Las avalanchas generalmente se inician con el desplazamiento intempestivo de pequeños volúmenes de nieve, que en el movimiento se deslizan por sobre otras capas y las arrastran hasta formar una masa de nieve densa que avanza con una fuerza avasallante. Dicha explicación puede usarse también como imagen metáforica de la vida y militancia de Ana María Medina, más conocida como “Nené” Peña, que nació el 15 de enero de 1939 y es una de las grandes protagonistas del Cordobazo. Como la mayoría de las mujeres permaneció en los márgenes del relato de la historia hasta hace algunos años. Bibiana Fulchieri, fotógrafa y autora del libro “El Cordobazo de las mujeres. Memorias” de 2018, cuenta que fue una imagen que vio de Nené la que la impulsó a investigar sobre el rol de las mujeres en dicho proceso histórico, y a preguntarse dónde estaban, quiénes eran y cuáles eran sus ideas: “Las mujeres eran las grandes ausentes, pero un vacío tan fuerte que era un grito (…) Hasta que identifiqué una mujer en un video. Era un dirigente bancaria, Nené Peña. A partir del relato de ella empiezo a buscar y se arma una bola de nieve”.
Nené se hizo famosa por ser la “chica” de la bandera, en referencia a una fotografía que recorrió los diarios donde se la ve llevando una bandera argentina por las calles del Centro de Córdoba junto a un grupo de estudiantes durante la rebelión del 29 y 30 de mayo de 1969 que puso en jaque al Gobierno dictatorial de Juan Carlos Onganía. Medina era dirigente sindical en La Bancaria, militante peronista y una referente local reconocida. Tanto que había sido elegida delegada del Banco. Sin embargo, el lugar que adquirió por esa imagen siendo una mujer en “un mundo de varones” quedó cristalizado en el imaginario popular. Pero ese día de otoño Nené no era la única. Fueron muchas las mujeres militantes, obreras y estudiantes que lo protagonizaron, aunque los registros históricos no lo reflejen. En este sentido Medina representa la punta del hilo que, hasta el día de hoy, seguimos tirando para conocer las voces y rostros de esas mujeres y las resonancias que han tenido.
Mirta Medina (77), la hermana, cuenta que el 29 de mayo en la calle escapando de la represión policial sin darse cuenta se separó del grupo y se unió al de unos estudiantes que no conocía, y marchó con ellos y la Bandera Argentina casi 12 horas: “Qué ironía, eso nos marcó porque además del temor por su integridad física, en los diarios salía cómo ‘una mujer’ sin nombre y apellido”. Mirta subraya que injustamente en esos tiempos las militantes siempre “fueron invisibilizadas o reconocidas como acompañantes pero nunca cómo protagonistas directas”. Hoy esa foto se puede ver en un portarretrato en el livng de la casa de Nené y su marido Julio Argentino Peña, pero en ese momento le sirvió a a la justicia militar para identificarla y fue la única mujer condenada por un Consejo de Guerra.
Relatos de las hijas del Cordobazo
La de Nené es una familia numerosa formada mayoritariamente por mujeres. Junto a su marido y compañero desde hace casi 62 años, Julio Peña, tuvieron cuatro hijas, Claudia, Ana Karina, Ariadna, y Liz, y doce nietxs: 7 mujeres y 5 varones. Y los relatos Cordobazo fueron una parte central en las rondas familiares y con amigos. Ana Karina (54), recuerda que el vínculo de su madre con el Cordobazo es ineludible: “Estuvo siempre presente en sus enseñanzas, su imagen tan icónica en la filmación que todos los años pasaban y pasan en la provincia de Córdoba . Una imagen que era transmitida por los canales locales de noticias y también en películas como la República Perdida y documentales . Sin embargo, junto a esas imágenes se cronicaban los hechos y las mujeres estaban totalmente invisibilizadas. Recuerdo que mi madre decía siempre ‘¡parece que las mujeres nunca hubiésemos estado allí!’”.
Claudia (58) por su parte recuerda que Nené siempre les contaba sus historias de militancia, y entre esas las de la rebelión de 1969 tenían un carácter épico y especial, como cuando la detuvieron y la pusieron a disposición del Consejo de Guerra Nº 3 bajo el cargo de ‘Incitación a la rebelión’: “En el juicio le mostraron la filmación y le preguntaron qué estaba cantando. Ella respondió ‘¡libertad, libertad, libertad!’. Después de eso estuvo durante un año con prisión domiciliaria. Contaba que cuando la detienen y la llevan para ser juzgada , un militar le dijo: ¡Señora, tiene que elegir un defensor! Se encontraban en la habitación, un militar de la marina, otro de la fuerza aérea y el tercero del ejército, y ella dijo Ta te ti , suerte para mí! Siempre lo relataba ríendose”.
