Nuevo caso de grooming en CABA a través de WhatsApp: cómo funciona el engaño pederasta por Internet

Un hombre de 24 habría enviado mensajes de índole sexual a una niña de 11 años y le propuso encontrarse personalmente. La madre de la niña llamó a la policía y pudo evitar el encuentro. ONGs y campañas nacionales contra el Grooming alertan: “Hablá con tus hijos, antes que otro lo haga”.

21 de marzo, 2024 | 00.05

Una mujer del sur de la Ciudad de Buenos Aires vio en el WhatsApp de su hija de 11 años que un hombre le enviaba mensajes de índole sexual. La madre seguía atenta las conversaciones entre el ahora imputado de 24 años y la niña a través de WhatsApp Dual, una funcionalidad de esa red social que le permitía tener “clonado” el WhatsApp de su hija en su dispositivo móvil. 

Al ver los mensajes, la madre fue a la comisaría para realizar la denuncia y fue allí que detectaron que el hombre le proponía a su hija concretar un encuentro. La mujer regresó rápidamente a la casa, junto con personal policial. El hombre, que resultó ser un vecino, es investigado ahora por el Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires. Se encuentra en libertad, pero con medidas restrictivas, tal como confirmaron a este medio.

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Este delito se llama “Grooming”, que significa “engaño pederasta”. Se trata de “un ilícito contemplado en el código penal que sanciona el contacto de un adulto con un niño, niña o adolescente (NNA) con el objetivo de cometer un delito contra la integridad sexual”, puntualizó a El Destape Horacio Azzolin, titular de Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI).

Desde el 13 de noviembre de 2013, el Grooming es sancionado por la Ley 26.904 y fue pensado para “evitar delitos más graves", ya que “muchos de los abusos sexuales físicos se concretan con un contacto previo por Internet donde los chicos conocen a sus agresores”. 

Estadísticas

Según datos aportados por la última investigación de la ONG Grooming Argentina, realizada en 2022 a través de 5.557 encuestas en escuelas públicas y privadas del país en niveles de enseñanza primaria y secundaria, “1 de cada 3 NNA recibieron propuestas de noviazgo por parte de desconocidos a través de medios digitales”. Internet permite artilugios a pedófilos y pederastas como cambiarse la identidad e imagen, pudiendo hacerse pasar por un niño o niña de la misma edad que la víctima. 

El mismo estudio arroja que 1 de cada 3 víctimas son niños y adolescentes varones, mientras que 2 de cada 3 son niñas y adolescentes mujeres. 

Para algunos adultos controlar la actividad de una generación nativa digital en Internet es una tarea compleja, por lo que el titular de UFECI también aconsejó definir a qué plataformas puede tener acceso un menor, interiorizarse en cómo funciona, configurar la privacidad de las redes sociales de los y las niñas, en tanto la edad de los hijos lo permita.

Las madres, padres y tutores de menores no sólo no pueden estar controlando la actividad online de sus hijos de manera constante. En promedio, los NNA pasan conectados 6 horas diarias en el entorno digital y tienen su primer dispositivo móvil a los 9 años. 

En consecuencia, Azzolin advirtió: “Es probable que los padres no tengan todas las herramientas en conocimientos tecnológicos, pero siempre se les puede dar a los hijos e hijas herramientas genéricas para poder cuidarse en todos los aspectos de la vida. Hay que ocuparse, y hablar siempre con ellos sobre cómo cuidarse”.

Es que si bien el foco de atención suele estar en las redes sociales, el 62% de los niños, niñas y adolescentes que utilizan juegos en red han mantenido conversaciones con personas desconocidas que, muchas veces, continúan en otras plataformas.

Detección temprana

En el caso citado previamente, la madre de la niña de 11 años logró que el encuentro con el hombre, que resultó ser un vecino, no se concrete. Esta es la importancia de la detección temprana del presunto agresor. 

Ante la duda, se recomienda consultar a expertos sobre cómo proceder. La mencionada ONG, Grooming Argentina, cuenta servicio gratuito de asesoramiento y orientación sobre qué hacer en caso de detectar que un menor de edad mantiene conversaciones potencialmente peligrosas con un adulto. En estos casos, Azzolin señaló que es recomendable llamar a la policía o a expertos en la temática y, de ninguna manera, interactuar con el agresor: “Las madres y padres no deben caer en la tentación de hacerle una trampa: no citar en una plaza o cosas por el estilo. Todo esto no sólo contamina la evidencia del caso, sino que puede ser peligroso porque no se sabe si el agresor está armado o cómo puede reaccionar”. 

