Un chico la ayudó en la plaza mientras lloraba y ahora lo busca desesperadamente para agradecerle: "Necesito encontrarte"

Una usuaria de la red social Twitter -que se sentó a llorar en un banco y fue reconfortada por un joven- lanzó una búsqueda y se viralizó. El Destape habló con la protagonista, que todavía sigue buscándolo para agradecerle.

27 de julio, 2023 | 00.05

"Si estabas hoy en la Plaza Pringles (Rosario) sentado en un banco con remera negra y fumando un pucho, yo me senté al lado a llorar y vos me preguntaste cómo estaba. Necesito encontrarte". Eso escribió Rocío Nieto, de 29 años, en Twitter luego de toparse con un hombre que, como ella descibre, era un chico de "sonrisa eterna". La plaza, que supo ser epicentro de marchas y protestas, también fue escenario de esta historia que, hasta ahora, se encuentra inconclusa. 

“La trascendencia del tuit me sorprendió un montón; no pensé que iba a llegar a tanta gente. Yo creo que tuvo repercusión porque el público intuyó que se trataba de una historia de amor”, comentó Rocio. No obstante, la secuencia fue totalmente distinta a lo que uno se imagina. La rosarina estaba angustiada ya que había tenido que tomar una decisión que la sacaba de su zona de confort. “A los contadores nos gusta tener todo más o menos estructurado o bajo control, y esto rompió totalmente mis esquemas”, dijo la joven.

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A raíz de esto, la muchacha salió del trabajo no solo para cambiar de aire sino también para que el resto de sus compañeros no la vieran llorando. En medio de la caminata pasó por una plaza y decidió frenar para reflexionar. Encontró un banco en el que ya había un chico sentado. “Era de tez más bien pálida y pelo castaño oscuro. Tenía puesto un jean, unas zapatillas similares a las Vans y una remera negra; bastante casual pero podría trabajar tranquilamente en una oficina”, detalló Rocio Nieto.

Luego de pedirle permiso para sentarse al lado, Rocío dejó fluir sus emociones y empezó a lagrimear. Al instante el muchacho hizo contacto con ella y le preguntó si estaba bien. La joven en pocas palabras le dio a entender que sí. Pero el chico, apelando a su sensibilidad, le repreguntó. Rocío empezó a relatar lo que estaba viviendo hasta que sus compañeras de trabajo irrumpieron la escena. Ella al retomar la historia vio que el chico se levantó: “Entiendo que lo hizo por respeto, para no preguntar o escuchar lo que me estaba pasando”.

Unas horas más tarde, la chica le contó esta secuencia a sus amigas cercanas, quienes -sin dudarlo- le propusieron comentarlo en Twitter. ¿La intención? Que los rosarinos que trabajaban por la zona corrieran la voz y el mensaje le llegase al destinatario. 

“Ojala lo encuentres”, “Suerte en la búsqueda”, “Yo también necesito encontrarte”, “No lo soy pero me gustaría” fueron algunas de las tantas respuestas que recibió la usuaria. A pesar de que el tuit generó revuelo y alimentó la imaginación de muchos habitantes de la ciudad, la finalidad de Rocio Nieto era encontrarlo para devolverle el gesto que tuvo con ella. “Me quedé con un sentimiento de culpa. Me faltó decirle gracias por haber mirado para un costado y haberse animado a preguntarme qué me pasaba”, cuenta.

Salir de nuestras casas es una tarea fácil; salir al exterior se podría decir que también. La mayoría de las personas salen de manera física. Caminamos, trotamos, corremos; nos movemos en colectivo, subte, tren. En fin, nos dirigimos hacia un destino aunque en el medio nos crucemos con una infinidad de sujetos. Están aquellos que no prestan mucha atención a lo que pasa alrededor y hay otros que tienen la capacidad de memorizar hasta lo imposible. Pero hay un denominador común: todos miramos.

En ese camino, una minoría logra abrirse sin importar quién tiene al lado, como el caso del chico que busca desesperadamente Rocío. Él, con su pregunta, prefirió la ayuda ante la indiferencia. Y es por eso que, lo que para algunos puede ser una insignificante pregunta, para Rocío fue un mimo al alma y el primer paso para salir de la angustia: “Lo que más recuerdo es que hablaba muy tranquilo pero siempre con una sonrisa”, rememora.

Aunque la joven no le pudo devolver el gesto, un tuit logró más de lo esperado: generar conciencia sobre la importancia de nuestras acciones cotidianas, y demostrar que un solo movimiento -como una sonrisa- puede cambiarle el día a otro. Mientras, Rocío, espera porque aparezca.