Lo más complejo y doloroso para ellas fueron los tres años que que estuvo presa en medio de la Dictadura Militar, en los que sufrieron la ausencia pero también mucho miedo ya que las eran niñas y adolescentes. A Nené la detienen en noviembre de 1975 y es trasladada a lo que se conocía como UP1. Al año siguiente la llevaron a la cárcel de Devoto. Ana Karina señala que a su retorno sus relatos fueron muy dolorosos y tristes, pero rescata que en medio de tanta oscuridad siempre había retazos de luz, historias de mucha solidaridad, contención y de lazos amorosos entre las mujeres detenidas. “Cuando mi madre regresa de la cárcel, al poco, tiempo comienza a ejercer como maestra en el Colegio Parroquial Nuestra Sra. de Loreto, en donde trabajo muchos años. En ese lugar inicia su camino como delegada gremial en la docencia y fue muy reconocida en las escuelas de la zona por su militancia. La experiencia de mi madre ha sido significativa no sólo para la familia , también para los amigos y las amigas y toda la comunidad”.
“Setentista”: la historia de Teté, una heroína anónima
“El Cordobazo es el significado de lucha, es la representación de la mujer de mi familia que me transmitió desde muy pequeño conceptos, pilares y principios", señala Marcos Traverssa (43), hijo de Mirta y sobrino de la chica de la bandera. "Mi tía Nené, como la conocen los demás, es mi tía Teté, mi segunda madre. Ella mi inspira todo lo bueno que puede tener un ser humano con sus virtudes y errores, fue mi madre cuando viví en Córdoba, es la persona que me enseñó a ver la vida de otra manera, es la mujer luchadora, es mi heroína anónima”. Marcos habla de las mujeres de su familia como quienes marcaron su forma de pensar, de aprender y de crecer : “Mi abuela, mi tía y mi madre se encargaron de contarme la historia de nuestra familia sin tabúes, crecí dentro de un contexto político familiar que formó mi identidad. Soy la persona que soy debido a lo transmitido por ellas”.
Marcos nació y creció en Villa María, pero estudio Licenciatura en Cine y Televisión en la Universidad de Córdoba. Durante su infancia y juventud solía escuchar historias de lucha, charlaba con su tía permanentemente sobre la militancia, no solo de ella sino también de su abuela María Cristina Giménez, que comenzó su militancia con Evita y fue elegida Senadora de la provincia la primera vez que las mujeres pudieron votar en Argentina. “Mi tía me relataba siendo pequeño las cosas que había vivido en el 69 y en la última dictadura cívico militar. Me narraba a modo de cuento el contexto histórico del Cordobazo y siempre narraba sus historias de forma colectiva. Una frase que siempre me quedo grabada es ‘un peronista no puede no organizarse por la sociedad y por los compañeros’. Creo que como buena docente supo transmitir de generación a generación sus vivencias”.
“Nací en 1977, a mi madre embarazada la fueron a buscar los militares a su casa, no se la llevaron, ni ella sabe porqué, y eso marcó mucho mi vida. Desde que lo supe sentí que tenía que expresarlo desde la historia de mi tía”, dice. Con eso en mente durante los últimos años trabajó en la creación de un documental, con el apoyo del Municipio de Villa María y el Ministerio de Educación de la Nación, donde reflejar y mostrar historias de las mujeres que, como Nené, “desde su anonimato habían hecho mucho por la sociedad, por los derechos y por sus compañeras”. “Las mujeres del Cordobazo, como así también en la dictadura cívico militar, no fueron visibilizadas, siempre fueron los hombres los protagonistas de la historia. Es necesario que se conozcan estas historias de vida . Me centré en ellas no solo porque mi tía fue protagonista sino por todas las mujeres militantes que aun en la actualidad se desconocen”, revela.
