El Día de la Mujer Indígena comenzó a visibilizarse en la Argentina a partir de 1983. A partir de aquel año, cada 5 de septiembre significa una fecha muy especial: fue el día que asesinaron a Bartolina Sisa, mujer del pueblo Aymara que lideró una sublevación indígena contra la explotación colonialista de la corona española, en 1782. El Destape dialogó con Noelia Naporichi -mujer qom y pieza clave del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir-, que reflexionó acerca de esta jornada, la necesidad de unir las luchas del feminismo, la discriminación que sufren y las costumbres que mantienen en su comunidad pese al paso del tiempo, la persecución y el despojo de sus tierras.
Quién fue Bartolina Sisa: su recuerdo en el día de la mujer indígena
Bartolina Sisa, del pueblo aymara, se dedicó desde muy joven a comerciar hojas de coca y realizar tejidos junto a su madre y su padre. Sin embargo, también hubo un detalle que la movilizó a fuego: la necesidad de luchar contra los abusos, asesinatos y las injusticias que cometían los españoles contra los indígenas. Luego, contrajo matrimonio con Tupaq Katari, con quien compartió varias batallas. Luego de que su pareja fuera nombrado como virrey Inca, el rol de la joven aymara fue fundamental en el gobierno, ya que su esposo no hacía absolutamente nada sin consultarlo con ella.
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En 1782, Bartolina fue capturada por los españoles luego de un combate. Los usurpadores la torturaron y luego la ataron a la cola de un caballo con una soga en el cuello y la llevaron a la horca. Como si fuera poco, fue exhibida para esparcir el terror en las diferentes comunidades indígenas. A partir de aquel día, dicha mujer se convirtió en uno de los símbolos más emblemáticos de América Latina.
El significado de Bartolina Sisa para Noelia Naporichi, pieza fundamental del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir
Noelia Naporichi forma parte de la comunidad Qom y miembra fundadora del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir. Luego de mudarse de su Chaco natal a la ciudad de Rosario, y junto a otras colegas, lleva adelante la lucha de las mujeres con el recuerdo constante de Bartolina Sisa: "Es una fecha importante para muchas. Hacemos ceremonias e iniciamos una lucha, una nueva etapa en la que nos proponemos seguir luchando por diferentes cosas que están mal. Tratamos de marcar quiénes son las mujeres que tenemos como referencia dentro del Estado".
Consciente de que el machismo y la violencia de género están latentes, y que las mujeres siguen siendo perseguidas y asesinadas, advierte: "No queremos ser Bartolina Sisa. Hay muchas mujeres que están en el rol de Bartolina hoy en día porque son perseguidas. Es una fecha de reflexión, de proponer que la lucha siga en pie, pero que no sea sólo indígena sino una lucha de todos". Y agregó que su batalla también es territorial: "Nosotras luchamos por la tierra. A mí me gusta ir de vacaciones al Sur y quizás un lago de ahí lo quieren contaminar. Y a cualquiera le gusta vacacionar ahí. Tratamos de genera conciencia de esto y que se vayan sumando más personas. Sin acompañamiento de otros tampoco van a poder seguir otras la lucha".
Noelia Naporichi y la lucha del feminismo
La mujer integrante de la comunidad qom advierte que no se identifica como "feminista". Ojo, no por el concepto en sí sino por la terminología, que tiene un origen extranjero: "Yo no me considero feminista porque el feminismo viene de afuera. Es como contar algo que también viene a copiar en la Argentina". Y simplifica al movimiento con otra idea: "Creo que no sé si sería 'feminismo' sino más bien la lucha y las ganas de poder llevar el derecho de toda mujer o no mujer a poder decir basta y hasta acá llegamos. Eso queremos".
Resaltando que las mujeres de los pueblos originarios fueron las primeras en luchar contra el machismo, Noelia Naporichi indicó: "Varios movimientos de mujeres se han reflejado en el feminismo y nosotras no porque nuestra lucha viene desde hace mucho tiempo. Fuimos masacradas, nuestros ancestros fueron masacrados en una guerra en la que nació la Argentina. Mataron muchos indígenas y, a través de nuestra sangre, se armó este país. Nos hicieron argentinos, ciudadanos. Nosotros ya veníamos viviendo en este territorio".
