Cada 13 de noviembre se conmemora el Día Nacional contra el Grooming y el Ciberacoso en Argentina. Cómo se puede prevenir el riesgo de que un niño, niña o adolescente se comunique a través de redes sociales con un adulto y qué hacer para combatirlo.
Desde diciembre de 2013, como lo establece la Ley N°27590, el grooming se considera un delito que puede tener una pena de prisión de 6 meses a 4 años, además, se determinó que es la antesala a otros delitos más graves como abuso sexual infantil.
¿Qué es el grooming?
El grooming es toda acción que realice una persona adulta a comunicarse con un niño, una niña o adolescente a través de medios digitales -ya sea correos electrónicos, redes sociales, chats, juegos en línea- para atentar contra su integridad sexual. Muchas veces lo hacen al crear una identidad falsa y generan un vínculo de confianza, que puede ser difícil de reconocer como violencia en un primer momento. También, el delito puede ser llevado a cabo por un conocido del círculo íntimo o un desconocido que no oculte su identidad.
El grooming es una conducta extorsiva (“si no hacés esto, yo haré aquello”) que se da a partir de una manipulación de un adulto a un/a menor. Este accionar se puede manifestar de diferentes formas: puede ser que el adulto demande que se le envíen imágenes, videos o información íntima; o que intente concretar encuentros en persona, lo que puede derivar en abuso sexual o en trata de personas.
En sí, es importante saber que aunque la violencia ocurra en forma virtual, el daño que produce es real y es necesario intervenir para restituir los derechos vulnerados de los menores.
Desde diciembre de 2013 el Código Penal establece que el grooming es un delito que puede tener una pena de prisión de 6 meses a 4 años. Además, puede ser la antesala a otros delitos, como por ejemplo:
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Obtener material de abuso sexual infantil, ya sea para archivar o para difundir o comercializar en redes de explotación sexual infantil.
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Generar encuentros personales con sus víctimas con intenciones de cometer un abuso sexual físico.
¿Cómo prevenir el grooming y cómo combatirlo?
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Escuchar a la víctima y ofrecerle contención sin juzgarla.
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Acompañar al niño/a o adolescente en el proceso de evitar y cortar la comunicación con el usuario que agrede, pero guardando todas las conversaciones y chats, y tomar capturas de pantalla de los intercambios.
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Iniciar una denuncia.
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Una vez realizada la denuncia y guardadas las conversaciones y chats, bloquear y denunciar al agresor en la red social.
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Comunicarse con un programa de atención a las víctimas de grooming y/o de delitos informáticos de tu región.
¿Qué puede hacer el niño, la niña o adolescente que sufre grooming?
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Buscar una persona adulta de confianza, ya sea un integrante de su familia o de la escuela a quien contarle la situación.
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Cortar la comunicación con el usuario adulto que agrede.
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Conservar las conversaciones o chats para disponer de ellas como prueba.
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Hablar con esa persona adulta de confianza sobre la posibilidad de realizar la denuncia.