿Y si me hago un casita de madera como trailer y vivo ahí?´Y así aranqué: empecé de a poco, mientras tanto seguía laburando de carpintero, que fue lo que me permitió comprar los materiales. Luego vino la pandemia y, con tanto tiempo, la perfeccioné a través tutoriales de Youtube, aprendí un montón y salió", le contó a El Destape el entrerriano de 44 años.
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Y continuó: "Es como que me hizo un click la cabeza desde ese entonces, como que no puedo volver atrás. Incluso con las complicaciones que surgieron, porque imaginate que dejé mi laburo de muchos años en el que ganaba bien, entonces tomar esta decisión fue muy fuerte. El tema es que yo no me sentía bien con esa vida".
La prueba piloto que falló
El 13 de septiembre de 2023, Daniel hizo su primera prueba piloto en la ruta. Junto a él viajaron sus inseparables tres perros rescatados: Otto, Ana y Taylor. En esos días recorrió unos cientos de kilómetros por su provincia natal. Concepción del Uruguay, Nogoyá, Caseros, Santa Anita, fueron algunos de los parajes. En principio, la experiencia fue grata, aunque advirtió que para recorrer la Argentina debía resolver algunas cuestiones económicas.
Su idea inicial era vender artesanías en los pueblos que paraba, pero con el desfasaje económico que se produjo en Argentina, tras la devaluación de diciembre, se le complicó por falta de ventas. Asimismo, se le dispararon los valores de la nafta para su Peugeot 404, que como si no bastara con ello, se le reventaron dos cubiertas. Por tanto, ahora vive en su casa de madera, al borde la ruta 39 en Santa Anita, Entre Ríos, mientras realiza algunos trabajos de carpintería para juntar dinero y comenzar al fin su viaje.
"Yo tenía mis artesanías, con las que había sobrevivido durante la pandemia, para mantener mi viaje y no me fue bien porque se fue todo por las nubes. La gente achicó mucho sus gastos y encima con esta casa atrás el auto consume mucho más combustible. Tuve muchas complicaciones, pero así y todo no quiero volver a mi antigua vida. Y no es capricho, es como que no puedo: empecé una experiencia que no quiero cambiar. Siento que tengo un mundo por delante y voy a descubrirlo", expresa este entrerriano que también toca el saxo tenor. De hecho, practica dentro de su casa-trailer y sueña con ser músico de jazz.
¿Por qué un Peugeot 404?
Un Peugeot 404 fue el primer auto que tuvo Daniel. "Estaba medio cachuzo (SIC), pero ya desde ese entonces me enamoré de él: sencillo, cómodo, fiel. Pero bueno, luego lo vendí porque necesitaba la plata para otro proyecto que tenía", le cuenta a El Destape.
"Más adelante, en 2019, de casualidad veo este que tengo ahora que es un modelo Grand Prix de 1974. No tenía ni siquiera el cartelito de venta, pero me pasaron la data que 4 o 5 personas estuvieron averiguando para comprarlo. Entonces me mandé a hablar con el dueño. Y, pese a los demás interesados, tuve la suerte que me lo vendió. Evidentemente, el destino indicaba que era para mi. Y yo encantado, porque siento que el auto y su austeridad me representan", agregó.
Los perros, sus compañeros innegociables
Otro de los tantos motivos por los que Daniel se construyó su casa fueron sus tres perros. Además, del hastío de incursionar en el derrotero de la búsqueda de un alquiler, el costoso dinero de las propiedades y los abusos en las exigencias de parte de los dueños, también se sumaba que no muchos le permitían vivir con sus mascotas.
"Pobrecitos, mis compañeros ya están grandes y son lo que más me importan, son como mis hijos", justificó Daniel. Entonces la particular casa propia era la decisión ideal para que nada, ni nadie, interfiera en sus planes.
El entrerriano incluso realizó modificaciones en las modernas comodidades que tenía la casa que construyó para que sus mascotas estuvieran bien. Con sus perros, Daniel todas las tardes sale a caminar para relajarse. "En realidad, ellos me sacan a pasear a mi", reconoce el oriundo de Concepción del Uruguay.
El amor del artesano (tal como él mismo se describe) para sus mascotas se resume en que todos son rescatados. De hecho, a Taylor, la más chica, la encontró en una bolsa de residuos donde la dejaron tirada desde una moto en una fría noche de invierno y no dudó en salvarla y quedársela.
La casa del sol naciente
Daniel construyó su hogar sobre todo en base a madera. En la parte trasera, en tanto, tiene la cola de una Volkswagen Caddy donde colocó la patente del vehículo. En su interior, tiene microondas, sillón, cajonera, cocina, heladera, vinoteca y cama. Asimismo, un baño decorado con elementos notoriamente modernos. Aunque algunas de esas prestaciones las quitó para que sus perros tuvieran más espacio.
Estos días, la ironía del destino quiso que el artesano se dedicara a construir el motorhome de otra persona. En ese sentido, aclara que para juntar dinero y empezar su viaje, mientras toma trabajos de carpintería y continúa con las ventas de sus creaciones que se pueden encontrar en su cuenta de Instagram (@dani_met_callejer0s_viajer0s).
"El viaje, debido a las complicaciones, por ahora es más personal que de ruta", reconoce Daniel, pero asegura que no hay retorno en su decisión de concretar su objetivo. De hecho, parte del asunto ya contemplado era que no sería fácil. "Hay que embarrarse las patas para pasar al otro lado del río", concluye.
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