"Muchas veces tenemos situaciones que corregimos en esto de decir originario o indígena. Por qué originario y por qué no indígena. 'Originario' es, por ejemplo, tomar el mate. Es 'originario' de un argentino, pero nosotros no somos 'originarios' de la Argentina. Nosotros ya veníamos, no somos una costumbre o una enseñanza nueva. Son cosas pequeñas, pero que tratamos de corregir en el movimiento", agregó.
Sin embargo, Noelia aclaró que las mujeres de los pueblos originarios también coinciden con la lucha de las distintas agrupaciones feministas, aunque también advierte que es necesaria una unidad para que el colectivo tenga mucha más fuerza: "Más allá de que compartimos las luchas con los movimientos feministas, muchas nos han dado los espacios y muchas no. El feminismo no es todo igual. Hay muchas que no pueden llegar a una reunión porque viven en otro barrio o que no tienen voz en los espacios. La mujer indígena es la más olvidada".
- Te escuché hablar en un Zoom que decías que hay distintos tipos de feminismo y debatías acerca de cómo deben ser las luchas. ¿Es complicado llegar a un punto en común en el feminismo?
"Es difícil porque no todas tenemos el mismo privilegio ni podemos llegar a una misma reunión en pleno centro. No todas podemos tener ese espacio que tienen muchas por ser un frente o un partido en las marchas. Es un trabajo de hormiga y de tortuga porque es a paso lento, pero va a crecer y va a rendir sus frutos. Y va a salir adelante esta propuesta que yo siempre tiro, que si salimos a luchar, salgamos todas juntas y no miremos si yo soy negra, gris o rosada. Salimos todes o no salimos nada. Tiene que ser desde ahí".
- ¿Cómo es la lucha de las mujeres de los pueblos originarios puertas adentro?
"La lucha hacia adentro es terminar con el catequismo de referentes que fueron formados por los gobiernos y el machismo. Tenemos que reforzar la identidad indígena en los jóvenes, reforzar la medicina ancestral y las costumbres en los jóvenes para mantenerse en las ciudades. Hay gente que nos dice que lo de los pueblos originarios 'ya pasó'. Y no, no pasó y no va a pasar. Tenemos otras perspectivas y otras miradas, y nunca va a pasar. La lucha es que el resto de la gente acepte quiénes somos y por qué salimos a caminar como mujeres".
"Como mujeres somos creadoras de vida, apelamos a la buena alimentación y a la salud. Pocos reconocen que la mujer sufre más de lo que sufre un hombre. No solamente ser mujer es un derecho sino que es algo que se tiene que reconocer porque estamos siendo silenciadas. Todos los días que me levanto hay un femicidio y la mujer sufre un feminicidio, que no solamente mata un hombre sino que el mismo Estado es el que atraviesa con los tractores a las comunidades. El Estado es cómplice, los que pasaron y los que van a venir".
De qué se trata el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, espacio en el que se desarrolla Noelia Naporichi
Además de estar muy vinculada con las luchas de las mujeres indígenas, Noelia Naporichi es profesora de peluquería. Incluso, es deportista. Juega al fútbol y es arquera. Aun así, cuando no le toca atajar en los partidos, su tiempo libre lo dedica para salvar al equipo en el que tiene todo el día puesta la camiseta: el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir: "Soy una multifunción. Nunca me conformo con una sola cosa, siempre trato de hacer de todo. Es lo fundamental que trato de tomar como herramienta para demostrarle a los jóvenes que no solamente nos podemos quedar en un solo lugar sino también cumplir diferentes roles".
Hace 10 años, cuando tenía 17, se sumó a dicha agrupación, que se encuentra ubicado en la calle Maradona 6237: "En el movimiento me tocó mucho como joven. Yo vivía en el Chaco. Más allá de que no estemos en el territorio como antes y que me trasladé a la ciudad, lo adapté no como barrio sino como un territorio de mi comunidad. Empecé a trabajar. El movimiento me acompañó bastante para reforzar mi identidad e espiritualidad indígena, en el saber de mis ancestros, tanto en la salud como en la alimentación"
- ¿Qué es lo que hacen en el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir?