“Poder contar la historia de mi tía y de las demás mujeres del Cordobazo fue una experiencia inexplicable. Ellas aportaron todo y más sobre sus vidas. Desde la pre-producccion del documental estuvieron presente en todas las etapas, me brindaron información y abrieron su corazón plenamente”, reconoce Marcos. El documental “Setentista”, que cuenta con la participación de Soledad Garcia Quiroga y Graciela Contreras, fue terminado en 2019 y se estrenó en una avant premier para amigos y familiares, pero no llegó a ser presentado en salas comunes por las restricciones de la pandemia. Este año ya está inscripto en varios Festivales y podrá verse muy pronto. “Cuando vieron el documental terminado, tanto mi tía como las demás mujeres, solo tuvieron una palabra, una “gracias” compungidas por verse en la pantalla y no recordar muchas cosas que habían contado. Todas sintieron una liberación y un alivio, y pudieron cerrar una historia a partir de sus relatos”, cuenta.
Las nietas de las mujeres que no pudieron callar
María Pía Capdevila (39) es hija de Liz, quien falleció hace unos años, y la nieta más grande de Nené. Habla de su abuela como una heroína y la define como una mujer alegre, con la cabeza abierta, que nunca juzgó a los demás, salió integra y con más fuerza de todo lo que vivió: “Tenemos una familia gigante y Teté es nuestra heroína. Mi abuela siempre estuvo presente, en las buenas y en las malas, desde que murió mi mamá, ella se encargó de que todos estuviéramos bien”. Además destaca que a pesar de la época que nació, Nené “siempre pensó a la mujeres iguales de condiciones que el hombre y así lo transmitió de generación en generación”.
En 1975 trabajaba en la Juventud Trabajadora Peronista junto a Hugo Vaca Narvaja, a quien se llevaron detenido. Como respuesta, desde la organización publicaron en los medios una solicitada pidiendo su liberación y al día siguiente se la llevaron detenida. “Me quedó marcado el día que me contó cómo fue que se la llevaron, solo se pudo despedir de dos de sus hijas, las otras dos no estaban - sostiene la nieta primogénita – lo que ha tenido que vivir es inmenso e impresionante. Siempre lo hizo pensando en dejarnos un mundo mejor defendiendo nuestros derechos como trabajadores y seres humanos. Ella estuvo presa durante tres años, sufrió torturas y demás, y siempre contó que lo hizo con pasión y que lo volvería hacer”.
Quienes también comparten el amor y la admiración por Nené son Sofía Ana Martori Peña (25), hija de Ariadna, y Mailén María García, 24 años, hija de Ana Karina. Sofia vive con su familia en Catalunya, España, desde 2001. Sin embargo cuenta que tiene una alarma que suena todos los días a las 14 para llamar a su abuela: “No siempre puedo, no siempre logro contactar con ella, pero pienso en ella cada día”. Lo que más valora es que siempre se pone en la piel de las personas menos privilegiadas: “Es un pilar súper importante de la familia. Siempre está presente. Por ejemplo, aprendió a usar todos los medios tecnológicos para comunicarse con nosotras”.
Al vivir en el extranjero la historia argentina no formaba parte del currículo escolar de Sofía y por eso la joven decidió aprender historia argentina de forma autodidacta encargando libros y viendo documentales de Canal Encuentro. “Siempre estuve movida por aprender sobre mis orígenes y en mis visitas a Argentina, con la Teté solíamos hablar de política – destaca - Yo no sería quien soy si en esa búsqueda no hubiera encontrado a mi abuela. Las historias de mi familia son mis historias también. Sus actos, sus historias me han educado en valores. Y los valores, es lo más profundo que puede tener una persona. Hay que continuar el camino que nuestras mujeres del Cordobazo empezaron (y que seguramente seguían de otras que venían antes)”.
Historias de militancia, compromiso social y Dictadura
“Hay una anécdota que me contó una vez que me marcó muchísimo. Cuando estaba presa en Córdoba, conoció a una chica de 23 años que se llamaba Diana Fidelman. Teté le tomó mucho cariño, imagino porque era más o menos de la edad de mi tía Liz, y Teté era de las mayores en la cárcel. Se sentía la mamá", narra Sofía. "Una noche agarraron a un grupo de mujeres y las hicieron correr, para simular que escapaban y así montar un intento de fuga. Diana se giró y le dijo a un milico: ‘No seas cobarde, matame de frente, hijo de puta’. Esa historia me marcó mucho. Siempre admiré esa valentía. Fue de las primeras ejecuciones”, relata Sofia quien con su banda Mendra le dedican una canción “para que cada vez que se busque la canción en google, aparezca la historia de esta chica”.
