Un informe elaborado por La Sublevada, espacio de mujeres y disidencias de Nuevo Encuentro CABA, logró ponerle cifras a la patologización de las corporalidades gordas en los consultorios médicos de la región centro del país. Al menos 8 de cada 10 de las cerca de mil personas encuestadas refirieron haber vivido situaciones de discriminación abusivas o estigmatizantes en espacios sanitarios: casi la mitad considera que recibió un diagnóstico errado sobre su estado de salud por su composición corporal y alrededor de un tercio asegura que recibió burlas por parte de los médicos. Una iniciativa en el Congreso busca dar la discusión para que se incluyan capacitaciones en este sector que permitan problematizar la discriminación que el propio sistema lleva adelante.
Entre estos episodios, las personas encuestadas refieren que muchas veces sintieron que lxs profesionales se centraron en su peso y que eso evitó que atendieran su demanda concreta de salud, un aspecto que pone en relieve la brecha que existe entre las personas gordas y el sistema. Por otro lado, el estudio combate muchos de los estigmas asociados a la obesidad que sostienen y profundizan una idea normalizadora de los cuerpos, también entre los trabajadores de la salud.
El relevamiento, que se llevó adelante de manera virtual entre diciembre de 2021 y junio de 2022, recogió las respuestas de 978 personas que compartieron sus experiencias en los espacios de salud. Los resultados sorprendieron inclusive a quienes llevaron adelante la consulta, dado que confirmaron experiencias que se compartían en privado o que se denunciaban a viva voz entre lxs activistas. Ellxs aclaran, no obstante, que se trata de un informe preliminar, dado que la mayoría de los encuestadxs residen en la provincia de Buenos Aires, la Ciudad de Buenos Aires y otros focos urbanos; sumado a que la mayoría de los encuestados se identifica con el género femenino.
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“Notamos que había un componente en relación a una matriz de funcionamiento que replicaba cierta lógica y estructura relacionada con la voluntad de ciertos sistemas que funcionan con el objetivo de normalizar, modernizar y regular los cuerpos. Pero esto prueba que a veces los profesionales de la salud expulsan del sistema a las personas gordas y creemos que es importante que esta dinámica no se refuerce ni se sostenga en el tiempo”, subrayó a El Destape Magui Fernández Valdes, referentx de La Sublevada y Secretarie General de Nuevo Encuentro CABA.
Puntualmente, los gráficos del informe muestran que el 82% de las personas encuestadas vivió situaciones de discriminación o exclusión en el sistema de salud. Entre ese grupo, un 43,46% considera que recibió un diagnóstico errado sobre su estado de salud y un 27,91 por ciento se sintió burlado o agredido. Además, 7 de cada 10 personas refirió haber recibido comentarios sobre su cuerpo. “Muchas veces priorizan mi peso como principal patología”, “Me tratan por mi peso y no por mi persona”, son algunos de los testimonios que se repiten.
Así y todo, las personas con corporalidades gordas siguen apostando a su salud. Uno de los hallazgos del estudio tiene que ver con este punto. “Hay una construcción en el sentido común de que las personas con corporalidades gordas no se ocupan de su salud porque son dejadas, pero el relevamiento muestra que el gran grueso asiste a las consultas”, subrayó Fernández Valdes.
Otro de los aspectos que devela la encuesta tiene que ver con la expulsión de las personas gordas de los espacios de salud pública. La discriminación que sufren las lleva a atenderse muchas veces en consultorios privados por elección basándose en recomendaciones o en búsqueda de profesionales no pesocentristas. Un 33% de los encuestados refirió a sus esfuerzos personales a la hora de encontrar espacios de salud que tengan una mirada integral.
“Estas prácticas se basan en el gordoodio de les profesionales que desacreditan la sintomatología de lxs usuarixs o realizan malos diagnósticos”, subrayó el estudio. En ese sentido, Fernández Valdes resaltó que todas las personas deberían tener “un tránsito amigable en un centro de salud”, para que no sean solo los privilegiados los que accedan a espacios de salud que no sean gordoodiantes o patologizadores.
Los abusos de obras sociales y prepagas aparecen también en diversas respuestas en el relevamiento dando cuenta de distintos incumplimientos a la Ley 26.682 y de la Ley 26.529. Estos son los testimonios que recuperó el informe al respecto: “Directamente me negaron entrar a una obra social por mi IMC”, “Me elevaron el costo de la cuota inicial 3 veces más de lo que ofrecían a personas flacas”, “La prepaga tuvo mi alta por 6 meses en auditoría y después negaron la cobertura”, “Me dijeron que para afiliarme a una prepaga debía adelgazar”.
Un proyecto para cambiar la realidad en los consultorios
El relevamiento se inició en 2021 cuando la diputada nacional Mónica Macha presentó el proyecto de ley de capacitación obligatoria para efectores de salud para garantizar el acceso a la salud integral de personas gordas; elaborado de forma conjunta también con La Sublevada.
“Surgió la necesidad de armar un proyecto que implique la formación continua de los equipos de salud, que dentro exista una formación vinculada a problematizar la discriminación que el propio sistema lleva adelante y que lo podemos ver en otras instancias”, subrayó a El Destape Macha.
En ese sentido, subrayó la importancia de considerar a la discriminación como una violencia a desnaturalizar en todos los aspectos de la vida. “En la salud tiene otra gravedad: porque cuando una persona con una corporalidad gorda plantea un malestar, o hasta presentan un tumor, enseguida les dicen que tiene que ir a un nutricionista primero. Ahí hay una patologización que se tiene que desandar”, sumó.
El proyecto, que fue presentado el 10 de julio de este año en la Cámara de Diputados, señala la necesidad de que “tanto las autoridades de los establecimientos sanitarios como los equipos de salud que se desempeñan en los mismos, conozcan sus responsabilidades, el marco legal vigente dado que la formación en muchos casos no se encuentra garantizada por la educación universitaria”. Del mismo modo, propone la promoción de “acciones tendientes a garantizar el ejercicio del derecho a la salud de personas gordas, sean adultas, adolescentes o niñes y reducir el impacto de una crisis sanitaria global".
"Cuando una persona con una corporalidad gorda plantea un malestar, o hasta presentan un tumor, enseguida les dicen que tiene que ir a un nutricionista primero. Ahí hay una patologización que se tiene que desandar”
Entre los desafíos que planteó Macha, nombró las jornadas de trabajo para deconstruir el sistema común imperante entre los efectores de salud pesocentristas porque “esas palabras, que capaz dicen con la mejor intención, son dardos para las personas que se atienden con ellos”. Por otro lado, propone también la formación de los profesionales de la salud con las propias activistas. “Lo que se tiene que entender es que no estamos en una discusión de biología sino en cómo se deconstruyen las formas de discriminación: que las palabras, acciones y el lugar desde donde se dicen tienen un impacto".
En ese sentido, destacó que le cuesta pensar que sectores de la política puedan estar en contra de una iniciativa de estas características, sobre todo, porque no implica tampoco una derogación presupuestaria, por lo que el argumento de algunas fuerzas contra la ampliación del Estado no tendría lugar en esta discusión.