"En mi comunidad estamos creando un centro comunitario, recién ahora es un centro comunitario con personalidad jurídica. Teníamos el centro comunitario sin personalidad jurídica y entre compañeras y compañeres activamos una olla popular hace más de dos años, y espacios de cultura, artesanía... Hay un espacio en el que le brindamos información sobre proyectar la vida joven en la ciudad para que no se pierdan en las drogas y tengan accesos al trabajo, a los estudios. Trabajamos sin un sueldo y apuntamos a no percibir un plan porque queremos revolucionarnos como indígenas dentro de los territorios. El rol de los, las y les jóvenes es más importante y está teniendo más repercusión en varios lugares. Es un centro comunitario compuesto por jóvenes, personas, adultas, ancianas y niñes".
Cómo afrontó el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir la pandemia de coronavirus
- ¿Qué cambio de vida tuvieron a partir de la pandemia de coronavirus?
"Fue desastroso porque muchos niñes y mujeres han muerto, por no saber sobre la enfermedad o por no tener acceso a la salud. En pleno Norte, la comunidad Qom de Roque Saenz Peña no tenía acceso al agua para lavarse las manos. Como no se podía juntar cartón ni salir a buscar trabajo, juntábamos lo poco que teníamos y hacíamos ollas populares para los ancianos y niñes. Enviamos juegos e hicimos malabares para les niñes. Fue un trabajo en comunidad. Se han muerto mujeres y ancianos".
- Teniendo en cuenta que los pueblos originarios tienen otros métodos para la salud, ¿cómo afrontaron la pandemia de coronavirus?
"Nosotros tenemos nuestra forma de comer, de decir cómo curarnos, qué temporadas o épocas podemos hacer nuestra medicinas, nuestros trabajos. Trabajamos diferentes cosmovisiones. Muchas veces se requiere de una atención o un médico, pero tenemos nuestras 'piogonas' (NdeR: curanderos y curanderas). Son seres espirituales que son seres neutrales. Dentro de las comunidades indígenas, nunca uno es hombre o mujer. Ya viene destinado a ser la persona que quiere ser. Una mujer embarazada, por ejemplo, no puede comer lo que quiere. Hoy en día estamos en una ciudad en la que no hay una medicina ancestral. La comunidad indígena puede comer carne una temporada y la siguiente temporada, no. Los ancianos saben cómo está la comida y los alimentos. Ellos observan y determinan si se pueden comer o no ciertos animales. Si los animales vienen con miedo, no se comen. Estamos acostumbrados a comer del campo y en la ciudad eso no hay. En la ciudad comemos lo que encontramos y no tenemos una buena alimentación".
La reflexión de Noelia Naporichi sobre la importancia de cuidar y defender los recursos naturales
Analítica y reflexiva sobre la evolución de la tecnología en el mundo, Noelia Naporichi manifestó su preocupación por la pérdida de los recursos naturales -espacios fundamentales para el desarrollo de los pueblos originarios y cualquier ser humano-, tanto en la Argentina y en el mundo entero: "Los pueblos originarios tienen que estar libres en sus lugares porque ya no hay vida. No les importa nuestra cosmovisión. Nos duele que el Rio Paraná se está secando. La Tierra está sufriendo y por culpa de muchos. No sólo por las empresas sino por los gobernantes. El valor de una planta es el valor que tenemos que tener, desde el principio al final. De aquí a 10 años quieren ver un árbol, a través de la tecnología, o quieren seguir viendo el árbol en la vereda. De acá a 10 años ya puede pasar cualquier cosa. Va a venir toda la tecnología y no queremos ser robots. Queremos vivir con aire y oxígeno".
Incluso, Noelia indicó que hay mujeres que son perseguidas por luchar por la recuperación de sus tierras: "Las mujeres indígenas luchan por esos territorios. Hay hermanas que no salen por temor a represalias. Somos muchas mujeres que pasamos por eso y en el movimiento tratamos de acompañarnos".