A Mailén le pasa algo parecido con respecto a la detención de su abuela, situación que le resulta sumamente pesada y angustiante: “Ese arrebato de su rutina y cotidianeidad para tener que justificarse, de incluso mentir para salvar su vida, porque ya no solo dependía de ella sino de sus hijas, de su futuro que se le proyectaba supongo, en ellas y en todas las luchas que le quedaban por ganar”. Por eso manifiesta con orgullo que, aún en tiempos en donde fácilmente se podía desaparecer para siempre, “Teté no vaciló nunca en salir a la calle por el reclamo y la denuncia. Una mujer que, junto a otrxs se obligaron a levantar esa bandera, la nuestra, una y mil veces, sin dejarse vencer. Mi abuela fue y es la mujer beligerante de la familia, de eso no cabe duda alguna. Sigue siendo la vívida imagen de todo eso que se repite en nuestro tiempo, el que nos toca a otros ahora continuar”.
Ambas nietas coinciden en lo central que es la política para la vida de Teté, incluso al día de hoy. Sofía dice que sus recuerdos de Teté son siempre manteniendo lazos y su actividad política: “No se saltaba las clases de Yoga ni sus encuentros con sus compañeras. Para contar una anécdota de como lo personal es político, cada semana recuerdo que venían unos niños en un carro de una Villa cercana de donde vívian mis abuelos y Teté siempre tenía una parte de la compra reservada para ellos. Pero no era caridad cristiana, para Teté eran unos nietitos más y cuando uno de ellos se recibió la invitaron y fue al acto”. Mailén agrega que al igual que en su juventud, sigue con la misma convicción atendiendo problemas de la comunidad barrial y popular, participando de la apertura de espacios públicos y producciones ligadas al sector educativo. “Nené esta siempre dispuesta a dar unas palabras sobre su historia y su visión, proponiendo la idea de un debate no agotado para las mujeres más jóvenes que hacemos y somos eco de esa discusión. Eso me resulta sorprendente para alguien de su edad, que pueda resignificar la agenda actual en disputa”, comenta.
Nené, el amor entre mujeres y la avalancha del feminismo
“Las mujeres del Córdobazo, como todas las mujeres de la historia, han sido invisibilizadas. Las que participaban en la vida pública y las que no tenían otra que quedarse en casa. Este ejercicio de repensarlas es crucial y podría llegar a ser transformador. Los gobiernos son responsables. Estas historias deberían entrar en las escuelas, la memoria y las historias de las mujeres tendrían que formar parte de la educación y sobre todo de la educación pública (la cual hay que proteger y defender), que es la única que tiene la clave para llegar al máximo de personas posibles y sobre todo a la sociedad plural a la que pertenecemos”, expresa la nieta que vive en Barcelona.
En esa misma línea Mailén agrega que “hoy gracias al trabajo de muchas investigadoras y profesionales, que se han apropiado de la problemática de invisibilización, la historia puede ser contada desde otra perspectiva más inclusiva y real. Creo que el crecimiento de la lucha feminista se debe a la valentía de muchas mujeres como mi abuela que juntas, a pesar de las desigualdades y todos los estereotipos patriarcales, decidieron unirse”. Con respecto a las consignas de la lucha feminista entiende que si bien siempre varían a lo largo del tiempo, lo que considera algo positivo y un signo de época, ella cree que la fuerza y potencia de los movimientos de mujeres en la actualidad nació de la gracia de las mujeres del pasado y sus implicancias en la realidad social.
Melina Storani (30 años), sobrina nieta de Ana María Medina, recuerda que luchar por sus ideas, por garantizar sus derechos, es algo que le dió vida y la impulsó a seguir. “Siempre habló mucho de la ‘sororidad’ , aunque es un término más de la modernidad. Los lazos que formó con otras mujeres militantes dejaron una huella imborrable – explica - acompañar a las presas políticas embarazadas, abrazarse, compartir el agua, dormir acurrucadas cuando el frío se tornaba insoportable, hacer yoga en medio de las torturas físicas y psicológicas”. Según expresa son las huellas que ha dejado Nené, la heroína de esta historia, y que hoy se ha resignificado en las nuevas generaciones a través del (trans)feminismo, el peronismo, la justicia social, y el no-especismo. “La valentía de Nené fue una de las sorpresas más gratas que me llevé en la vida, a medida que conocía los detalles de su historia. Siempre estuvimos muy vinculadas emocionalmente. Me enseñó a no callarme, a levantar la cabeza, a admitir equivocaciones, a no consensuar lo que me hiciera daño, a sacrificar los mayores tesoros de la vida personal en pos de un bien común - subraya - “la Teté” no es una referenta familiar; le pertenece a todas las generaciones de Córdoba y del país”.