Por estar pronto a concretarse el encuentro del hombre con la niña, tomó intervención la Unidad de Flagrancia Sur de la Ciudad, que ordenó la detención en flagrancia del hombre. Sin embargo, el hombre quedó en libertad, al menos provisoriamente. Tomás Vacarezza, fiscal especializado en Delitos y Contravenciones Informáticas, explicó a este medio el porqué: “Se le dio libertad, pero con medidas restrictivas hasta que se finalice el período de producción de prueba. Tenemos comprobado el hecho, pero ahora hay que comprobar que el agresor es el actual imputado”.

Sucede que el Código Penal indica que el Grooming tiene una pena mínima de 6 meses a una máxima de 4 años, pero “es muy difícil que un juicio se termine en 6 meses, por lo que en algunos casos puede ser más grave la prisión preventiva que la misma condena”. 

El imputado tiene, igualmente, prohibición de contacto y acercamiento a la niña y salir de CABA, entre otras limitaciones precautorias. “Si él entorpece de cualquier manera la investigación o se contacta con la menor, entonces ahí sí estaría habilitado a pedir su prisión preventiva”, declaró Vaccarezza, y agregó: “Tenemos un teléfono secuestrado que es el que tenía él al momento de la detención. Se va a intervenir con orden de un juez, hacer un copiado para poder revisarlo y corroborar que sea él efectivamente quien estaba hablando con la menor y constatar la posibilidad de que haya otras víctimas”. 

El fiscal adujo que la virtualidad del ciberacoso facilita, en este caso, la investigación: “Si nosotros encontramos la conversación con la víctima en el teléfono, el hecho está prácticamente probado. Si la evidencia está bien preservada, se pueden reconstruir mucho mejor los hechos que si hubiese ocurrido en el mundo físico y tuviéramos 10 testigos, porque no hay manera de refutarlo”.

Desde esta fiscalía especializada en delitos y contravenciones informáticas resaltan la importancia de guardar todos los chats ya que son pruebas fundamentales para la investigación penal, y no bloquear al groomer ya que al hacerlo se borran las conversaciones o material que haya sido intercambiado.

Perfil de groomer 

El Ministerio de Justicia de la Nación tiene publicada en su página web (www.argentina.gob.ar/justicia) mucha información para entender cómo funciona el ciberacoso a menores. Allí alerta que el groomer suele crear un perfil falso en redes sociales, aplicaciones, videojuegos en línea u otro medio social. Usualmente, se hace pasar por una persona menor de edad para generar confianza y lograr así una relación de amistad “entre pares”. Luego, el acosador le pide a la víctima fotos o videos con contenido sexual. Cuando lo consigue, chantajea y amenaza a la niña, el niño o el adolescente con hacer público ese material si no envía nuevas fotos o videos o si no acepta un encuentro personal. La posición de poder en la que se encuentra la persona acosadora se refuerza por su adultez y por la vergüenza que siente la niña, niño o adolescente al enterarse de que se expuso ante alguien más grande que puede hacer público el material privado.

En otras instancias, si el groomer logró una relación de confianza, puede que los NNA accedan a un encuentro personal. 

Finalmente, también puede ocurrir que el groomer obtenga fotos o videos sexuales de la víctima sin necesidad de contacto previo, mediante el robo de contraseñas, hackeo de dispositivos o de cuentas. Posteriormente, inicia el período de extorsión.

Guía para familias y docentes 

Ante dudas o consultas, la ONG Grooming Argentina, que puede encontrarse con ese nombre en redes sociales, realiza encuentros y capacitaciones en la temática, además de brindar asesoramiento. Puede contactársela a través del correo contacto@groomingarg.org o al +54 9 11-2481-1722. 

También el Ministerio de Justicia de la Nación aporta una guía para familias y docentes para aprender sobre cómo funciona el Grooming y cómo prevenirlo, que puede descargar aquí y acceder complementariamente a una guía de actividades en clase para docentes, que puede descargar aquí.

Entre los puntos destacados de las guías disponibles sobre esta temática se subraya la importancia de no avergonzar o responsabilizar a las víctimas. Por el contrario, es necesario que las y los menores de edad cuenten con espacios de confianza y contención donde puedan contar lo sucedido y pedir ayuda.

Al momento de hacer la denuncia, es indispensable la conservación de la prueba, por ejemplo, con capturas de pantalla, número de teléfono, usuario de redes sociales, correos o enlace de su cuenta. 

Para denunciar o recibir orientación y asesoramiento sobre grooming, es posible hacerlo desde la línea 102 o a la línea 137, para recibir orientación y asesoramiento.

También puede realizarse la denuncia en la fiscalía más cercana, idealmente si allí cuentan con una fiscalía especializada en delitos informáticos. O, simplemente llamar al 911, según la zona de residencia del país. Es siempre importante denunciar, para que el agresor no consiga nuevas víctimas.

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